Altar De Muertos
Enviado por capi30 • 7 de Agosto de 2011 • 1.981 Palabras (8 Páginas) • 1.496 Visitas
Las costumbres, que durante milenios habían servido para formar la tradición común que permite la supervivencia de la nacionalidad, van perdiendo terreno paso a paso y ante la indiferencia de las autoridades y el pueblo en general, ante la imposición de costumbres extrañas importadas de los Estados Unidos e impuestas por los medios masivos de comunicación, las grandes tiendas de espíritu transnacional y algunos cursis.
El tradicional día de muertos, o de los fieles difuntos, celebración que en México había tenido una honda tradición que se hunde en los abismos del tiempo, ha sido prácticamente desplazada por la celebración de festejos incomprensibles, ajenos a nuestra idiosincrasia que, hasta pésimamente pronunciados, llaman "jalogüin".
Las costumbres, que durante milenios habían servido para formar la tradición común que permite la supervivencia de la nacionalidad, van perdiendo terreno paso a paso y ante la indiferencia de las autoridades y el pueblo en general, ante la imposición de costumbres extrañas importadas de los Estados Unidos e impuestas por los medios masivos de comunicación, las grandes tiendas de espíritu transnacional y algunos cursis.
El tradicional día de muertos, o de los fieles difuntos, celebración que en México había tenido una honda tradición que se hunde en los abismos del tiempo, ha sido prácticamente desplazada por la celebración de festejos incomprensibles, ajenos a nuestra idiosincrasia que, hasta pésimamente pronunciados, llaman "jalogüin".Las costumbres, que durante milenios habían servido para formar la tradición común que permite la supervivencia de la nacionalidad, van perdiendo terreno paso a paso y ante la indiferencia de las autoridades y el pueblo en general, ante la imposición de costumbres extrañas importadas de los Estados Unidos e impuestas por los medios masivos de comunicación, las grandes tiendas de espíritu transnacional y algunos cursis.
El tradicional día de muertos, o de los fieles difuntos, celebración que en México había tenido una honda tradición que se hunde en los abismos del tiempo, ha sido prácticamente desplazada por la celebración de festejos incomprensibles, ajenos a nuestra idiosincrasia que, hasta pésimamente pronunciados, llaman "jalogüin".Las costumbres, que durante milenios habían servido para formar la tradición común que permite la supervivencia de la nacionalidad, van perdiendo terreno paso a paso y ante la indiferencia de las autoridades y el pueblo en general, ante la imposición de costumbres extrañas importadas de los Estados Unidos e impuestas por los medios masivos de comunicación, las grandes tiendas de espíritu transnacional y algunos cursis.
El tradicional día de muertos, o de los fieles difuntos, celebración que en México había tenido una honda tradición que se hunde en los abismos del tiempo, ha sido prácticamente desplazada por la celebración de festejos incomprensibles, ajenos a nuestra idiosincrasia que, hasta pésimamente pronunciados, llaman "jalogüin".Las costumbres, que durante milenios habían servido para formar la tradición común que permite la supervivencia de la nacionalidad, van perdiendo terreno paso a paso y ante la indiferencia de las autoridades y el pueblo en general, ante la imposición de costumbres extrañas importadas de los Estados Unidos e impuestas por los medios masivos de comunicación, las grandes tiendas de espíritu transnacional y algunos cursis.
El tradicional día de muertos, o de los fieles difuntos, celebración que en México había tenido una honda tradición que se hunde en los abismos del tiempo, ha sido prácticamente desplazada por la celebración de festejos incomprensibles, ajenos a nuestra idiosincrasia que, hasta pésimamente pronunciados, llaman "jalogüin".Las costumbres, que durante milenios habían servido para formar la tradición común que permite la supervivencia de la nacionalidad, van perdiendo terreno paso a paso y ante la indiferencia de las autoridades y el pueblo en general, ante la imposición de costumbres extrañas importadas de los Estados Unidos e impuestas por los medios masivos de comunicación, las grandes tiendas de espíritu transnacional y algunos cursis.
El tradicional día de muertos, o de los fieles difuntos, celebración que en México había tenido una honda tradición que se hunde en los abismos del tiempo, ha sido prácticamente desplazada por la celebración de festejos incomprensibles, ajenos a nuestra idiosincrasia que, hasta pésimamente pronunciados, llaman "jalogüin".Las costumbres, que durante milenios habían servido para formar la tradición común que permite la supervivencia de la nacionalidad, van perdiendo terreno paso a paso y ante la indiferencia de las autoridades y el pueblo en general, ante la imposición de costumbres extrañas importadas de los Estados Unidos e impuestas por los medios masivos de comunicación, las grandes tiendas de espíritu transnacional y algunos cursis.
El tradicional día de muertos, o de los fieles difuntos, celebración que en México había tenido una honda tradición que se hunde en los abismos del tiempo, ha sido prácticamente desplazada por la celebración de festejos incomprensibles, ajenos a nuestra idiosincrasia que, hasta pésimamente pronunciados, llaman "jalogüin".Las costumbres, que durante milenios habían servido para formar la tradición común que permite la supervivencia de la nacionalidad, van perdiendo terreno paso a paso y ante la indiferencia de las autoridades y el pueblo en general, ante la imposición de costumbres extrañas importadas de los Estados Unidos e impuestas por los medios masivos de comunicación, las grandes tiendas de espíritu transnacional y algunos cursis.
El tradicional día de muertos, o de los fieles difuntos, celebración que en México había tenido una honda tradición que se hunde en los abismos del tiempo, ha sido prácticamente desplazada por la celebración de festejos incomprensibles, ajenos a nuestra idiosincrasia que, hasta pésimamente pronunciados, llaman "jalogüin".Las costumbres, que durante milenios habían servido para formar la tradición común que permite la supervivencia de la nacionalidad, van perdiendo terreno paso a paso y ante la indiferencia de las autoridades y el pueblo en general, ante la imposición de costumbres extrañas importadas de los Estados Unidos e impuestas por los medios masivos de comunicación, las grandes tiendas de espíritu transnacional y algunos cursis.
El tradicional día de muertos, o de los fieles difuntos, celebración que en México había tenido una honda tradición que se hunde en los abismos del tiempo, ha sido prácticamente desplazada por la celebración de festejos incomprensibles, ajenos a nuestra idiosincrasia que, hasta pésimamente pronunciados,
...