Altares De Muerto De San Luis Potosi
Enviado por JUANPABLOOF • 12 de Marzo de 2014 • 1.935 Palabras (8 Páginas) • 1.219 Visitas
“ALTARES DE MUERTOS DE SAN LUIS POTOSI“
Del 31 de octubre al 4 de noviembre, en esta bella región del estado de San Luis Potosí, tiene lugar una de las fiestas más asombrosas dedicadas a los muertos. ¡Descubre el increíble Xantolo!
Para todos los mexicanos, los días de muertos representan las festividades de mayor arraigo en el folclor popular y en el ideario colectivo de nuestra cultura, por su carácter de simbólica “restauración” de la vida material, que permite a vivos y muertos reencontrarse durante unos días para recordar con emoción y alegría, la vida y sus más secretos encantos.
En todo el país, el 31 de octubre marca el inicio de estas festividades, y en el estado de San Luis Potosí, esta fecha marca el inicio del Xantolo, cuerpo univoco de regocijo y bienvenida que durante cinco días envuelve el ambiente solemne del día de los Fieles Difuntos, transformándolo en un evento festivo donde la música, las danzas, los cantos y la comida, marcan el ritmo de la vida de los habitantes de la Huasteca Potosina.
La Huasteca Potosina, hogar de etnias como los teenek y los nahuas, celebra a sus muertos con el tradicional altar, que aquí se le llama “arco”, ya que su atributo central consiste en 4 varas de madera que se colocan en cada esquina de la mesa, representando las etapas de la vida de una persona, las cuales se doblan para formar dos arcos cubiertos por travesaños que simbolizan los ríos mitológicos por los que el alma debe pasar para purificarse.
El camino para llegar al “arco” es señalado por la flor de Cempasúchil o Cempoalxochitl, cuyo aroma y color es inconfundible, colocándose desde los cementerios hasta los hogares donde los difuntos regresarán a convivir con sus familiares y a disfrutar de las ofrendas de comida, bebida y placeres tal como lo hacían antes de su partida.
El primer día de Xantolo es el 31 de octubre, fecha en que se considera que las almas de los niños son las primeras en visitar a sus familias, por lo que las ofrendas de los arcos son alimentos que ellos acostumbraban comer, como atole, chocolates, dulces, tamales y otros elementos simbólicos que tienen que ver con el bautismo y la vida.
El día siguiente, 1º de noviembre, se hace una velación con rezos y alabanzas, se inciensan las imágenes y el altar, además de tocarse música de son, dedicada a la muerte.
El 2 de noviembre, los pobladores de la huasteca llevan ofrendas a los panteones, adornando las tumbas con flores, las cuales son renovadas hasta el último día del mes para despedir a las almas que han venido de visita.
Adicionalmente a esta manera de celebrar a los muertos en la Huasteca Potosina, cada población de la misma añade elementos que le dotan de mayor o menor sacralizad a la fiesta, aunque todas mantienen un respeto muy especial hacia dicha celebración.
En Axtla de Terrazas, se lleva a cabo una ceremonia de cambio de bastón de mando entre los ancianos de la región, mientras que en Coxcatlán se añaden juguetes a los arcos para el 31 de octubre. En San Antonio, se emplea la música de viento para aderezar la velada de los 3 días de difuntos.
En San Martin Chalchicuatla se hace la ochavada, es decir, una tamalada para toda la comunidad ocho días después del fin de las festividades, mientras que en Tamazunchale, Tanlajas y Tancahuitz convergen distintos tipos de danzas y adornos en los altares, matizados con la particularidad de las lenguas que se hablan en cada comunidad.
La festividad de los Fieles Difuntos es una de las celebraciones más importantes en el calendario de la cultura popular.
En nuestro país el Culto a los Muertos es una de las costumbres más arraigadas dentro de la cosmogonía de las diversas etnias que componen el mosaico pluricultural de nuestra gente, la zona de la Huasteca Potosina no es la excepción en cuanto a esta festividad, cada año en cada localidad de la región, los huastecos se preparan para recibir a sus fieles difuntos empezando con una semana de antelación los preparativos de las ofrendas que continúan todo el mes de noviembre.
La festividad de los Fieles Difuntos es una de las celebraciones más importantes en el calendario de la cultura popular de nuestras etnias, al recordar a nuestros muertos, también es un momento de reencuentro familiar, pues en la confección de altares y ofrendas participan todos los miembros de la familia y los que vienen de lejos son invitados a compartir los chichiliques (ofrendas pintadas de rojo) y se hacen envoltorios o itacates para compartir o intercambiar estos con los compadres, amigos, familiares, vecinos, etc.
En general, en toda la Huasteca Potosina se celebra solemnemente el Día de los Fieles Difuntos. Se levantan altares, que en esta zona se les llama arcos, profusamente adornados con la flor de cempasúchil, velas e imágenes, ofrendas que consisten de dulces, frutas, bebidas. Una costumbre muy huasteca es la de hacer senderos con velas y pétalos de cempasúchil a los altares domésticos para señalar el camino a las almas que los visitan. A los niños se les dan chichiliques (regalos consistentes en comida o dulces).
Los elementos que componen el altar de muertos son: el arco, una mesa de madera rectangular a la que en cada esquina se le coloca una vara de madera que representa las cuatro etapas de la vida del hombre (infancia, adolescencia, adulto y vejez) se doblan y se amarran las puntas formando 2 arcos en los cuales los travesaños que significan el paso de los siete ríos mitológicos donde se purifican las almas. Se cubren con ramas de estribillo, limonaria o palmilla; posteriormente se adornan con flores de muerto. Con ellas se hacen cadenas que semejan rosarios. Se continúa su adorno con frutos como naranja, lima, mandarina, limón dulce, pedazos de caña, plátanos manzano, todo ello amarrado con izote.
Así a finales del mes de octubre, los deudos se abastecen de los elementos que se ponen en las ofrendas como velas, copales,
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