Analisis De La Economia Peruana
Enviado por einstan • 22 de Septiembre de 2012 • 2.043 Palabras (9 Páginas) • 834 Visitas
A pocos días de la segunda vuelta, las críticas hacia el candidato Alan García se centran, sobre todo, en el manejo económico de su gobierno anterior. Tomando como base una investigación del periodista británico John Crabtree, ofrecemos aquí un repaso de la gestión económica de Alan García.
28 de julio de 1985: Alan García asume la presidencia del Perú con apenas 36 años de edad. Ha ganado en primer vuelta, obteniendo el 53 % de votos válidos (presione acá para ver los detalles). Pero no solo eso. Su partido, el APRA, tiene mayoría absoluta tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados (presione acá para detalles).
La herencia de Belaúnde
Por otro lado, García y el APRA tienen dos problemas serios por enfrentar: La agrupación terrorista Sendero Luminoso había ido ganando terreno desde su primera incursión, en 1980.
Además, el gobierno de Belaúnde dejó al país en una profunda crisis económica. Las inversiones habían caído de 21,2 % del Producto Bruto Interno (PBI), en 1982, a 12,2 % en 1985. En 1982, la economía peruana no creció y, en 1983, el crecimiento fue negativo: -12,2 %. Si, en 1980, el ingreso per cápita era de 1,232 dólares por peruano, en 1985 llegaba tan sólo a 1,050 dólares (págs. 54-55). El desastre económico del gobierno de Belaúnde se debió, principalmente, a una caída de precios de productos que Perú exportaba (cobre, plata, plomo, café).
Desde 1982, el gobierno de Belaúnde se había sometido a un “programa de ajuste” del Fondo Monetario Internacional (FMI). Según el FMI, el principal problema del Perú era el déficit fiscal. El déficit se debía a que el Perú gastaba más en lo que importaba que lo que ganaba con sus exportaciones. La relación entre importaciones y exportaciones se llama “balanza comercial” (hoy por hoy, con el alto precio del cobre y otras exportaciones, el Perú tiene una balanza comercial “positiva”).
Para contrarrestar el déficit fiscal, el FMI obligó al gobierno de Belaúnde a reducir el presupuesto del Estado, a incrementar las tarifas públicas y a devaluar la moneda nacional, el sol (pág. 51). La devaluación frena las importaciones: Cuanto menos vale la moneda, más hay que gastar para importar un producto x.
Las medidas del FMI, llamadas ortodoxas, ocasionaron una fuerte recesión (contracción de la demanda) que repercutió en el bolsillo de los ciudadanos. Ya hemos visto que el ingreso per cápita cayó significativamente: 14,8 % para ser exactos. El aumento de tarifas públicas e impuestos empobreció aún más a los ciudadanos. Esto constituyó un círculo vicioso que terminó empobreciendo también al Estado: El ciudadano que es pobre consume menos y cuanto menos consume, menos impuestos paga. En 1984, el gobierno de Belaúnde entró en mora con el pago de la deuda externa (pág. 53).
El programa heterodoxo (1985-1987)
El 28 de julio de 1985, Alan García tuvo dos opciones: Continuar con el programa ortodoxo del FMI o probar una receta distinta, heterodoxa. En vista de la debacle de los úlitmos años, se esperaba un cambio de curso. Pero éste terminó siendo tan radical como aquel propuesto por la izquierda. En efecto, los lineamientos principales de García correspondían a los planteamientos económicos de Izquierda Unida (pág. 61).
En su discurso a la nación, García atacó al FMI. De ahora en adelante, anunció García, el pago de la deuda externa se limitaría al valor equivalente al 10 % de las exportaciones peruanas.
Pero, además de introducir una nueva moneda (el inti reemplazó al devaluado sol), la principal medida económica consistió en la congelación de precios básicos, sueldos y la tasa de cambio relativa al dólar. Por ejemplo, el precio de la gasolina se elevó, de golpe, en 25 % para luego congelarlo a ese nivel. La idea era anticipar la inflación venidera y, a largo plazo, darle al consumidor más poder adquisitivo.
Evitando de esta manera el alza de precios, los consumidores tienen más dinero para gastar en otras cosas y, por ende, contribuyen a la reactivación económica en otros sectores. La estrategia sigue siendo aplicada hoy en día. Un ejemplo es Argentina que, en su afán por bajar la inflación (que bordeó los 12 % en el 2005) y reactivar la economía, ha pactado precios fijos con los suministradores de productos básicos (la carne es el ejemplo más conocido).
Según escribe Crabtree, la posición heterodoxa de García se basaba en dos convicciones relacionas entre sí: (1) Para poder pagar la deuda sería necesario reactivar la economía. En esta línea, la reducción de importaciones sugerida por el FMI sería contraproducente, pues la producción industrial peruana depende, en gran medida, de máquinas y materias primas importadas. El pago de la deuda externa también sería contraproducente, pues implica la exportación de capitales necesarios para la reactivación económica:
Debido a que la renegociación de la deuda dependía de la aceptación de políticas impuestas por el FMI, y debido a que estas políticas solían ser recesionarias, la única alternativa era no negociar sino limitar el pago de estas deudas. Lo que se ahorraba en el pago de la deuda se aprovecharía para financiar importaciones (pág. 59).
La segunda convicción (2): Mientras que el FMI pensaba que la inflación en el Perú se debía a un exceso de demanda estimulado por un Estado que gastaba por encima de sus posibilidades, Alan García y su equipo de economistas consideraban que había suficiente potencial dentro de la economía peruana para aumentar la oferta de forma significativa. En otras palabras: El FMI pensaba que el Estado intentaba cubrir el déficit fiscal emitiendo dinero más allá de la oferta y así generaba inflación.
¿Cómo se origina la inflación? Un ejemplo
Recurramos a un ejemplo simple para entender mejor el problema de la inflación: Rosa tiene 100 naranjas y Javier 100 manzanas. A Rosa le provoca comer una manzana mientras que Javier prefiere comer una naranja. Para ambos, lo más simple sería recurrir al trueque e intercambiar una manzana por una naranja.
Pero también pueden inventar una moneda, por ejemplo, en forma de una piedra. Para fijar un número, supongamos
...