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Antiguedad Del Poblamiento Indigena Americano


Enviado por   •  28 de Noviembre de 2012  •  6.583 Palabras (27 Páginas)  •  1.018 Visitas

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2.-ANTIGUEDAD DEL POBLAMIENTO INDIGENA VENEZOLANO o POBLAMIENTO PREHISPANICO

El poblamiento prehispánico de Venezuela es consecuencia del de América. Ello establece, además de otras cosas, una conexión entre las gentes que entraron al continente por el estrecho de Bering y las que fueron extendiéndose por América y lo que actualmente conocemos como territorio venezolano. En términos generales, ya que no es posible precisarlo con la exactitud deseada, la fecha de las primeras presencias humanas en Venezuela ha sido calculada por la arqueología entre 20.000 y 25.000 años, por José M. Cruxent e Irving Rouse, en tanto que Mario Sanoja e Iraida Vargas suponen que la presencia humana en nuestro territorio data por lo menos de hace 15.000 años y Jorge Armand la estima en 16.500 años. En cuanto a quiénes fueron las gentes que progresivamente poblaron Venezuela y a un perfil humano de nuestro tiempo prehispánico, Rouse y Cruxent lo expresan mediante una división en cuatro etapas a las que denominan Palo-Indio, Meso-Indio, Neo-Indio e Indo- Hispano.

Miguel Acosta Saignes, en base a esta clasificación y estableciendo comparaciones con otros lugares del continente americano, habla de cuatro capas de población prehispánica a las cuales caracteriza como recolectores-cazadores, pescadores, agricultores y agricultores avanzados. Sanoja y Vargas, por su parte, sugieren tres grandes períodos histórico-sociales que estarían constituidos, respectivamente, por migraciones de cazadores, de recolectores y de agricultores. Estas formulaciones son las que utilizaremos como base para visualizar el tiempo prehispánico de Venezuela, del que primeramente daremos una visión general para luego particularizarlo a través de la periodización propuesta por Rouse-Cruxent. Antes de ello, sin embargo, es necesario y particularmente ilustrativo que revisemos lo que se conoce como Teoría de la H, planteamiento que da base científica a lo concerniente al poblamiento antiguo u originario de Venezuela, independientemente de las correcciones menores que se han hecho a esta formulación. Este planteamiento parte de la idea de que en el poblamiento prehispánico de Venezuela existieron dos grandes ejes migratorios norte-sur: uno al occidente y otro al oriente. A través del primero habrían ingresado influencias culturales de Centroamérica y del oeste suramericano; a través del segundo lo habrían hecho influencias provenientes del este y del noreste de Sudamérica. En el centro de lo que actualmente es el territorio venezolano, y por influencia de migraciones, habría ocurrido un intercambio de elementos de uno y otro eje. Esta formulación es la que se ha difundido como Teoría de la H, en la que, gráficamente hablando, el eje occidental correspondería al trazo izquierdo de dicha letra, en tanto que el eje oriental correspondería a su trazo derecho. En cuanto a su centro, no se trataría, en realidad, de una rígida barra horizontal sino más bien de una serie de líneas para representar las diversas migraciones, vías de difusión e intercambio cultural internos.

Esta teoría ha permitido a algunos estudiosos la formulación de lo que se conoce como dicotomía cultural de Venezuela, aunque los trabajos arqueológicos de Erika Wagner en los Andes venezolanos han dado pie para que se hable más bien de una tricotomía cultural. La base del planteamiento radica en la consideración del maíz y la yuca como los dos grandes e importantes productos agrícolas del occidente de Venezuela, respectivamente, a los cuales se agregaría, por vía del replanteamiento, el cultivo de la papa en el sector alto de nuestros Andes. Los estudios botánicos en Venezuela ubican históricamente la importancia de aquellos productos. Henry Pittier, a quien seguiremos para comprobarlo y caracterizar cada uno de ellos, dice del maíz o Zea Mays L., SP, que es “el cereal americano por excelencia, nacido del mismo suelo y cultivado desde la más remota antigüedad por los pueblos de la gran cordillera y de las mesetas centroamericanas, de donde se esparció hasta las márgenes de los mares y gradualmente hasta las partes orientales del continente. En Venezuela, este grano formaba la base de la alimentación de los pueblos autóctonos, mientras la yuca era el principal medio de subsistencia de origen vegetal de los invasores caribes”. Acerca de la yuca amarga o Manihot utilissima Phol, Pittier apunta que “los orígenes de su adaptación a las necesidades de la humanidad se pierden en la noche de los tiempos, y sus raíces formaban aún en la época de la conquista la base de la alimentación de los pueblos de las grandes selvas orientales de Sudamérica; principalmente de los Caribes y los Tupi-Guaraníes…”, apuntando, seguidamente, que “Una de las razones del gran esparcimiento de esta planta alimenticia ha debido ser la facilidad con que se reproduce por medio de estacas o pedazos de los tallos insertos en el suelo…” Sobre la papa, o Salanum Tuberosum L., el autor destaca que “En tiempos de la conquista, la papa se cultivaba solamente en la región de los Andes, que se hallaba bajo el dominio de los Incas, incluyendo Perú, Bolivia, Ecuador y parte de Chile y Colombia. De allí se llevó a Europa. De allí se llevó a Europa. La papa se cultiva en Venezuela -dice Pittier- en la faja comprendida entre 750 y 3.000 m”. La distribución del cultivo de estos tres productos, según las conclusiones de la botánica, concuerda perfectamente con las de la arqueología ya que al decir Cruxent, “el cultivo del maíz es occidental, el de yuca oriental y sureño y el de la papa de las alturas de los Andes…” [Cruxent, Apuntes, 1971, p.50]. Otra idea vinculada también a la de la Teoría de la H y a la tricotomía cultural de lo que hoy es nuestro territorio, es que en su tiempo prehispánico parece haber sido una especie de encrucijada o “paso natural”, ya que Venezuela - según dice Osgood - “Es un país de influencias culturales interlazadas, que se extiende a través de grandes extensiones de sabanas desde los Andes hasta las selvas tropicales, y de las tierras costeras cubiertas de cactáceas hasta las ricas hoyas fluviales del sistema del Orinoco”. Esta idea fue planteada por Osgood en 1943, conjuntamente con la Teoría de la H, como una forma de “establecer una serie de unidades culturales diferenciadas”, y uno de sus objetivos fue intentar el argumento del “conocimiento general de la arqueología venezolana…” esta formulación fue fortalecida un año después por Alfred Kidder II cuando afirmó que “las culturas venezolanas… parecen haber resultado de la fusión de muchos elementos occidentales, posiblemente centro-americanos, muchos de los cuales parecen haber pasado hacia el este y el sur de Venezuela propiamente, y de elementos más definitivamente de origen oriental y del sur, muchos de los cuales, a su vez, parece que

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