Análisis De Fuentes Contextualizadas Bibliográficamente: Carlos Dickens, Oliver Twist Y Eric J. Hobsbawn, Industria E Imperio
Enviado por g_zoloa • 2 de Diciembre de 2013 • 2.052 Palabras (9 Páginas) • 673 Visitas
Análisis de fuentes contextualizadas bibliográficamente:
Carlos Dickens, Oliver Twist, México, Editorial Porrúa S. A., 1992, cuarta edición, pp. 1-41.
Eric J. Hobsbawn, Industria e imperio, Barcelona, Editorial Ariel S. A., 1982.
Leer la novela de Dickens es viajar en el tiempo. A través de su narración, nos introduce en la
forma de vida en la Inglaterra de mediados del siglo XIX; y lo hace de una manera valiente y
efectiva, usando la ironía y el humor, quizás la manera más segura de molestar a quien se
está criticando.
Resulta divertido pensar en las caras de los burgueses (orgullosos de su posición y seguros
del camino que se propusieron) al avanzar en las páginas de esta novela, horrorizándose al
sentir que Oliver Twist les corría un poco ese antifaz orgulloso y opulento, que no les
permitía ver la realidad.
A continuación serán analizados algunos pasajes del relato, los que consideré más
importantes o reveladores, relacionándolo con los textos de Erick Hobsbawn "Industria e
Imperio" y "Las Revoluciones Burguesas":
Al inicio de su novela, Dickens nos pinta de cuerpo entero el sentimiento burgués y el estrato
social al que pertenecía. Comienza diciendo "Entre los edificios públicos de que se siente
orgullosa una ciudad, cuyo nombre creo prudentemente callar por varias razones, hay uno
antiguamente común a la mayor parte de las ciudades, grandes o pequeñas: el hospicio".
¿Quién sino la burguesía podría sentirse orgullosa? ¿Acaso los pobres (quienes a decir de
Hobsbawn, en ningún otro período de la historia moderna de Gran Bretaña, experimentaron
una insatisfacción tan duradera, profunda y, a menudo, desesperada) podían sentir algo que
no fuese descontento social?
En esa institución nace Oliver Twist, atendido por un cirujano no demasiado atento a la salud
de sus pacientes y una enfermera borracha. Su madre, agotada por el hambre y las
desgracias, murió instantes más tarde. Queda claro que la medicina no consideraba a los
pobres sus pacientes predilectos. "Por lo que hace a la mortalidad, los adelantos médicos casi
no desempeñaron ningún papel importante en su reducción (excepto quizás por lo que hace
a la vacuna antivariólica) hasta promediado el siglo XIX, por lo que sus cambios se deberán,
sobre todo, a cambios económicos, sociales o ambientales. Pero hasta muy avanzado el siglo
XIX no parece que hubiera disminuido sensiblemente."
El mencionado médico nos muestra la "moralidad" burguesa, al advertir que la madre de
Oliver no era casada:"-¡La historia de siempre! ¡Comprendido!... No lleva anillo de boda..."
Hipocresía fomentada por la Iglesia, hecha carne en la burguesía.
La Burocracia de la Iglesia y del Estado también aparece retratada: Las autoridades del
hospicio tuvieron que contarle a las de la parroquia, acerca del lamentable estado del
huérfano, debido al hambre. Estás últimas preguntaron a las autoridades del hospicio sin no
tenían en "La Casa" alguna mujer que pudiese amamantar a Oliver. La respuesta fue negativa,
por lo que las autoridades de la parroquia decidieron enviarlo a una sucursal, donde junto
con otros veinte o treinta niños, compartiría el hambre, el maltrato y la humillación. Este acto
burocrático mencionado parece ser, según Hobsbawn, una característica de la época: "El
principal resultado de la educación abierta al talento fue, pues, paradójico. No produjo la
"sociedad abierta" de libre competencia en los negocios sino la "sociedad cerrada" de la
burocracia; pero ambas, en sus diferentes formas, fueron instituciones características de la era
burguesa y liberal"
La corrupción también está presente en el relato. En las raras ocasiones en que los vecinos de
la parroquia, reclamaban ante la justicia por las muertes de los niños (demasiado frecuentes),
el testimonio del bedel y el informe del cirujano (falsos en ambos casos), terminaban con las
averiguaciones. En las ocasiones en que se realizaban inspecciones de rutina, el bedel se
presentaba el día anterior para que se hicieran los arreglos correspondientes. "La iglesia y las
universidades inglesas se dormían en los laureles de sus privilegios y abusos, bien amparados
por sus rentas y sus relaciones con los pares. Su corrupción recibía más ataques teóricos que
prácticos." Una consecuencia de esto era la impunidad que mostraban quienes dirigían el
asilo: Cuando uno de los magistrados que estaban decidiendo el destino de Oliver, manda
callar al bedel, este reacciona con estupor. "Imponer silencio a un bedel era cosa inaudita;
una revolución moral" escribe Dickens.
Mientra que Oliver Twist al nacer fue vestido con unas mantillas de cotón burdo, amarillentas
y deshilachadas por los años, haciendo evidente para todo el que lo viera su condición de
pobre; los miembros de la Junta aparecen obesos y ricamente vestidos. Esta muestra de
opulencia, se hace particularmente evidente en uno de los personajes que viste un chaleco
blanco ¿Quién si no alguien perteneciente a las clases altas, podría darse el lujo de llevar ese
color? Sólo un trabajo sin esfuerzo, que no requiera ensuciarse y una posición acomodada
como para tener sirvientes que se encarguen del lavado de la ropa, permiten ese lujo. "Las
clases que se elevan tienden naturalmente a ver los símbolos de su riqueza y poderío en los
términos que los anteriores grupos superiores establecieron como modelos de elegancia, lujo
y comodidad."
Durante todo el período que Oliver Twist permanece en el hospicio, luego con la señora
Mann y más tarde de nuevo en el hospicio, Dickens hace una crítica punzante de la Ley de
Pobres, generadora de hambre, degradación y muerte. Hobsbawn aclara que "El objetivo de
la ley pobres no era tanto ayudar a los desafortunados, como estigmatizar los vivientes
fracasos de la sociedad." "Ha habido pocos estatutos más inhumanos que la ley de pobres
de 1834, que hizo "menos elegible" cualquier beneficencia que el salario más mísero;
confinó esta beneficencia a las casas de trabajo semicarcelario, separando a la fuerza
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