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Análisis Literario de una obra Ecuatoriana


Enviado por   •  25 de Mayo de 2014  •  7.313 Palabras (30 Páginas)  •  10.086 Visitas

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ANALISIS DEL FONDO

Análisis Literario de una obra Ecuatoriana.

TITULO DE LA OBRA

BALDOMERA

NOMBRE DE AUTOR

Alfredo Pareja Diezcanseco.

RESUMEN DE LA OBRA LEIDA

BALDOMERA

El calor es bochornoso. Se inicia el invierno en los primeros dias de diciembre. Sobre todo, alli, en la Boca del Pozo que sobresale por los faros del Paseo Colon y de la Planchada.

-Un muchin, doña Baldomera.

-Cojalo, pues.

-Tenga el medio.

Baldomera esta sentada junto al portal de la tienda del italiano Landucci.

Frente a ella, arde el fogón., junto esta una mesa ennegrecida por el humo y la grasa., sobre ella, hay una respetable bandeja de hierro enlozado con muchines, carne en palito, tortas de platano verde: todo aquello destila manteca. Baldomera es una mujer joven. A penas alcanzara a los cuarenta. Cuando se levanta parece tener un metro ochenta de estatura, aunque en verdad no tenga mas de los sesenta o sesenta y cinco.

En la esquina hacen estación los autobuses.

Los choferes siempre comelones, engullen a cada vuelta un muchin, una carne en palito, una empanada de platano verde. Tambien por alli trafica toda la gente que va al hospital, a la cárcel, al ementerio.

Pero, de repente, entran unos borrachos a la tienda de landucci.

-¡Cuatro puros, gringo!

Baldomera ha sonreído. Cuando ha visto que los borrachos han vaciado sus copas, grita:

-¡Muchines, para la juma!´

-¡Adios, si alli esta la Baldomera!- Dice uno.

-Vamos, pues.

Y sin mas ni mas tiende la mano hacia la vendeja. Los hojos de Baldomera han brillado como tizones. Rápidamente golpea con su manzana la del borracho, al par que pregunta indignada:

-¿Qué te dio?

-¡Carajo, negra! Ahora veras.

-¡A ver! ¿Qué quieres?

El borracho vacila un poco. Los amigos lo sujetan.

Baldomera saca de lo mas profundo de s u seno un sucre y lo arroja en el mostrador. Sin voltear la cabeza atrás, avanza hacia una mesa gritando:

-¡Una de puro!

Dos, tres, cuatro horas. Se ha bebido dos botellas. Esta roja. Apoya la cabeza en el brazo y se queda profundamente dormida.

-A veces. Creo que es la Baldomera.

-¡Jaja! Vamos a molestarla. U - -No, hombre. Si es medio laca la negra.

-¡No te calientes Baldomera!

Baldomera avanza hacia ellos. Su cuerpo se ha erguido como un tronco, repite:

-¿Quién fue el hijo de perra?

Pero ella se adelanta, ahora agil como una gata, le arrebata la botella y la rompe sobre s adversario. La mesa y la ropa del ebrio se tiñen de sangre. Ha caído sobre la mesa sin decir un ay. Baldomera esta frenetica. Levanta el labio superior de la furia. Las mujeres corren al portal gritando:

-¡Policia!

-¡Socorro!

-¡Maricones! ¡Asi pega Baldomera! ¡Toma!

En ese momento llegan los policías. Son suboficiales de espada. Entran cuatro- ¡Con ustedes hijos de perra, longos del carajo!

-¡Duermete, desgraciada!

El golpe ha sido certero. Baldomera se desploma, hacia adelante, con los brazos abiertos, derrengada , como un sapo.

La dejan quieta un momento. De un telefono cercano han llamado la ambulancia. Cuando llega, la cargan entre dos como un fardo.

La ambulancia se dirige hacia la calle cuenca, al cuartel de policía.

El toque de diana pone en movimiento a todo el cuartel de policía. Tadavia la madrugada es negra. Solo por el lado del rio se va poniendo azul.

Los poicias corren al patio. Unos se abrochan al paso las guerras.

-¡Vamos, los presos! Ordena una voz.

-¡Afuera, negra!

Nadie contesta. Solo u quejido se oye. Entra el policía con garrote en mano.

Alli, tendida en el suelo, yace Baldomera. A sus pies, hay un charco de sangre. Desde la cintura para abajo, todo el traje es rojo y blanco, como una cometa de colores.

Tuvieron que traer u un medico.

-¿Te dieron algún golpe?

-Si doctor, una patada.

-Aja. ¿Cuántos meses?

-Tres, me creo.

Sin decir mas, el medico sale, dice luego al oficial:

-Hay que llevar a esta mujer a la meternidad en el acto. Esta abortando a consecuencia de un puntapie.

En la porteria de la maternidad se detienen unos momentos no hay un solo medico en el Asilo Mann. Habia que confirmarse en el estudiante interno.

Durante tres dias duran a Baldomera. Al curto la despachan en la mañana. La entregan a dos policías, que la conducen, de nuevo, al cuartel.

-Mucho cuidadoYa en la policía un oficial le dice:

-Te ha tocado siete y treinta.

-Yo no tengo plata.

-Entonces, tienes treinta y siete dias de cárcel. Siete de todas maneras, y treinta a un dia por sucre.

A poco de estar nuevamente encerrada, Baldomera, la vuelven a saca. Un muchacho, como de quince años de edad, la espera y ha obtenido permiso para hablarla.

-¿Y que quieres vos?- Pregunta Baldomera frente a el.

-Este, vengo de la maternidad, y alli me dijeron que habia venido para aca. Desde hace dias que la ando buscando, pues.

Baldomera no lo mira irse, clavando sus ojos en el chico, es un muchacho, moreno chiquito y flaco.

Unas mujeres lavanderas y de oficio, y de costumbre pregunaba a Polibio cuando pasaba:

-¿Apareció doña Baldomera?

-Si

¿Y donde mismo estaba ah?

-Enferma donde una parienta pues.

-¡Caramba que te he esperado inocente!

-¿Qué es de la vieja apareció?

-Ahí. El la policía esta.

Hay que pagar la multa pues.

-Pero hay que sacarle de la policía…. La van a llevar a la cárcel de no pagar…. La multa… la multa esa…

-Los ojos de Polibio se humedecen. Mira suplicante.

-¡Todo por el maldito hombre ese! ¡el tiene la culpa! Ha gritado inocente.

-¡No es cierto, cállate!

-¡Claro que si, ladrón no

...

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