Aporte De La Mujer A La Iglesia

EL APORTE DE LA MUJER AL MUNDO Y A LA IGLESIA

ULTIMO ENSAYO

Hemos visto en estos últimos tiempos como la mujer ha logrado irrumpir en muchos ámbitos de la vida pública. Hoy podemos ver con gran alegría su participación en la vida laboral, política y económica de nuestras sociedades, abiertos a un futuro común donde hombres y mujeres somos responsables de la construcción de este mundo. Pero estos cambios no son nada fáciles hay que ajustar actitudes y cambios de estilo de vida que nos hacen enfrentarnos a grandes retos que no son fáciles de superar. Este cambio para las mujeres es un cambio difícil, lento y doloroso, lo podemos ver como un alumbramiento que desgarra pero que cuando se sabe llevar puede ser fuente de vida nueva.

Esto se presenta como un gran reto para nosotras las mujeres donde surgen tantas interrogantes porque con el afán de abrirnos paso a estas nuevas oportunidades el rol tradicional de quedarse en la familia pareciera que es visto como un conformismo y se puede hasta degradar el rol tan importante que la mujer tiene dentro de su familia al quedarse en casa, y por querer hacer y cumplir como madre, mujer y profesional hemos visto que ha surgido un cansancio tremendo por todas las actividades que hoy en día la mujer ha asumido para poder contribuir económicamente dentro de sus hogares y aportar sus talentos afuera de casa.

La Organización de Naciones Unidas vio como un tema de gran importancia e implementó la “Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer” y se declaró el decenio 1975-1985 como el DECENIO DE LA MUJER, alcanzando su más significativa expresión en la “Cuarta conferencia Mundial sobre la Mujer” que tuvo lugar en Beijing, China, en 1995.

Dentro de nuestra Iglesia el Concilio Vaticano II en su constitución sobre la iglesia en el Mundo Actual, acoge en forma positiva y con una mirada esperanzadora la promoción social de la mujer y entrada en la vida cultural. Así también Juan Pablo II publica la Carta sobre “La Dignidad de la Mujer” donde le da un lugar a la mujer y hace recapacitar la importancia que esta tiene dentro de la iglesia y la sociedad.

Considero que es importante que las mujeres reconozcamos nuestro ser femenino sentirnos importantes e iguales en esa “imagen y semejanza” a Dios donde hombre y mujer han sido creados por El, para que seamos complemento uno del otro. Ya no vernos como menos ni rivales sino vernos como solidarios y recíprocos para ser capaces de afrontar los conflictos que este mundo nos presenta hoy en día, que si no llegamos a entendernos uno complemento del otro estamos condenados a sucumbir, pues en el plan de Dios hombre-mujer son los constructores y los que llevarán a feliz término esta creación que en determinado momento se renovará en un mundo nuevo.

NUESTRA FE:

Nuestra fe nos enseña que hemos sido creados como una pareja humana y una familia, llamados a crecer juntos pero sobre todo a encarnar en cada uno (hombre-mujer) esa “imagen y semejanza” de Dios quien se ha querido mostrar desde esos dos ángulos complementarios para conocer la grandeza completa de Dios en su creación femenina y masculina. “Dios los bendijo, diciéndoles: “Sean Fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla”.( Gen 1,27). Hombre y mujer son “Señores” de la creación, constructores en la historia y pueden ir haciendo que la “buena noticia” de Dios se vaya realizando en cada uno en esas dos caras de los Señores de la Creación. Nosotras las mujeres podemos tomar como modelo de mujer a la que fue llamada por el ángel San Gabriel “la llena de Gracia” es a través de su vida descrita en los evangelios que podemos conocer el verdadero rostro femenino de Dios, en ella encontramos el modelo para ser mujeres y colaboradores en el “plan de Dios” para la humanidad.

Una niña sencilla de pueblo con sus propias costumbres y cultura según su raza, es una mujer con un plan de vida ya establecido, en víspera de su matrimonio, ella es visitada por un enviado de Dios que cambia totalmente sus planes, una mujer que no se resiste a la voluntad de Dios que siempre esta dispuesta a escuchar su voz por eso no teme arriesgar todo lo que asegura humanamente su vida como lo es su honra y su futuro matrimonio. Acepta los riesgos que ella bien conoce y discierne por hacer la voluntad de Dios (Luc. 1,1-38). María es la mujer que en el día a día de su vida esta dispuesta a reflejar el “ser mujer” de Dios, donde renuncia a su divinidad y se hace hombre, encarnándose en esta mujer que nos muestra el amor del Padre por la humanidad, una mujer dispuesta a entregar su vida para que ella se lleve a cabo el plan de salvación para la humanidad, una mujer que esta dispuesta a entregarlo todo por amor, la que se compadece de los pobre y necesitados, su pueblo que clama por justicia y espera a El Salvador, Maria la que esta dispuesta a cambiar su vida, la que acepta el dolor y la contradicción que su hijo será para muchos (Luc 2, 33-35) esa mujer que esta dispuesta a ser colaboradora en el reino de Dios para que en su persona como mujer se vea “la imagen y semejanza” de Dios en el rostro femenino. Su forma de escuchar, acoger y discernir la vida; su atreverse a dar los pasos necesarios, las respuestas adecuadas para promover “lo nuevo” en su vida cotidiana, simple y sencilla, María se muestra como la mujer de la novedad que acepta el reto de lo intendible y que se pone a la disposición de aquel por quien ha esperado y escuchado desde niña.

A eso hemos sido llamadas nosotras las

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