Argentina y la Guerra FRIA

El mundo pasó a ser conducido por dos potencias de primer orden, EEUU y URSS, y separado en dos bloques. Cada bloque organizó una maquinaria bélica con una capacidad de destrucción a escala planetaria sostenida, en gran parte, por las armas nucleares. Así comenzó a circular la pesadilla de una Tercera Guerra Mundial. Esta vez, esa certeza no se cumplió pero la amenaza de la guerra nuclear generó temor en la humanidad durante décadas. Es por eso que esa época se la conoce como guerra fría.

En este contexto, EEUU emergió como verdadera súper potencia económica y militar. El dólar se convirtió en una moneda de alcance internacional, lo que explica el poderío económico, además de ser el mayor vendedor de productos, el más importante centro financiero y el principal inversor.

Simultáneamente en nuestro país, a partir del derrocamiento de Perón, se abrió una época de inestabilidad política y económica, de la que se intentó salir mediante la aplicación de las directivas del Fondo Monetario Internacional, que recién ingresaba a la Argentina. Sin embargo, sus resultados fueron la devaluación de la moneda y una redistribución de ingresos diferente a la peronista, que favorecía a los sectores altos solamente.

A su vez, EEUU, los sectores empresarios locales y el gobierno pretendía que la industrialización fuera el camino para el desarrollo y, por ende, se fomentó el ingreso de inversiones extranjeras ya que creían que era el paso clave para fundar sociedades modernas y el limite a la inestabilidad política. Pero, esto era rechazado por sectores sociales ya que consideraban que estimulaba la dependencia económica y política: estos formaron el sector nacionalista quienes calificaron a la influencia norteamericana como imperialista.

La urbanización acentuó la importancia de los sectores medios y el sector estudiantil se transformó en uno de los grupos sociales más activos. De esta manera, mientras los cambios sociales y económicos estaban en marcha las aspiraciones de amplios sectores sociales no eran satisfechas y se difundió una tensión social creciente.

En general, el principal motivo fue la actitud frente al peronismo, que dividió tanto a las fuerzas políticas (como por ejemplo, la separación de la UCR en Unión Cívica Radical del Pueblo y la Unión Cívica Radical Intransigente) como sociales (los sectores altos y medios de la sociedad buscaban “desperonizar” la sociedad, mientras que frente a la proscripción de Perón se organizaba la resistencia peronista con base en sectores obreros y populares).

En este contexto de inestabilidad se realizaron diversos golpes de estado que no hacían más que mostrar la debilidad del Estado en una etapa de conflictos tanto internos como externos (entre estos últimos se destaca la tensión con EEUU ante la falta de apoyo argentino a su política de intervención en América Latina). La incapacidad de establecer un juego claro de alianzas dada la fragmentación de la clase dominante, como en el resto de la sociedad, también imposibilitó el liderazgo de una facción sobre otra.

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