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Arquitectura Industrial


Enviado por   •  29 de Julio de 2011  •  2.399 Palabras (10 Páginas)  •  2.088 Visitas

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LA ARQUITECTURA INDUSTRIAL.

La revolución industrial cambió el paisaje natural y el urbano. El agrupamiento de las fábricas dará lugar a un nuevo paisaje : el industrial. Estos edificios, con sus abundantes y características chimeneas, proporcionaran a la ciudad una silueta diferente.

Como tantos otros productos surgidos como consecuencia de la revolución industrial : artefactos mecánicos, estaciones de ferrocarril, las propias arquitecturas fabriles, forman parte de la arqueología industrial, convirtiéndose en testimonio del avance tecnológico a través de la maquinaria .

La arquitectura industrial está condicionada por dos factores fundamentales : la funcionalidad, que se concreta en la organización interior y exterior del edificio de forma que favorezca lo más posible la eficacia del proceso productivo, y el control de los trabajadores. Se trata de explotar los nuevos instrumentos que ofrece la nueva tecnología y la fuerza de trabajo obrera.

Las primeras grandes manufacturas españolas fueron la Real Fábrica de Paños de San Fernando de Henares (1746), la de Vidrio de la Granja, 1760. Tipológicamente se concretan en un edificio bloque con uno o más patios interiores. En el mismo siglo XVIII surgirá una nueva tipología compuesta por la agrupación de pabellones.

La fábrica de tabacos de Sevilla con su excelente arquitectura y sus monumentales fachadas, ocultaba tras sus muros un sistema de control prácticamente carcelario que garantizaba la producción y el orden social constituido.

Desde finales del XVIII estos espacios industriales verán alterada su fisonomía hasta concretarse en nuevas tipologías que harán del edificio industrial un objeto con personalidad propia. Un cambio debido al acoplamiento de los nuevos útiles mecánicos de producción, ya que no podían adaptarse a los viejos espacios.

La industria textil será la primera en beneficiarse de los logros tecnológicos. El telar mecánico revolucionaría la producción de este sector, y por tanto será la industria textil la primera en sustituir la fisonomía de su arquitectura, convirtiéndose en una fábrica de pisos.

La fábrica de pisos tiene una apariencia similar a la de los bloques de viviendas. Su planta suele ser rectangular, larga y estrecha y de gran desarrollo en altura. Con la estructura del edificio se conseguía una buena iluminación. En un principio los materiales eran madera, mampostería y piedra y poco a poco se fueron sustituyendo por los materiales de la revolución industrial, lo que hará que el edificio evolucione tipológicamente hacia una inmensa nave con un terrible diafanidad que proporcionará la entrada de nuevas y gigantescas máquinas que facilitarán el trabajo, aunque ello no significa que mejore la calidad de vida de los trabajadores, por el contrario la fábrica será foco de terribles enfrentamientos sociales, lo que favorecerá el desplazamiento de las industrias fuera de las ciudades, configurándose así las colonias industriales que nacerán en Gran Bretaña a mediados del siglo XVIII.

La arquitectura industrial pertenece al dominio del ingeniero, ya que las inquietudes estilísticas del arquitecto son totalmente ajenas a los demandantes de estas obras.

Desde la fundación en 1832 de la fábrica Bonaplata, que vendría a significar el despegue de la revolución industrial en Cataluña, y por extensión en España, Cataluña ocupará a lo largo del siglo XIX un lugar preferente en el desarrollo industrial de la Península, poseyendo en consecuencia un magnífico y amplio patrimonio de arquitectura industrial.

La Maquinista Terrestre y Marítima fue fundada en 1855 y se ubico en la Barcerloneta. Sería la gran metalúrgica catalana, sucesora en cierto sentido de la Bonaplata y Joan Güel. Sus instalaciones estaban formadas por varios bloques de dos o tres plantas. En Sants también se ubica la Fábrica Batlló, formada por una agrupación de bloques, y limitada por una tapia.

La industria catalana irá incrementándose, y a la tradicional textil se añadirá la siderurgica, alimentaria, de curtidos.... La población de sant Martí de Provençals, será un núcleo de expansión industrial. Allí subsisten fábricas como la Harinera el Progreso 1900, compuesta por un edificio de tres cuerpos, rematados en piñón de tres plantas de gran altura. También encontramos allí la fábrica de Ca l¨Aranyó que es una fábrica textil. Es un edificio de tres pisos en ladrillo.

La Torre de les Aigües, 1883 del arquitecto Pere Falqués, perseguía la toma y distribución de las aguas del Besós. Es de planta circular y está construida íntegramente en ladrillo.

De entre los edificios industriales levantados en el casco urbano de Barcelona destaca el de La Sedeta, 1895. Aprovechando la esquina del solar donde se ubica, se levanta el cuerpo principal que sirve de acceso al recinto, desarrollándose la fábrica en uno de los lados de la manzana que ocupa. Es toda d ladrillo. un edificio que ejemplifica a la perfección el modelo de arquitectura fundacional y ahistoricista.

La central Catalana de Electricidad ( Central Villanova ) pone en evidencia que la arquitectura industrial no permanecía ajena a la evolución de los lenguajes, y por ello incorporaba elementos que hacían más complejas y atractivas sus fachadas. Mezcla con acierto el hierro y el ladrillo, la piedra y la cerámica, dando mayor vistosidad al edificio, pero sin caer en el lenguaje historicista a excepción del cuerpo que se eleva en la esquina.

Las colonias industriales tendrán también un importante desarrollo en Cataluña, especial atención merece la Colonia Güell 1890. El conjunto presenta por una parte las instalaciones fabriles y por otra la colonia obrera más el recinto de los propietarios. El edificio principal del conjunto fabril responde a la tipología de pisos, con cinco plantas. Finas columnas de hierro fundido alineadas en cada una de las plantas, permiten alcanzar una gran limpieza espacial en su interior. En el exterior el ladrillo, entre los grandes vanos repetidos simétricamente, se encargan de organizar unas fachadas muy sencillas. La colonia obrera incluía también escuelas, comercios y una capilla.

A medida que avanzó el siglo los arquitectos se interesaban en mayor medida por este tipo de construcciones. Así tenemos la Fábrica Batlló en Barcelona, de la que sólo queda la chimenea, y sobre todo La Fábrica Asland en Pobla de Lillet, Barcelona de Rafael Guastavino. Hace una construcción en cascada, es decir, desarrollada en caída sobre una fuerte pendiente.

Fuera de Cataluña la industria se desarrolló con mucha pereza. En consecuencia, las muestras de arquitectura industrial son escasas.

Madrid continuó siendo una ciudad burocrática, pero si encontramos la fábrica

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