Arte Colonial En Chile
Enviado por SergioHernandeza • 23 de Junio de 2014 • 2.769 Palabras (12 Páginas) • 176 Visitas
Arte Colonial en Chile El término Arte Colonial se refiere a las diversas manifestaciones artísticas y culturales, tales como arquitectura, pintura, imaginería, artesanía y costumbres que fueron creadas en la época colonial. La época colonial (Ver Arte Colonial) La llegada de Colón a tierras americanas inicia una de las empresas más significativas de la historia universal. En efecto, con la conquista de los nuevos territorios, España afianzará su hegemonía sobre este Nuevo Mundo, en el cual, desde una perspectiva histórica, se pueden distinguir las siguientes etapas: Siglo XVI: Época Fundacional Siglo XVII: Período de Formación de la Nacionalidad Período correspondiente al siglo XVIII (1700-1780), y Neoclasicismo (1780-1830). Antecedentes del arte colonial Los antecedentes y orígenes del arte colonial hispanoamericano son complejos. Fundamentalmente son dos las fuentes principales: España, parte integrante de Europa, pero a la vez original en su historia y desarrollo, y el mundo precolombino indígena. Ello caracteriza al arte colonial como una manifestación artística y cultural de raíz mestiza. Con respecto a este período artístico, resulta difícil hablar de estilos, debido a la superposición y mezcla de diversas influencias estilísticas que se dieron desde el período de la conquista. En general, los estudiosos del tema hablan de un arte mestizo, que se puede definir también como ecléctico, esto es, una mezcla y combinación de diversos estilos e influencias. Se logra, entonces, un producto que es una síntesis entre lo español y lo indígena. El aporte indígena precolombino resultó ser decisivo para la posterior formación de un arte con características propias, especialmente en los lugares donde habían, a la llegada de los españoles, magníficas y poderosas culturas, como en el caso de Mesoamérica, con los aztecas, y en el área andina, con los incas. En el territorio donde nacerá nuestro país, es necesario reconocer que las culturas que aquí se desarrollaban no habían alcanzado el grado de complejidad de las grandes culturas precolombinas. Desde fines del siglo XVII y durante todo el siglo XVIII ya podemos hablar de un arte colonial, donde se cruzan las influencias hispánica-europeas y la expresividad indígena. Sentido del arte colonial El arte colonial desempeñó un papel fundamental en la transmisión de la cosmovisión religiosa española. De este modo, el arte, por medio de la imagen religiosa, se erige como un medio de evangelización muy importante para los intereses hispánicos. Para ello la corona española envió artistas y artesanos en su afán conquistador. También llegaron a América italianos y flamencos reconocidos en el campo del arte en la Europa de entonces. Como ejemplo, para el caso chileno, tenemos en el siglo XVIII la llegada a Santiago de un numeroso grupo de artistas y artesanos jesuitas de origen húngaro y alemán (la mayoría bávaros), a cuya cabeza estaba el padre Haymbhaussen, quienes se establecieron en los alrededores de Santiago. Influencias estilísticas europeas Cuando España inicia la conquista, en Europa el Renacimiento está en pleno apogeo. Y aunque en España este estilo tiene connotaciones peculiares, hay algunos rasgos renacentistas que influirán en el arte colonial americano. Con el Manierismo se inician los aportes más significativos. Su desarrollo se ubica aproximadamente entre 1520 y 1600, enfrentándose al clasicismo y al racionalismo renacentista desde una perspectiva anticlásica, aunque es heredero innegable de los logros técnicos y formales del Renacimiento. En el manierismo estos logros serán los protagonistas, lo que derivará muchas veces en un puro alarde técnico. Algunos rasgos en las obras manieristas son: apariencia de inestabilidad en la composición, desequilibrio en la estructura formal (uso de perspectivas complicadas), eliminación o exageración de la importancia del espacio, temas complejos y eruditos, refinamiento y estilización de las formas, etc. El Barroco es considerado por los especialistas como el último gran estilo de la historia del arte, extendiéndose durante todo el siglo XVII y parte del XVIII. Se caracteriza por apelar a los sentimientos, por el uso de perspectivas que tienden al infinito, por el horror al vacío (“horror vacui”), la teatralidad y el dramatismo de sus expresiones artísticas, y el uso de formas y líneas curvas y rebuscadas, entre otros aspectos. Visiones apoteósicas, vuelos de santos y otras criaturas angélicas, grandes escenografías que se despliegan en el espacio impregnan toda la obra barroca. Importante es destacar la tendencia a la integración unitaria de todas las partes y manifestaciones, que domina las creaciones de este período. En el siglo XVIII, el arte Rococó, característico de esta época, se encuentra enmarcado en un ambiente festivo: desfiles, fiestas, disfraces y fuegos de artificios. En torno a los palacios de la nobleza abundan los bailes, las comparsas, los conciertos, el teatro. Este halo de mundanalidad, ocio, descanso y festividad se verá reflejado en la arquitectura, pintura y escultura, en las que abundan los temas mitológicos. Hacia 1789 ocurrieron trascendentales cambios en todas las esferas en Europa, lo que repercutió en las colonias del nuevo continente, concretándose en las independencias locales a comienzos del siglo XIX. Junto a ello aparecen nuevas visiones en el arte, surgiendo los movimientos artísticos llamados Neoclasicismo y Romanticismo. Arquitectura colonial En la arquitectura se ofrecen los ejemplos más visibles del arte colonial. Según los cronistas, las ciudades de Santiago y Valdivia son los primeros núcleos urbanos del país. La primera fase corresponde a un campamento provisorio de quincha y barro. Santiago del Nuevo Extremo se fundó el 12 de febrero de 1541, como una típica ciudad con trazado cuadriculado, con la Plaza de Armas como núcleo central y centro cívico-religioso. En torno a ella se distribuyeron solares para el culto y la jerarquía eclesiástica, la casa de gobierno, la de justicia, el cabildo, el comercio y algunos vecinos notables. En las calles convergentes se ubicaron las órdenes religiosas y el resto de los vecinos españoles. En 1552 se funda la iglesia y convento de Santo Domingo, estableciéndose definitivamente donde hoy se encuentra hacia 1569 ó 1570. Hacia 1566 los mercedarios también construyeron un templo y un convento. Por su parte, en 1593 arribaron a Santiago los primeros jesuitas, orden a la cual nos referiremos con mayor detención más adelante, y en 1597 edificaron su iglesia. Con anterioridad, en 1553, habían llegado a Santiago los primeros religiosos franciscanos, ubicándose definitivamente en 1556 en el actual asentamiento de la Alameda, donde iniciaron los trabajos de construcción de la iglesia y el claustro del convento en 1572. Es el único testimonio arquitectónico conservado del siglo XVI. Los muros
...