Benito Juárez, excelente liberal, licenciado zapoteca de tanto mérito y de tan pocas palabras
Enviado por HTSIIILUUU • 12 de Diciembre de 2014 • Informe • 430 Palabras (2 Páginas) • 185 Visitas
JUAREZ
¡Que el pueblo y el gobierno respeten los derechos de todos!
¡Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la Paz!
Palabras del gran indígena a cuya memoria la gratitud del país ha erigido un ara inconmovible.
Juárez, cuya vida es una lección, una suprema lección de moral cívica, dirigió este manifiesto a la nación, gracias a su heroico amor a la patria.
Benito Juárez, excelente liberal, licenciado zapoteca de tanto mérito y de tan pocas palabras.
Fue ministro político por excelencia. Fue bajo una forma sencilla, el encargado de definir esta revolución: el que la convirtió en reforma.
Padre inspirador, junto con Lerdo de Tejada y José María Iglesias, de la constitución de 1857, en la cual se declara la libertad de cultos, la libertad de enseñanza y la nacionalización de los bienes.
Juárez, fue un hombre de espíritu profundamente religioso, Su primer maestro fue la naturaleza en los abundantes montes y en el inmenso cielo de su tierra vio al halcón volar en libertad.
Humillado, pisoteado, ignorado e ignorante, creció en él el afán de separarse del grupo e ir a Oaxaca para aprender el idioma de Castilla, y llegar a ser una persona dueña de sí misma, un ciudadano, un hombre….
Con la necesidad de tener vida propia dejó el hábito y aspiró a la toga, y se convirtió en abogado.
Formó parte de los grupos liberales y reformistas; Luchó por la justicia, por la integridad del país.
¡Benito Pablo Juárez García, gran padre de la patria, viste el triunfo de tu perseverancia, de tu obra, de tu fé, en ese triunfo te dejamos.
¡En esa luz triunfante perdurará tu memoria!
¡Tu destino fué ser heróe y en la lucha moriste!
La nación de mañana, la de hoy y la de siempre oirá, en cada conciencia de niño, en cada inteligencia que despierta, las divinas palabras maternales de la escuela laica, de la escuela nacional, que cantará tus glorias y bendecirá tu obra.
¡Hermano Benito Juárez: nadie amó tanto a su patria como tú!; por eso, nadie tiene mayor derecho que tú a que sus errores le sean perdonados.
Cada generación, al partir, dirá a la generación que se levanta y llega: ¡Perseverad como él!; ¡Amad como él!; ¡Creed como él!.
Que sea tu recuerdo un símbolo de amor y de concordia. Que sea un ara donde fraternicemos todos los mexicanos.
¡Hermano Benito Juárez! ¡Nadie podrá arrancar tu nombre del alma del pueblo ni remover tus huesos en tu sepulcro! ¡Para llegar a ellos será necesario antes, hacer pedazos la sagrada bandera de la república que con tanto amor te envuelve y con tanto amor te guarda!
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