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Bernad Manin


Enviado por   •  8 de Febrero de 2014  •  1.371 Palabras (6 Páginas)  •  375 Visitas

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BERNARD MANIN

LOS PRINCIPIOS DEL GOBIERNO REPRESENTATIVO

El uso corriente distingue la democracia representativa de la directa, haciendo aparecer de ese modo ambos regímenes como variedades de la democracia. Sin embargo, la historia muestra que el régimen hoy llamado democracia representativa tiene sus orígenes en la forma de gobierno establecida e impuesta en Occidente.

Ese régimen del que han salido este tipo de democracias, no fue concebido en modo alguno por sus creadores como una forma de la democracia y Manin menciona así a dos actores cuyo papel fue decisivo en la instauración de la representación política moderna, Madison y Siéyés, se acercan a la oposición que ambos establecen entre el gobierno representativo y la democracia.

Madison opone repetidas veces el “gobierno republicano”, caracterizado por la representación y la “democracia” de las pequeñas ciudades antiguas. No obstante, no describe la representación como una aproximación de la “democracia”. El ve en ella una forma de gobierno diferente y superior.

Madison destaca que uno de los fines del sistema representativo es poner a los gobernantes en condiciones de resistir las “pasiones desordenadas” y las “ilusiones efímeras” que pueden apoderarse del pueblo. Afirma que sólo “el juicio maduro y deliberado de la colectividad” debe prevalecer.

La superioridad de la representación consiste, por el contrario, en que abre la posibilidad de una separación entre la voluntad pública y la voluntad popular.

Siéyés, por otro lado, explica la diferencia “enorme” que separa la democracia en la que los mismos ciudadanos hacen la ley y el régimen representativo en el cual confían el ejercicio de su poder a representantes nombrados por ellos. Subraya además con fuerza que el papel de los representantes no consiste en transmitirla voluntad de sus electores sino para deliberar y votar libremente según su opinión actual. El gobierno representativo ha sido instituido con el objetivo de que la voluntad popular no haría la ley ni directa ni indirectamente.

Tanto para Siéyés como para Madison, el gobierno representativo no es una modalidad de la democracia, sino que es una forma de gobierno diferente y además preferible.

Cuatro principios del gobierno representativo

1. LOS GOBERNANTES SON ELEGIDOS POR LOS GOBERNADOS A INTERVALOS REGULARES

No hay representación sin elección regular de los gobernantes por los gobernados. La elección no suprime la diferencia de las situaciones y de los papeles entre gobernantes y gobernados. La condición de gobernante no es conferida por la unción divina, el nacimiento, la riqueza o el saber, sino únicamente por el consentimiento de los gobernados. O sea, el derecho de mandar a otros no puede fundarse más que sobre el consentimiento de aquellos sobre los cuales se ejerce.

Según Siéyès se puede objetar que la elección no designa necesariamente profesionales del gobierno ya que si el objetivo fuese seleccionar a los competentes, el procedimiento electivo sería totalmente inadecuado; sería mejor entonces seleccionar los gobernantes por examen, sometiéndolos al juicio de la comunidad de los especialistas.

Platón consideraba a la democracia como el gobierno de los incompetentes

Luego Schumpeter, teórico contemporáneo, define a la democracia como “el sistema institucional en el cual los individuos adquieren el poder de impulsar esas decisiones al término de una lucha competitiva por los votos del pueblo.

El añade que su definición reconoce implícitamente al pueblo la función de revocar los gobernantes.

Es el juicio del pueblo y no la identidad con el pueblo lo que confiere la categoría del gobernante

2. LOS GOBERNANTES CONSERVAN, EN SUS INICIATIVAS, UN MARGEN DE INDEPENDENCIA EN REACIÓN CON LOS GOBERNADOS

Comienza mencionando que como el representante sabe que las elecciones se repiten a intervalos regulares, el que ha asumido compromisos ante sus electores puede anticipar, que, si no los pone en práctica no será reelegido. Pero por otra parte, permanece libre de sacrificar la perspectiva de su reelección si otras consideraciones le parecen más importantes que su propia carrera.

La democracia representativa no es un régimen en el que los gobernantes están obligados a poner en ejecución los deseos de los gobernados. Por lo tanto no puede ser concebida como la forma indirecta del gobierno por el pueblo.

No obstante, aun si los electores

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