Biografia Santa Anna

El libro relata la historia de la vida de Santa Anna, y dice que es uno de los personajes dominantes del México independiente y de los años que le siguen hasta poco después de mediados del siglo XIX.

Nació en Jalapa el 21 de febrero del año de gracia de 1794, durante su juventud se dedicó al comercio por deseo de su padre, el cual era un sub-delegado quien le consiguió un puesto en el que duró poco tiempo. Ya que no pudo estudiar una carrera, se metió al ejército realista en el regimiento fijo de Veracruz, Se convirtió en un cadete a la edad de dieciséis años solamente, se presentó ante don Joaquín de Arredondo y Muñiz, caballero de la orden Calatrava y coronel del Regimiento fijo de Veracruz, demandando ser admitido como caballero cadete en el servicio de Fernando VII, Rey de España. El joven, como lo retrata el autor, es “vivaracho y alegre, servicial y meloso con los superiores, zalamero, de adulaciones siempre a flor de labio…” Dispuesto a todo por subir, desde esa edad temprana empezaría a mostrar mucha capacidad en varios aspectos pero, muy poca disciplina. Se muestra impaciente por participar en la guerra

En 1810, el mismo año en que Miguel Hidalgo y Costilla comenzó el primer intento de México para lograr la independencia de España, Santa Anna se unió al ejército colonial español, en virtud de Joaquín de Arredondo, quien le enseñó mucho sobre cómo tratar con los rebeldes mexicanos nacionalistas. . En 1811, Santa Anna salió de Veracruz el Regimiento fijo, en el que se encontraba él, dirigiéndose hacia Tampico, en aquel entonces provincia, de Nuevo Santander. Es ahí en donde el joven cadete Santa Anna experimenta su primer combate, su primera guerra.

Su maestro, don Joaquín Arredondo utiliza frases rebuscadas que utiliza para proclamas. Don Antonio aprende de él muy rápido a utilizarlas también, para su beneficio y, en sus tiempos libres, don Joaquín se dedica “en fomentarlos chismes entre todas las personas, sin distinción, contra los vecinos y contra los oficiales, en abusos de autoridad y en desaciertos de toda clase y cada paso”. Fue herido en el brazo izquierdo por un nativo Chichimecas flecha durante la campaña bajo el mando del coronel Arredondo, Joaquín Amoladeras en la ciudad, el distrito de Rayón del Estado de San Luis Potosí. En 1813, se desempeñó en Texas en contra de la Gutiérrez / Magee Expedición, Y en la Batalla de Medina, En la que fue citado por su valentía.

Después de experimentar un sinnúmero de incomodidades, pasa a tener “vida de salón” en su natal Veracruz, en donde lee los clásicos de Grecia y del Lacio, la mitología y los Comentarios sobre la guerra de las Galas, al terminar las lecturas “está ebrio de Cesarismo”.

“Todo lo quiere hacer como los héroes de Homero, como los varones fuertes de Roma”. Tiene el grado de teniente y es ayudante del general don José Dávila, gobernador de la provincia de la Vera Cruz y, quien llega a estimarlo como hijo dándole consejos; lo lleva a las ceremonias oficiales y religiosas, a festejos de la sociedad, le confía sus secretos políticos, etc.

Pronto el virrey, Don Juan Ruiz de Apodaca le concede el grado de capitán graduado a Santa Anna en 1816, que durante años había sido ascendido rápidamente. Se convirtió en el segundo teniente en febrero de 1812, y el teniente primero antes de finales de ese año.

Combate a los insurgentes los bate y obtiene otro escudo de honor por la toma de “Boquilla de Piedra”. A los que toma prisioneros los deja en libertad, no le gusta fusilar a nadie. Pasa el tiempo y de Capitán pasa a comandante y recibe la Cruz de Isabel la Católica. Mientras tanto el movimiento insurgente se mantiene sin progreso. Han muerto algunos de los líderes principales y, otros, están en prisión.

Los insurgentes, después de once años de lucha, ya fatigados, lo aceptan creyendo que dicho plan será benéfico para el país.

El virrey, por su parte lo declara “anticonstitucional”. Santa Anna es el encargado de combatir a los autores de tal plan; en Orizaba es invitado a adherirse al Plan de Iguala, pero se entera del pésimo estado de las fuerzas insurgentes y las ataca sin contestar su invitación. Las aniquila y esto le vale para que solicite que el virrey lo ascienda a teniente coronel, pero no cristalizan sus deseos y, sí “brinca pero de realista a coronel insurgente”, pues ha aceptado la oferta de don José Joaquín Herrera de pasarse a la insurgencia apoyando al Plan de Iguala.

Pronto, un día recibe el título de “jefe de la undécima división del Ejército de las Tres Garantías”, de la mano de Agustín de Iturbide como premio por su victoria en Jalapa sobre sus antiguos correligionarios. Cuando Iturbide redactó el plan de Iguala para que se diera a conocer la independencia de la Nueva España, Santa Anna se cambió al ejército insurgente.

El 7 de octubre de 1821 Iturbide toma la Ciudad de México y pocos días después Santa Anna entra a Veracruz. Iturbide lo nombra Comandante General de la Provincia de Veracruz, durante ese tiempo era partidario del Imperio. Tiempo más tarde, se alzó en contra de Iturbide a favor de la república y así apoyando a Guadalupe Victoria, ya que eran íntimos amigos, esa fue una de las razones por las cuales Santa Anna se devolvió en contra de Iturbide.

Se revela contra Agustín Primero, porque según él, Agustín había “atropellado en escándalo al Congreso para hacerse declarar emperador”, considerando nula tal proclama. Sin embargo; había afirmado estar preparado para declarar emperador a Iturbide antes que nadie. Ahora, en nombre de la nación mexicana, proclama el gobierno republicano. Pero al día siguiente lanza en Veracruz otra proclama: “He resuelto que se observe la constitución española entre tanto se dicte la voluntad general de los pueblo… hasta que nuevas cortes formen el Código Legislativo que ha de regir en lo sucesivo”, “El plan que me he formado, queridos compatriotas, os conducirá, siguiendo mi ejemplo, al templo de la inmortalidad…” Retoca su plan e insiste en él que “habrá un sistema de verdadera libertad”.

En diciembre de 1822 Santa Anna y el general Guadalupe Victoria firman el Plan de Casa Mata la abolición de la monarquía y la transformación de México en una república. En mayo de 1823, tras la renuncia de Iturbide, Victoria se convirtió en el primer presidente de México. La asistencia prestada por Santa Anna, en el derrocamiento de Iturbide dio la razón a otros líderes a confiar en él, a pesar de su tendencia conocida por cambiar de lado de forma oportunista dependiendo de lo que siguiera sus intereses en ese momento.

Santa Anna prometió seguir los principios del Plan de Iguala, y después, el 6 de diciembre proclamó el Plan de Veracruz en el que señalaba que un congreso

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