Boccara-Génesis y estructura de los complejos fronterizos euro – indígenas
Enviado por Agustín Caro • 16 de Marzo de 2024 • Apuntes • 14.609 Palabras (59 Páginas) • 49 Visitas
Tema 3.1
Boccara-Génesis y estructura de los complejos fronterizos euro – indígenas. Repensando los márgenes a partir de Watchel”:
El presente ensayo tiene por objetivo dar cuenta de las principales transformaciones conocidas por las investigaciones en antropología histórica de las zonas fronterizas. Se analizará la obra de Watchel llamada Los Vencidos la cual marca un hito en la etnohistoria en términos de Resistencia – Aculturación, aunque es desplazado hacia otros fenómenos como etnogénesis, etnificación y mestizaje.
Así se puede dar cuenta que las investigaciones etnohistóricas han experimentado un giro con respecto a la manera de abordar las dinámicas culturales por lo cual planteamos una noción de complejo fronterizo.
La visión de los vencidos
La visión de los vencidos es la obra pionera de los estudios etnohistóricos, una tesis de Watchel de 1971 con rasgos históricos y antropológicos.
Si marcó las etnohistorias de Francia no es porque da una tesis original sobre el revés de la conquista, sino que pasa del estudio del lado español al otro lado del encuentro, es decir que rompe con el eurocentrismo para dar cuenta de la historia de los llamados pueblos primitivos o sin historia.
Si este estudio tiene relevancia es porque permite una reflexión más amplia sobre la manera de combinar métodos, perspectivas de la historia y de la etnología.
Esta obra proporciona una prueba concreta de que era posible dar cuenta del devenir de las sociedades llamadas tradicionales tomando en cuenta la existencia de una racionalidad estructural independiente del tiempo. Al tener como objetivo el dar cuenta de la praxis de los pueblos indígena, es a través del estudio de este estudio, que se lo realiza en una época en donde los movimientos tercermundistas están emergiendo.
La aculturación no es sinónimo de conversión, tampoco es interpretada por los mismos agentes de las mismas formas ya que no significaba abandonar las llamadas tradiciones ancestrales.
Plantea que a través de las rebeliones pretendieron los indígenas retomar el control de su historia en algunos casos el sistema pareció derrumbarse, pero los españoles desviaron el curso de la nueva historia a su favor, lo que es cierto es que las estructuras nativas también tendieron a perpetuase por lo cual se le atribuye a Wachtel que contribuyó a que las sociedades tradicionales salgan de su destino arcaizante.
El sostiene que la resistencia y revuelta no son sinónimos, demuestra a menudo también que la aculturación se entendía como proceso que da cuenta del rechazo, pero también de préstamos culturales, innovaciones y creaciones por lo cual todo se transforma. La resistencia nativa no remite a una operación negativa o conservadora de preservación a los modos pre hispánicos, pero para entender todo es necesario reconectar los acontecimientos a las estructuras esto es estudiar la praxis.
La tercera parte de la obra, dedicada a la praxis indígena, remite a las áreas llamadas fronterizas, están expresadas en las guerras chichimecas y araucanas donde se ven los procesos de aculturación y tiene como propósito establecer una comparación entre México y Perú.
Guerra, aculturación y dominación
La guerra indígena, no se encuentra definida de manera específica, pero el hecho guerrero explica los mecanismos en juego de los fenómenos de préstamo cultural e innovación técnica, se abordan los casos de la resistencia con el fin de poner en perspectiva las razones del éxito con la que se conquistó el imperio. Para él, el fracaso era por la naturaleza de las sociedades a las que se enfrentaron, eran nómades, en una infinidad de unidades políticas y dispersas por lo cual eran vistos como los bárbaros de los límites, que correspondían a los de los incas o mexicas que tampoco los dominaron.
Con respecto a la aculturación, ocupa un lugar central en el vínculo entre la historia y la antropología. Este concepto bisagra nace en el terreno de la etnología, pero se ubica en la perspectiva histórica hacia el estudio de los fenómenos de cambio. Este término sirve para describir todos los fenómenos de interacción que resultan del contacto entre culturas, pero tiene una doble antigüedad y mantiene su origen colonial con dos características, la primera interna que es de las heterogeneidades de las culturas, la otra es a la dominación de una cultura sobre otra.
La dominación abarca los estudios de los hechos coloniales tanto de dominación tanto directa como indirecta.
Wachtel define un número de parámetros, que permiten observar y captar las características y los efectos producidos por la aculturación. Advierte que, dado que solo se han estudiado algunos casos estos parámetros, estamos lejos de cualquier generalización.
Se distinguen dos tipos de aculturación, la impuesta y la espontánea, la primera se asocia a las situaciones de contactos dirigidos y remite a los procesos de pasaje de la cultura indígena a la cultura occidental, la segunda se desarrolla en un contexto de contactos no dirigidos, corresponde a la integración de elementos occidentales en la cultura indígena.
Se plantea que los fenómenos de aculturación se reparten entre dos polos, integración y asimilación. El primero se caracteriza por la incorporación de elementos foráneos sometidos a los esquemas indígenas, los cambios generados por esta incorporación de elementos exógenos se inscriben en la continuidad de la traducción. En cuanto a la asimilación remite al proceso inverso en el cual las adopciones de elementos europeos se acompañan con la eliminación de las tradiciones indígenas y su sometimiento a los valores de la sociedad dominante.
Ahora bien, y antes de empezar a interrogarnos sobre el destino de la noción de aculturación y las interpretaciones propuestas por Wachtel, conviene precisar los puntos vinculados a la emergencia de esa nueva manera de enfocar el tema del devenir de las sociedades indígenas en el contexto colonial de violencia cruda o sutil.
Hay que remarcar que al igual que los estudios estadounidenses reagrupados alrededor del antropólogo Spincear, Wachtel insiste sobre la centralidad de los hechos de dominación en la estructuración de los fenómenos e instituciones sociales. No es pensable sin tomar en cuenta las relaciones de fuerza, de dominación y las imposiciones de índole tanto política, económica y religiosa.
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