Bolivar Y Sus Primeros años

CAPITULO I

BOLIVAR Y SUS PRIMEROS AÑOS

El Libertador Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Ponte, nació en Caracas el 24 de julio de 1783, fecha para la cual su familia tenía aproximadamente 195 años en suelo venezolano. La familia Bolívar pertenecía a la nobleza española y en Venezuela ostentaron títulos como Marqués de Bolívar y Vizconde de Cocorote.

Cuando Simón Bolívar vino al mundo, Caracas era una ciudad agradable, con calles estrechas y empedradas. Las casas estaban construidas de manera sencilla, de una sola planta, con amplios patios internos adornados con árboles frutales.

La sociedad colonial estaba dividida en clases sociales claramente diferenciadas, blancos peninsulares, blancos criollos, pardos, indios y negros.

Los blancos criollos se destacaron del resto de los grupos de la colonia por su inconformidad con el gobierno español, que nos les permitió participar en los puestos de gobierno más importantes.

Los mantuanos se caracterizaron por sus constantes enfrentamientos con las demás clases sociales. Bolívar era un mantuano de nacimiento.

CARACTERISTICAS FÍSICAS DEL LIBERTADOR

Bolívar tenía la frente alta, pero muy ancha y surcada de arrugas desde temprana edad, la nariz larga y perfecta, los pómulos saliente, las mejillas hundidas, los dientes blancos, uniformes y bien cuidadas, las orejas grandes, el pelo negro, fino y crespo , lo llevó largo en los años de 1818 a 1821, hasta que empezó a encanecer. Las patillas y bigotes rubios, su estatura era de cinco pies seis pulgadas inglesa. Tenía el pecho angosto, el cuerpo delgado. La piel era morena, su aspecto cuando estaba de buen humor era apacible, pero terrible cuando irritado.

RASGOS MENTALES

Bolívar se caracterizaba por la objetividad, que expresaba en dos direcciones: autocrítica y la ecuanimidad, conocedor de los demás y de sí mismo.

Hablaba mucho, poseía el don de conversación y gustaba referir anécdotas de su vida pasada. Su estilo era florido y correcto, sus escritos están llenos de imágenes atrevidas y originales. .

Tenía el don de la persuasión y sabia inspirar confianza a los demás, a esas cualidades se deben, en gran parte, los asombrosos triunfos que obtuvo en circunstancias tan difíciles, era genio y creador por excelencia sacaba recursos de la nada.

FAMILIA BOLÍVAR-PALACIOS

La familia Bolívar-Palacios, conformada por el coronel don Juan Vicente Bolívar y Ponte, doña María de la concepción Palacios y Blanco y cuatro hijos llamados María Antonia, Juana Nepomucena, Juan Vicente y Simón Antonio, tenía su residencia principal en Caracas. En la Capitanía General de Venezuela, esta familia ocupaba una destacada posición de blancos criollos, descendientes de los primeros conquistadores, y poseía grandes propiedades en diversas áreas de la Provincia de Caracas, en las que se desarrollaban actividades económicas basadas en la producción minera y agrícola.

El coronel Juan Vicente Bolívar y Ponte, era nieto de un capitán general de los ejércitos reales. El padre del Libertador impulsó buena parte de la oposición al monopolio comercial de la Corona española y llegó a firmar, junto a otros mantuanos, una solicitud hecha a Francisco de Miranda, durante la permanencia de este en el exterior, para que asumiera el mando de un levantamiento en contra del gobierno español en Venezuela.

Doña María de la Concepción Palacios y Blanco de Bolívar (1758-1792), madre del Libertador, era hija de don Feliciano Palacios y Gil de Arratia y doña Francisca Blanco Infante Herrera, era una dama educada y sociable, cantaba y tocaba el arpa. Su esposo muere cuando ella tenía sólo 26 años, desde ese momento asumió la administración de una gran fortuna y numerosos negocios que continuaron siendo prósperos. A su muerte no sólo había incrementado los bienes de la familia sino que dejó en orden la herencia que le correspondía a cada uno de sus hijos.

Los esposos Bolívar-Palacios contrajeron matrimonio en 1773. Con una notable diferencia de edad, el coronel Bolívar tenía 47 años mientras que doña Concepción sólo tenía 15 años.

La familia Bolívar poseía cuantiosos bienes entre ellos cafetales, cacahuales, minas, dehesas, vastas tierras y numerosas esclavitudes, parte de la producción se exportaba a Cádiz, y de las minas de Aroa se extraía cobre.

BOLÍVAR DESPUÉS DE LA ORFANDAD

En Caracas, transcurrieron los primeros años de Simón Bolívar, temporalmente era llevado a las haciendas que la familia poseía en los valles de Aragua.

En 1786, cuando tenía dos años y medio murió su padre y a los nueve años, murió su madre. Sus hermanas contrajeron matrimonio pronto y los varones continuaron viviendo con el abuelo materno, don Feliciano Palacios, tutor de ambos y bajo el cuidado de la servidumbre y de la tía Josefa Palacios Blanco. Al morir el abuelo al año de haberse hecho cargo de los huérfanos, Simón quedó al cuidado de su tío y tutor Carlos Palacios Blanco, aunque siempre prefirió a su tío Esteban, quien tenía un carácter jovial y cariñoso. El viaje del tío Esteban a España afecto mucho al niño Simón.

MUJERES QUE AMAMANTARON A SIMÓN BOLÍVAR

Desde que nació Bolívar, su madre presentó problemas de salud, por lo tanto sintió la necesidad de buscarle una nodriza, recurrió primero a su amiga Inés Mancebo de Miyares, quien recién había dado a luz y pudo compartir su leche materna con el recién nacido, luego doña Concepción hizo llamar a Hipólita.

Hipólita Bolívar (1763-1835) nodriza de Simón Bolívar. Nació en San Mateo, murió en Caracas. Era una esclava de la hacienda El Ingenio, en San Mateo, propiedad de la familia Bolívar. Se casó con Mateo Bolívar siervo de la hacienda Santo Domingo de Macaire en Caucagua.

Bolívar la recordó en varios documentos y la llegó a considerar como su madre y padre, su aya y "madre de leche", quien lo amamantó en sus primeros años y lo cuidó cariñosamente en su orfandad. Además de gratitud, afecto y respeto.

Después de la batalla de Carabobo le concedió la libertad.

Sus restos reposan en la cripta de la familia Bolívar en la Catedral de Caracas, desde el 31 de julio de 1975.

INFLUENCIA DE LA PÉRDIDA DE SUS SERES QUERIDOS.

En su niñez, Simoncito no contó con el apoyo de sus seres más querido. Como todo niño huérfano, se acostumbró a la soledad, al desasosiego y al infortunio, inmerso en su frustración anímica, que engendró en él una rebeldía y un carácter decidido y emprendedor, que moldeó su personalidad hacia la inteligencia para sobrevivir en la adversidad, y sembrar en su corazón el sentido de la universalidad, la libertad y la justicia; características que forjarán

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