ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Breve Historia Económica Del Ecuador


Enviado por   •  25 de Noviembre de 2014  •  2.114 Palabras (9 Páginas)  •  402 Visitas

Página 1 de 9

Historia económica del Ecuador, por Alberto Acosta (tercera edición)‏

Imprimir Correo electrónico

Detalles

Categoría de nivel principal o raíz: documentos

Categoría: noticias sobre Educación

Publicado el Jueves, 30 Agosto 2012 17:47

Visto: 7599

“Es tarea más ardua honrar la memoria de los seres anónimos que la de las personas célebres. La construcción histórica está consagrada a la memoria de los que no tienen nombre”

libroecon

Walter Benjamín, filósofo alemán (1892-1940)

Al presentar la tercera edición de esta breve historia económica de la República del Ecuador es preciso rescatar varias de las reflexiones que sirvieron para introducir las dos ediciones anteriores. Pero, a la vez, hay que incorporar nuevos criterios de presentación a la luz de nuevas constataciones y análisis. La razón es simple, este texto recoge lo más sustantivo del trabajo ya presentado, pero lo revisa, corrige y amplia. Este texto no solo está actualizado con información de los últimos años, si no que confronta los análisis realizados en décadas anteriores con debates nuevos, con el fin de tener una mejor comprensión de la evolución histórica del Ecuador, sobre todo de los procesos económicos vividos desde 1830.

Por lo tanto habría que insistir que la eco­no­mía co­mo cien­cia no se pue­de en­ten­der­ des­po­ja­da de su con­te­ni­do his­tó­ri­co. Los acon­te­ci­mien­tos pre­sen­tes no son le­gi­bles sin com­pren­der su pa­sa­do. Tan­to es así que se po­dría afir­mar que la his­to­ria en la eco­no­mía cum­ple el pa­pel del agua en la na­ve­ga­ción, co­mo so­lía de­cir el eco­no­mis­ta ar­gen­ti­no Pe­dro Paz. Es, en­ton­ces, in­ne­ce­sa­rio re­sal­tar la sig­ni­fi­ca­ción del acer­ca­mien­to his­tó­ri­co pa­ra com­pren­der cualquier evo­lu­ción eco­nó­mi­ca. No hay economía sin historia. Y viceversa, no hay historia sin economía.

Si se re­cuer­da, ade­más, que la eco­no­mía es una cien­cia so­cial y que la his­to­ria es­tu­dia la rea­li­dad so­cial en el tiem­po, una his­to­ria eco­nó­mi­ca de­be te­ner pre­sen­te las exi­gen­cias so­cia­les del pre­sen­te.

Coincidiendo con Juan Mon­tal­vo en Las Catilinarias (1880-81): “La his­to­ria es la en­se­ñan­za del por­ve­nir: ig­no­rar los tiem­pos pa­sa­dos es no ser ap­tos pa­ra los ve­ni­de­ros”. Es decir, la lectura histórica tiene que ver con la construcción del futuro. El presente es el pasado del futuro.

Eso es lo que se in­ten­ta con es­te tex­to, re­vi­sar la evo­lu­ción de la so­cie­dad ecua­to­ria­na con én­fa­sis en los as­pec­tos eco­nó­mi­cos para contribuir desde el conocimiento de estos temas en la construcción democrática de una sociedad democrática.

Es­te li­bro pre­sen­ta una bre­ve vi­sión in­ter­pre­ta­ti­va de las mo­da­li­da­des de acu­mu­la­ción y de las re­la­cio­nes so­cia­les do­mi­nan­tes en to­do el pe­río­do re­pu­bli­ca­no, de­ter­mi­na­das en úl­ti­ma ins­tan­cia por la di­ná­mi­ca del ca­pi­ta­lis­mo me­tro­po­li­ta­no. La atención puesta en el ne­xo ex­ter­no podría minimizar otros ele­men­tos pro­pios de la ri­ca y a ra­tos con­tra­dic­to­ria es­truc­tu­ra re­gio­nal del país. Sin em­bar­go, lo cierto es que el co­mer­cio ex­te­rior ha cons­ti­tui­do una suer­te de ve­las pa­ra el na­vío, que re­pre­sen­ta la eco­no­mía na­cio­nal, tal co­mo lo gra­fi­có Ger­má­ni­co Sal­ga­do, uno de los eco­no­mis­tas más des­ta­ca­dos de la se­gun­da mi­tad del si­glo XX. La crisis provocada por los problemas de algún producto de exportación, el cacao, por ejemplo, fue superada con el advenimiento de otro producto, como el banano, para completar este ejemplo. Y luego el petróleo insufló nuevos vientos en la economía, cuando se produjo la crisis del banano.

En esta tercera edición se profundiza sobre el significado del extractivismo de matriz colonial, que encuentra nuevas expresiones en el extractivismo del siglo XXI o neoextractivismo a secas. Des­de es­ta pers­pec­ti­va se bus­ca en­ten­der las ten­den­cias bá­si­cas de un pro­ce­so so­cial en per­ma­nen­te trans­for­ma­ción y no un sim­ple re­cuen­to cronológico de acon­te­ci­mien­tos o una enu­me­ra­ción de per­so­na­jes.

Así las co­sas, es­cri­bir una his­to­ria de la eco­no­mía re­pu­bli­ca­na del

Ecuador es una ta­rea com­ple­ja. En pri­mer lu­gar su pe­rio­di­za­ción pue­de re­sul­tar ar­bi­tra­ria, pues es di­fí­cil dis­tin­guir con cla­ri­dad los cor­tes en­tre los diversos procesos en marcha con cambios permanentes. Lo que sí está claro es que el extractivismo rentista constituye la columna vertebral de la economía ecuatoriana desde sus orígenes coloniales. Incluso cuando se intentó tardíamente impulsar la industrialización vía sustitución de importaciones, la modalidad de acumulación primario-exportadora sostenía el escenario productivo. La exportación de los productos primarios, el banano especialmente, financiaba en gran medida dicha transición industrializante, que por lo demás quedó trunca. De hecho, en ningún momento el modelo de industrialización vía sustitución de importaciones logró subordinar totalmente al esquema primario exportador.

Por to­das es­tas ra­zo­nes, re­for­zan­do el ca­rác­ter so­cial de la eco­no­mía, és­ta es una in­ter­pre­ta­ción com­pro­me­ti­da de la evo­lu­ción eco­nó­mi­ca de la Re­pú­bli­ca del Ecua­dor des­de su In­de­pen­den­cia.

A despecho de quienes practican visiones conservadoras de la historia, es­ta es una his­to­ria con opi­nión y es­cri­ta con pa­sión, aquel “sus­ten­to del pen­sa­mien­to y de la ac­ción, sin el cual na­da en la vi­da me­re­ce la pe­na ser em­pren­di­do”, co­mo re­co­men­da­ba el que­ri­do ami­go Al­fre­do Pa­re­ja

Diez­can­se­co, cu­ya in­fluen­cia, debo reconocerlo una vez más, es de­ci­si­va en mi preo­cu­pa­ción por la his­to­ria. Es­te es un es­fuer­zo por in­ter­pre­tar la his­to­ria, no sim­ple­men­te por con­tar la his­to­ria; es un ejer­ci­cio pa­ra in­ten­tar des­cu­brir la ver­dad, no pa­ra ocultar­la o manipularla como sucede en muchas ocasiones.

Es im­po­si­ble tomar distancia de la an­gus­tia hu­ma­na pa­ra dizque de­mos­trar ob­je­ti­vi­dad, co­mo su­ce­de con fre­cuen­cia. Me­nos aún si en to­do el pe­río­do ana­li­za­do,

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (16 Kb)
Leer 8 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com