CHERNÓBIL: LA NOCHE DEL FIN DEL MUNDO

CHERNÓBIL: LA NOCHE DEL FIN DEL MUNDO

El 26 de abril de 1986 ocurrió lo que podría ser el desastre ambiental más grande de la humanidad, la explosión de la Central Nuclear de Chernóbil en lo que es hoy Ucrania. Causado por la mediocridad de los trabajadores y empeorado por los intereses del gobierno, esta tragedia ha dejado una huella sombría en el mundo y en los corazones de las personas.

Ese día se llevaría a cabo una prueba con la intención de aumentar la seguridad del reactor la cual consistía en hacer elevar la temperatura del reactor a su punto crítico para así poder probar su sistema de control que consistía en bajar a su centro más de 100 barras de carbono que disminuían la cantidad de colisiones de partículas y a su vez enfriaban el reactor. Desgraciadamente, los operadores carecían de experiencia y cometieron un error tras otro. Desconectaron el sistema de regulación de potencia, el sistema refrigerante de emergencia del núcleo, y en general los mecanismos de apagado automático del reactor, entre otras cosas. Para tener las cosas bajo control insertaron barras de control para disminuir la potencia del reactor, pero, quizá debido al calor, estas fallaron y fueron desconectadas para hacerlas caer. Se produjo una explosión que desató un infierno y una emisión de radiación de proporciones aterradoras.

Como era natural, los bomberos acudieron a apagar el fuego, no tenían idea de que corrían a sus muertes, que el aire que respiraban estaba contaminado. Hoy todavía, sus cadáveres emiten peligrosas radiaciones, pero, aunque inconscientes de su sacrificio, este no fue en vano, pues lograron evitar que el fuego llegara a otros reactores y quién sabe.

La radiación se empezó a esparcir por toda Europa, el aire de los kilómetros cercanos a Chernóbil se llenó de un invisible y terrible veneno. Un día después, las autoridades soviéticas empezaron a enterarse de la magnitud de la catástrofe. Treinta y seis horas después de la explosión, los 49,360 habitantes de Pripyat, un pueblo ubicado a tres kilómetros de la central, fueron mandados a evacuar sin que el gobierno les dijera la gravedad de la situación. Se les fue dicho que volverían en unos días, pero Pripyat es un lugar inhabitable y así lo será por miles de años más.

Otros héroes que evitaron que esta tragedia llegara a niveles mundiales fueron los trabajadores de emergencia, los liquidadores. Estos fueron reclutados a la zona para limpiar la planta y las áreas de alrededor. Estos trabajadores eran en su mayoría trabajadores de la central, bomberos, mineros y soldados soviéticos. No se sabe el número exacto de liquidadores, pero se estima que fueron 600, 000. Las funciones de los liquidadores variaron. Trabajaron en la descontaminación y proyectos de construcción, incluyendo el establecimiento de asentamientos y pueblos para los trabajadores de las plantas y los evacuados. También construyeron depósitos de residuos, presas, sistemas de filtración de agua y el "sarcófago", que sepulta todo el reactor para contener el material radiactivo restante. Estas miles de personas fueron expuestas a la radiación solo protegidas con atuendos deficientes, muchas sin siquiera saber que estaba pasando realmente. Una gran cantidad de los liquidadores murieron, los sobrevivientes sufren diferentes padecimientos y gozan de beneficios sociales y son tratados como veteranos. Aun así les falta reconocimiento a estos héroes, finalmente ellos sí que salvaron al mundo.

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