CRIMINOLOGIA
Enviado por Juancarloslapo • 17 de Mayo de 2014 • 522 Palabras (3 Páginas) • 184 Visitas
En este texto, Freud nos muestra que la causalidad psíquica no obedece a la lógica racional, la cual determinaría la pobreza como causa de la mendicidad; entonces, cabría preguntarnos: ¿por qué todos los pobres no son mendigos y no todos los mendigos son pobres? La clínica psicoanalítica nos revela que el rasgo de excepción se da gracias a un placer fácil e inmediato que en la teoría psicoanalítica se llama goce. La dinámica psíquica del ser excepcional está sostenida por el hecho de haber sufrido tempranamente una injusticia, que lo obligó a someterse a un padecimiento, el cual lleva al sujeto a creer que se le debe eximir del cumplimiento de cualquier norma; el ser excepcional reclama el derecho de ser eximido de la norma, a manera de un derecho de resarcimiento, como si se tratara de reclamar los beneficios de un seguro o una póliza de indemnización.
Freud aborda este tema de la criminología en otras obras, como: Los que fracasan al triunfar, La perversión colectiva y La negación. En estos trabajos, Freud explica que el crimen, al igual que cualquier acción humana, está sujeto a una dinámica inconsciente, que moviliza un deseo que no obedece a la lógica racional, el cual da cuenta de la vida anímica y subjetiva.
Teniendo en cuenta los aportes clínicos y sociológicos del psicoanálisis, ¿cuales serían los aportes de este al sistema judicial en la comprensión y abordaje del crimen?
El aporte iría desde lo que en psicoanálisis se suele llamar psicoanálisis aplicado, que es una especie de intervención analítica en dispositivos que no son analíticos, lo cual plantea diferencias en la intervención, ya que el acto analítico presupone un lazo transferencial entre analista y analizante. No son estos los términos que se presentan cuando un analista interviene en una institución asistencial o en un dispositivo jurídico. En los dispositivos asistenciales o jurídicos puede haber un analista, pero él no está allí como sujeto puesto por el analizante, sino que está puesto por la demanda de la institución, demanda que requiere ser interpretada. Que un analista esté puesto por la institución no invalida la contingencia por la cual se ofrezca a la transferencia, pero cabe aclarar que en principio es puesto por la institución y la demanda viene de ella, no del sujeto. ¿De qué manera, entonces, el analista puede hacerse presente en las instituciones para que su intervención no quede diluida ni confundida con otros discursos?
Si nos hacemos eco de la reivindicación del sujeto, estaremos operando desde el discurso histérico; si intervenimos con un plan normativo, estamos interviniendo desde el discurso universitario; pero si confrontamos a un sujeto con el goce implícito en sus dichos y actos, estamos operando desde el discurso analítico; aunque esa intervención no sea efectuada en el dispositivo analítico, será una intervención analítica.
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