Carta de jamaica

La Carta de Jamaica fue un documento redactado por Simón Bolívar, padre de la independencia de Sudamérica. El Libertador escribió esta carta en septiembre de 1815, cuando se encontraba en la Kingston, la capital jamaicana, después de haber tenido que abandonar el continente tras una derrota frente a las tropas realistas. En tal escrito resaltan tres aspectos fundamentales: la unión del continente, pues Bolívar estaba convencido que el continente se puede unir a través de la política y la cultura; la pluralidad étnica y el republicanismo, en el cual propone un estado laico y republicano alejado radicalmente (desde su perspectiva a fines de conseguir el apoyo de nuevos aliados) del absolutismo y las monarquías. Por otro lado, este documento permite etiquetar al “Libertador” Simón Bolívar como el más grande visionario latinoamericano del siglo XIX, debido a los aportes innovadores y casi proféticos en materia política implícitos en la Carta de Jamaica, los cuales serán desarrollados a lo largo de este trabajo. Dicho manuscrito, es considerado por muchos historiadores, como el documento matriz que permite a Bolívar expresar, no solo la conformación de un gran bloque geopolítico, sino el respeto y la aceptación de la diversidad religiosa, cultural y étnica. Es por esto que sin duda se puede catalogar a Bolívar como un político adelantado a su época. La Carta de Jamaica está considerada por muchos historiadores como uno de los documentos fundacionales de la independencia de las colonias americanas. Y el objetivo fundamental fue aclarar las dudas y sosegar las inquietudes expuestas por el inglés Sir Henry Cullen sobre la situación histórica y política de la América del siglo XIX. Tal misiva surgió como respuesta, de forma muy política, a las turbaciones antes mencionadas de Sir Cullen, y quizás, también, para no perder posibles recursos (militares, económicos y bélicos) que le sirvieran a Bolívar de apoyo en un futuro no muy lejano. Principalmente, en este manuscrito de Bolívar, destaca la intención de mostrar un proyecto político a esperas de recibir el apoyo genuino de naciones con criterios demócratas y libertarios. De hecho, él describió en su carta, las ventajas y desventajas que tiene América en su proceso de regeneración social y política. Inmerso en estas preminencias y detrimentos, está, por un lado, el recurso humano, mineral y geográfico que con tanto fervor exaltó El Libertador, quizás ingenuamente o de forma retocada y con toda intención. El fragmento a continuación es un veraz ejemplo: “en fin, ¿quiere usted saber cuál era nuestro destino? Los campos para cultivar el añil, la grana, el café, la caña, el cacao y el algodón; las llanuras solitarias para criar ganados, los desiertos para cazar las bestias feroces, las entrañas de la tierra para excavar el oro que no puede saciar a esa nación avarienta. Tan negativo era nuestro estado que no encuentro semejante en ninguna otra asociación civilizada, por más que recorro la serie de las edades y la política de todas las naciones. Pretender que un país tan felizmente constituido, extenso, rico y populoso sea meramente pasivo, ¿no es un ultraje y una violación de los derechos de la humanidad?” Ya conocidas las preminencias, me tomaré la libertad de hacer “un pequeño paréntesis” antes de proseguir con las desventajas, con el fin de aportar un poco más al desarrollo de la idea principal: Las letras en negritas tienen la siguiente intención: destacar todos los recursos, beneficios y fortuna nombrados por Bolívar, y que a su juicio, eran con los que contaba la tierra americana en aquel momento. Aunado a esto, invitar a quien está leyendo, a reflexionar desde otra perspectiva sobre las intencionalidades intrínsecas en los discursos del Libertador. Así que, aquí van algunas interrogantes: ¿Qué tan necesario era nombrar todos los recursos y ventajas, solo para decir que el destino de los americanos, de seguir los españoles, era cultivar en los campos? (Es decir, Bolívar pudo simplemente expresar que cultivarían en los campos y ya, sin necesidad de hacer mención a tanto beneficios), por otro lado, ¿por qué la necesidad de nombrar el “ORO”? ¿Por qué todos los adjetivos como “felizmente constituido, extenso, rico y populoso” para describir la nación? Si esto se observa desde otra perspectiva diferente a solo una “genuina y simple Contestación de un americano meridional a un caballero de esta isla”, se puede notar toda una intencionalidad de vender “una causa”, o sea, ¿a qué imperio del siglo XIX, (y por qué no, de este siglo) no le atraería una tierra con semejantes características? Es posible que Simón Bolívar haya utilizado el manuscrito y dicha oportunidad para conseguir el apoyo económico y militar que lo llevara a consolidar sus objetivos. Ahora bien, en relación a los detrimentos o desventajas que es el otro lado de este punto, Bolívar consideraba: la pasividad y los intereses egoístas de los diversos líderes americanos, sumado a esto, el hecho de que la mayoría de los habitantes ignoraban las ciencias políticas y tenían bajos conocimientos en el arte militar, pues eran obispos, soldados, agricultores y ganaderos. Esto generaba que la sociedad que se encontraba en aquel momento tuviera un carácter pasivo, según Bolívar, esto era para él una desventaja. Así lo expresó y es citado en el siguiente fragmento: “Estábamos, como acabo de exponer, abstraídos y, digámoslo así, ausentes del universo en cuanto es relativo a la ciencia del gobierno y administración del Estado. Jamás éramos virreyes ni gobernadores sino por causas muy extraordinarias; arzobispos y obispos pocas veces; diplomáticos nunca; militares sólo en calidad de subalternos; nobles, sin privilegios reales; no éramos, en fin, ni magistrados ni financistas, y casi ni aun comerciantes; todo en contravención directa de nuestras instituciones” Estos factores, descritos por Bolívar, también pudieron ayudarlo a ofrecer  una imagen de sí mismo a Sir Henry Cullen, de manera premeditada o quizás ingenua, como el único hombre capacitado para asumir la ardua tarea de unificar la América en un Gran Bloque geopolítico, contra hegemónico, liberador y lleno de innovación, progreso y fortaleza. Esto se puede notar en el siguiente fragmento: “Yo deseo más que otro alguno ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria. Aunque aspiro a la perfección del gobierno de mi patria, no puedo persuadirme que el Nuevo Mundo sea por el momento regido por una gran república; como es imposible, no me atrevo a desearlo” Por otro lado, pero sin restarle importancia, está el resaltante hecho de que Bolívar llamara tanto a la unión de américa. Para él era elemental que dicha unificación entre estados se diera, pues permitiría a los americanos tener prosperidad, fortaleza y emancipación, lejos de un sistema monárquico y absolutista. Esta posición se la hace saber a su receptor en la carta: “Yo diré a usted lo que puede ponernos en aptitud de expulsar a los españoles, y de fundar un gobierno libre. Es la unión, ciertamente; mas esta unión no nos vendrá por prodigios divinos, sino por efectos sensibles y esfuerzos bien dirigidos”. Es decir, la unión se lograría no dejándose llevar por intereses particulares y ambiciones individuales, sino por el interés de lograr la emancipación de todos los americanos del yugo español. Sin embargo, para ese momento lo consideraba imposible a pesar que los estados convergían en aspectos culturales, religiosos, entre otros. “Es una idea grandiosa pretender formar de todo el mundo nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes Estados que hayan de formarse; mas no es posible porque climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos, caracteres de semejantes dividen a la América”. Finalmente, la importancia de la Carta de Jamaica radica en 3 aspectos fundamentales: en primer lugar, este documento es considerado como el primero en américa en criticar la división presente en los estados, estableciendo a esta como la causa de las debilidades para independizarse. Asimismo, en él se propone, por vez primera en la historia, la integración de las naciones latinoamericanas. En segundo lugar, es la pluralidad étnica, como por ejemplo la aceptación de las diversas culturas y religiones. En tercer lugar y último, tal vez más importante, se dejó claro al continente europeo que América llevaba mucho tiempo luchando por su libertad y había iniciado su proceso de independencia, y que además, ahora España estaba perdiendo el control absoluto de toda la región. Al mismo tiempo que se exponía lo tanto que había perdido aquella nación europea que en su momento fue un fuerte, vasto y gigantesco imperio.

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