Casa De Los Azulejos
Enviado por 01901063714 • 7 de Marzo de 2014 • 1.723 Palabras (7 Páginas) • 343 Visitas
Se considera que la construcción es de arquitectura barroca novohispana, se encuentra recubierta de azulejos de talavera poblana. Fue residencia de muchos personajes incluida la Señora Graciana Suárez de Peredo, Quinta Condesa del Valle de Orizaba que es a quien se debe su aspecto actual.
La historia del inmueble se remonta a 1569 cuando Don Damian Suárez le vende a su hermano Don Diego Suárez su residencia. Al parecer al inicio eran dos viviendas que con esta acción se unen en una sola. Tiempo después la hija de Don Diego Suárez contrae matrimonio con el Conde del Valle de Orizaba y de esta forma hereda título y mansión a sus hijos al final de la guerra de Independencia. Es en esta casa donde se colocó un arco de flores para recibir al Ejército Trigarante. Fue sede del Jockey Club, Casa del Obrero Mundial y actualmente Sanborn’s. En las escaleras cuenta con un trabajo del muralista mexicano José Clemente Orozco hecho en 1925 por encargo de Francisco Sergio Iturbide.
Antiguo Palacio de los Condes de Orizaba. Inicia su construcción en 1793 en Callejón de la Condesa y Calle Plateros. El exterior de azulejo de talavera fue para demostrar la riqueza de esos condes en los últimos años del siglo XVIII.
Tuvo varios dueños durante el siglo XIX hasta que el 1881 fue la sede del Jockey Club, centro de reunión exclusivo de la élite porfiriana.
A partir de 1919 cambió de nuevo su uso para albergar los almacenes de los hermanos Walter y Frank Sanborn
El área de restaurante se ubica en el antiguo patio de la casa en torno a la fuente. En la bóveda de las escalinatas hay un mural de José Clemente Orozco que fue hecho en 1925.
Fue declarado Monumento Nacional el 9 de febrero de 1931.
La historia del Palacio Azul, como lo llamaban entonces, se remonta al siglo XVI. Poco después cambiaría su nombre por La Casa de los Azulejos,
La casa que hoy ocupa Sanborns, fue construida al estilo churrigueresco y se decía que los azulejos del exterior fueron hechos en China especialmente para su fachada; sin embargo, existe la posibilidad de que hayan sido fabricados en Puebla en una alfarería de talavera de frailes Dominicos en 1653.
La utilización de los azulejos fue introducida a España por los moros; y como tal, los azulejos de los corredores y de la gran escalera, nos recuerden los de algunos palacios de Sevilla.
Existe la certeza de que los barandales de bronce de los corredores y los balcones también fueron especialmente traídos desde China.
El patio interior de la casa, ahora el salón comedor principal, luce sus altas columnas de piedra y como trabes, polines de grandes dimensiones. También es única su fuente de piedra, que constituye uno de sus principales atractivos.
Este palacio ha presenciado no sólo felicidad, regocijo y hechos sobrenaturales, sino también; como contrapunto, crímenes y hasta terremotos, según cuentan varias leyendas.
La historia de los moradores de la Casa de los Azulejos, comienza cuando Don Damián Martínez, presionado por sus acreedores, se vio precisado a cederla en propiedad a Don Diego Suárez de Peredo, a quien se adjudicó la finca en la cantidad de $6,500 y quien tomó posesión de la casa y de la Plaza Guardiola el 2 de diciembre de 1596. Posteriormente, Don Diego habría de heredarla a su hija Doña Graciana, quien contrajo matrimonio con Don Luís de Vivero, segundo Conde del Valle de Orizaba.
Pasadas algunas generaciones, se cuenta que uno de los condes del Valle de Orizaba, tenía un hijo que, fiado en sus riquezas, más pensaba en fiestas y derroches que en los ingenios de azúcar. El viejo Conde, cansado de las frecuentes reprimendas a su hijo, le lanzó un reto; "Hijo, tú nunca irás lejos, ni harás Casa de Azulejos", queriendo decirle a su hijo que era un bueno para nada.
Al joven le hizo mella lo de los azulejos y pocgo a poco cambió de vida, prometiendo reedificar la casa que su padre tenía por imposible. El joven Conde cumplió lo ofrecido y reedificó aquel "Palacio Azul" revistiéndolo de azulejos, para convertirlo en la hoy famosa "Casa de los Azulejos."
Muchas otras anécdotas y leyendas se cuentan sobre este monumento colonial, como aquella que dice que el 18 de octubre de 1731, la Condesa del Valle de Orizaba, Doña Graciana de Vivero y Peredo, muy devota del Cristo de los Desagravios; una escultura labrada en tamaño natural pero de autor de origen desconocido, la pidió prestada al Convento de San Francisco y la hizo llevar a su casa para colocarla en la sala principal.
El 7 de noviembre siguiente, como a las 9:00 de la noche, la Ciudad fue sacudida por un fuerte terremoto. Don José Suárez, hijo de la Condesa, recorrió la casa para darse cuenta de los daños causados por el terremoto y al pasar por la sala donde se encontraba el Cristo, se acercó devotamente a besar la llaga del costado y notó que estaba húmeda, levantó los ojos para ver el rostro del Cristo y lo advirtió totalmente demudado, recordando que antes tenía el semblante de un hombre vivo y llenas las mejillas.
Cubierto de un sagrado temor, dio cuenta del suceso a su madre la Condesa y varias
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