Casa Estudio Diego Rivera
Enviado por gfuentez • 24 de Noviembre de 2014 • 2.120 Palabras (9 Páginas) • 324 Visitas
Juan O’ Gorman fue un arquitecto y pintor mexicano del siglo XX con un concepto de cultura como forma de vida y una constante preocupación de servir a la sociedad y al hombre. Inició pintando murales y resultó un genio precoz ya que, con tan sólo 24 años, hizo la primera casa funcionalista en América Latina siguiendo la corriente francesa de Le Corbusier. Resultó un arquitecto funcional cuando era necesaria la modernización en México debido a lo que se estaba viviendo y formó parte de las escuelas primarias, construidas para el gobierno, que hacía falta que fueran económicas y eficientes. Para él, la arquitectura funcional era la más útil y negaba la belleza en la arquitectura, al igual que Le Corbusier.
Luego abjuró de esta corriente racionalista y moderna de la arquitectura y a mediados del siglo XX se abre un paréntesis en su obra y construye la surrealista y organicista Casa-Habitación Juan O’ Gorman, decorada por fuera con figuras de dioses aztecas.
Más adelante fue uno el motivo que le hizo abandonar la arquitectura: O’ Gorman sintió que su trabajo profesional lo convertía en hombre de negocios, en un contratista específicamente, y desde entonces se dedicó a otras actividades más de acuerdo con su personalidad y su modo de ser. Principalmente se dedicó a pintar, ya que éste había sido su deseo máximo y, finalmente, el 18 de enero de 1982 se suicida. Aparece colgado de la rama de un árbol y se había dado un balazo, además de haber ingerido un pigmento venenoso que usaba para pintar.
1.1. Ubicación de la obra de O’ Gorman en su momento histórico
Es necesario entender la época histórica en la que vivió Juan O’ Gorman para poder entender su obra. En ese entonces; en la época de la posrevolución mexicana, numerosos cambios ocurrieron en el país: éste dejó de ser rural para convertirse en urbano, aparecen la radio y la televisión y se adoptan nuevas tradiciones que se mezclan con las pasadas. Eran tiempos de estabilidad, a pesar de algunos movimientos que alteraron la paz de México. Además, un gran aumento de la población en el México de aquel entonces, la necesidad de albergar y educar a ésta, la delicada situación económica y la llegada de las nuevas ideas de diseño provenientes de Europa, propiciaron la aparición de un tipo de arquitectura cuyo objetivo era obtener la máxima utilidad con el mínimo costo mediante la simplificación de las formas y la supresión de adornos innecesarios para responder a los fines y las necesidades de los usuarios.
Se puede decir que esta arquitectura, además de ser la iniciadora del movimiento moderno en México, es el testimonio de una realidad concreta que necesita cada día menos rebuscamientos y complicaciones para obtener mayor eficiencia.
Juan O’ Gorman era consciente de esta realidad y decía:
No es posible resolver los problemas de alojamiento y albergue para las grandes masas de población urbana con los conceptos estéticos y creativos de la arquitectura orgánica, con lo cual estoy de acuerdo. Pero, a mi juicio, tampoco es posible resolver este importantísimo problema dentro de los conceptos estéticos, cualesquiera que sean éstos, de la arquitectura actual. (Jiménez 44)
1.2. El funcionalismo en México
“El funcionalismo es un término que significa un punto de vista frente a la arquitectura” (Jiménez 9). En realidad no existe una definición concreta que merezca la aprobación de todos; sin embargo, se puede entender como una postura cuyo principio fundamental es el proceso creativo, la idea de la forma generada por la función específica del objeto arquitectónico. Es decir, la forma no determina la función, sino la función determina la forma; en otras palabras, el comportamiento humano dentro del espacio es el que determina la forma de éste.
La llegada del funcionalismo a México constituyó un hecho histórico muy importante aunque la revolución mexicana ya había implicado ciertos cambios que se tradujeron como reformas que en realidad no modificaron sustancialmente la situación del país. Bajo los conceptos de Le Corbusier, con su libro Hacia una arquitectura y su fórmula “la casa es una máquina para habitar”, los profesionales mexicanos los adaptaron a las condiciones de miseria y pobreza del pueblo mexicano para resolver al mínimo costo y con la máxima eficiencia los problemas del albergue humano en el país.
Se podría decir que el funcionalismo mexicano está integrado por dos tendencias principales. La primera, conocida como integralista, “supone el valor arquitectónico formado por una serie de valores independientes entre sí y establecidos jerárquicamente” (Jiménez 11), y su introductor fue José Villagrán García. Y la segunda tendencia, definida como funcionalismo radical, se preocupaba fundamentalmente por la “satisfacción de las necesidades funcionales y el mejor aprovechamiento de los recursos económicos para la realización del proyecto” (Jiménez 11). Esta tendencia fue introducida principalmente por Álvaro Aburto, Juan Legarreta y Juan O’ Gorman.
El punto de partida de José Villagrán difiere de los tres anteriores debido a las ideas políticas y la comprensión de los valores. Esto hizo que el funcionalismo radical se concentrara más en el cumplimiento de la función, a través de una ingeniería bien aplicada. Los radicales buscaron satisfacer su compromiso con la sociedad proporcionando no sólo casas funcionales sino también casas para las grandes mayorías. Se decantaron así por una solución arquitectónica cuantitativa más no cualitativa, apartándose de la estética.
Con esos tres radicales del funcionalismo, la arquitectura asume su verdadero papel de obra útil en el sentido de albergue físico del hombre, se ubica en este mundo de formas racionales, y llega a identificarse con la más compleja: la máquina. Esto constituye la revolución funcionalista.
Juan O’ Gorman y su obra arquitectónica
Una de sus principales obras fue la Casa O’ Gorman cerca del restaurante San Ángel Inn, la cual causó sensación porque jamás se había visto en México una construcción en la que la forma fuera totalmente utilitarista. Es una casa de dos plantas, la estructura es de hormigón y está a la vista. En la parte de arriba hay un estudio cubierto por tres ventanales que crean una sensación de continuidad entre el interior de la casa y el exterior. En un costado hay una escalera que sube al estudio en forma de caracol y en vez de un muro que cierre el terreno hay una hilera de cactus. Muchos vecinos, en aquel entonces, se indignaron de que aquel cuerpo extraño se hubiera puesto enfrente de una hacienda colonial. Algunos incluso volteaban la cara para no ver
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