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Casa Vestido Y Sustento, La Publicidad En México Finales Del Siglo XIX, Principios Del XX


Enviado por   •  28 de Octubre de 2013  •  1.558 Palabras (7 Páginas)  •  1.549 Visitas

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REPORTE DE LECTURA

Casa, vestido y sustento. Cultura material en anuncios de la prensa ilustrada (1894-1939)

Julieta Ortiz Gaitán, en Aurelio de los Reyes, Historia de la vida cotidiana en México: Siglo XX. La imagen, ¿espejo de la vida?, Tomo V, vol. 2, México, FCE, COLMEX, 2006.

Los aspectos de la vida cotidiana de las primeras cuatro décadas del siglo XX se trasladaron a las imágenes publicitarias publicadas en la prensa mexicana de dicha época, de esa forma aportaron información relevante en torno a las características presentes en la vida de los habitantes de la Ciudad de México correspondientes a los estratos sociales medios y acomodados que en formas casi triviales y aparentemente intrascendentes, tradujeron la influencia del contexto postrevolucionario, los avances tecnológicos, y la comunicación internacional en el empleo de servicios y la adquisición de los productos y maquinarias que no sólo cumplían el objetivo de facilitar y hacer más cómoda la realización de actividades sino que además permitían comodidad, y refinamiento en búsqueda de la belleza, fomentando la proyección de ideales y construcciones ideológicas compartidas en el inconsciente colectivo.

Dime qué tienes y te diré quién eres

Durante los inicios del siglo XX, en un contexto plenamente urbano y dirigido hacia las capas acomodadas de la sociedad, el consumo se asoció con los valores de modernidad y progreso al relacionarse con un nuevo estatus social. El medio más eficiente para difundir la información internacional y mediar los gustos de los ciudadanos fue la prensa ilustrada la cual puso al servicio de la publicidad calidad en la impresión y atractivas ilustraciones. Fue en este periodo cuando la imagen, el deseo, y la ilusión comenzaron a formar parte del imaginario colectivo transformando el tener en un modus vivendi para concretar los principios de la modernidad. El discurso publicitario era optimista dotando de felicidad unificadora a gente de cualquier estatus social, quienes compartían la calidad de consumidores.

La casa y sus habitantes. La familia pilar de la sociedad.

La familia fue la imagen más recurrida para evocar la reproducción ideológica de los valores que dan sustento a la sociedad y permiten su funcionamiento y permanencia histórica. Las imágenes estereotipadas e idealizadas una familia nuclear a partir de una pareja sólida, cuyas virtudes de género eran exaltadas por la sociedad burguesa.

La imagen femenina fue sumamente utilizada, representada con atributos que la sociedad deseaba hacer propios: con gran belleza, vida y juventud. El carácter maternal de la mujer (reforzado con la creación del día de las madres establecido en México como una medida reaccionaria al movimiento feminista de principios del siglo XX, que promovía la maternidad voluntaria) fue también empleado en complemento con el papel de esposa, encargada del hogar con actitud de serena concentración en sus tareas domésticas, y a la vez incursionando en el ámbito de la moda. Mientras tanto, la imagen del hombre se movía en ámbitos sobrios, con alusiones al hombre europeo-occidental, realizando tareas productivas o bien descansando merecidamente. Se estableció el traje como vestimenta de trabajo intelectual. Por otra parte, las prendas no sólo permitían distinguir los grupos sociales sino su ubicación en el tiempo, diferenciando claramente dos rubros: el urbano y el rural con variantes de combinación. Esto remarca el protagonismo de la citadino durante toda la publicidad. Ésta se veía además influida por el nacionalismo de la época que en los anuncios se reflejaba en una temática de infancia y su nutrición, por ejemplo.

Espacios interiores, muebles y aparatos modernos

La casa significó el escenario de construcción de imagen de preeminencia en la escala social brindando intimidad, espacio para la familia y lugar para la vida privada, conforma el lugar burgués por excelencia. La casa habitación continuó con reminiscencias de la casa virreinal adaptando los espacios existentes para diversos usos privados y públicos. Sin embargo fue durante esta época que surgieron nuevas colonias como la Condesa, parte de la Juárez y de la Roma, permitiendo la construcción de edificios funcionalistas y gran cantidad de casitas y departamentos horizontales, llamadas “privadas”, así como los fraccionamientos y la tendencia colonial californiano. La ciudad, evidentemente experimentaba crecimiento como parte de la aparente prosperidad y confianza representados en la arquitectura, en interiores y objetos cotidianos con el art déco. Los espacios interiores eran, hasta antes del funcionalismo, de lo más eclécticos, pues en las salas podían convivir sillas francesas e inglesas (originales o de imitación), objetos orientales (heredados o como regalos de viajes), y artesanía mexicana, que justo por esa época tuvo una valorización como objeto de arte popular configurando un estatus en lo que antes eran objetos únicamente utilitarios en

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