Centralimo
Enviado por miguela123456 • 26 de Noviembre de 2013 • 5.810 Palabras (24 Páginas) • 315 Visitas
EL CENTRALISMO LIMEÑO
LIMA Y SU PROBLEMA: EL CENTRALISMO
CENTRALIZACIÓN Y DESCENTRALIZACIÓN
LA CENTRALIZACION :
Desde el nacimiento del Estado peruano cargamos con el peso del “Centralismo limeño” y percibimos aún, cuán fuerte y arraigado se mantiene hasta nuestros días a pesar de los intentos (buenos o malos, con intereses políticos o no) de revertir este fenómeno.
No es necesario analizar en profundidad para darnos cuenta y haber percibido que Lima está creciendo aceleradamente en términos de población, con las implicancias políticas, económicas, culturales, sociales y jurídicas que ello genera, produciéndose la migración de peruanos del interior del país hacia Lima, la razón: Lima se hace “atractiva”, o por necesidad.
Lima se hace atractiva porque es el núcleo de transmisión (transmisión que no se lleva a cabo eficientemente) de los procesos de globalización hacia el interior del país, asimismo desde Lima se generan, sistematizan y organizan la toma de decisiones relevantes tanto para el país y para cada gobierno regional o local. Justamente por ser ese núcleo se instalan las principales empresas e industrias nacionales y transnacionales que comienzan sus procesos de inversión y de generación de empleo, así tenemos que más del 90% de los ingresos y más del 80% de los gastos está en manos del gobierno central.
Por otro lado, Lima en otras ocasiones se hace no una “atracción” sino una necesidad por la existencia: De Centros hospitalarios, mejor equipados que en el resto del Perú; del aeropuerto Jorge Chávez, pues a pesar de que en el Cuzco y en Chiclayo hay aeropuertos internacionales, no están debidamente implementados para ser lo que formalmente se les denomina; de los ministerios en todas las carteras; del Palacio de Justicia con todas sus Salas Supremas, y de elTribunal Constitucional, estas dos últimas instituciones acogen a litigantes ciudadanos de todo el Perú, pues las causas en última instancia se resuelven allí.
La descentralización se puede observar como un fenómeno, ya sea desde el punto de vista de un proceso (permanente búsqueda del óptimo) o un estado (configuración óptima en el tiempo). Además es multidimensional (fiscal, administrativo y político), lo cual necesita de un sólido compromiso social dado que establece las relaciones y jerarquías del poder público.
Esto requiere de un continuo esfuerzo de construcción de consensos, especialmente entre los legisladores y los representantes de la sociedad civil, además de los mismos gobiernos subnacionales.
La descentralización consiste en el traspaso del poder y toma de decisión hacia núcleos periféricos de una organización. Supone transferir el poder de un gobierno central hacia autoridades que no le están jerárquicamente subordinadas.
Un Estado centralizado es aquel en el cual el poder es atribuido a un gobierno central, de manera que los gobiernos locales actúan como sus agentes.
En el paso de un Estado centralizado a uno descentralizado se otorga mayor poder a los gobiernos locales, con el que pueden tomar decisiones propias sobre su esfera de competencias.
La descentralización de un Estado puede ser política o administrativa y social.
Características de la descentralización: Hay un traslado de competencias desde la administración central del estado a nuevas personas morales o jurídicas.
El estado dota de personalidad jurídica al órgano descentralizado.
Se le asigna un patrimonio propio y una gestión independiente de la administración central.
El estado solo ejerce tutela sobre estos.
Se basa en un principio de autarquía (organización política y económica de un Estado fundada en el autoabastecimiento).
La descentralización refuerza el carácter democrático de un Estado y el principio de participación, consagrado en numerosas constituciones de la tradición jurídica hispanoamericana.
Lima entre el 1945 y el 1970
A partir de 1945 y a lo largo de las siguientes décadas se había producido un aumento significativo de las migraciones campo-ciudad. Así tenemos que de acuerdo al censo de 1961, Lima estaba habitada por un millón ochocientos mil habitantes, de los cuales casi la mitad habían nacido en provincias. El número de provincianos en la capital de aquel entonces era un Testimonio de la magnitud de las migraciones internas durante la década de 1950. Por su lado, el 35% de estos migrantes había llegado a Lima antes de 1945 y el 65% después de esa fecha, ocurrió que después de la Segunda Guerra Mundial la capital se vio inundada por provincianos que habían sido campesinos.
Tanto los campesinos de hacienda como los de comunidad dejaron sus ocupaciones ancestrales y se trasladaron masivamente a las ciudades en un proceso que lógicamente ha fascinado a las ciencias sociales peruanas y sobre el cual existe una abundante bibliografía. El pico más alto de las migraciones se produjo durante la década de 1960 y para los años 1970 ya había comenzado a declinar. Las cifras muestran cómo a lo largo del siglo XX la urbanización fue un fenómeno general. Es decir, no sólo creció Lima sino que además las siguientes 12 ciudades lo hicieron también y al mismo ritmo que la capital.
Lima pasó de ser el 5% del total nacional a comienzo de siglo al 24% en 1970. Posteriormente ha seguido subiendo su participación, aunque disminuyendo el ritmo, hasta alcanzar en los años '90 al 29% del Perú que vive en Lima Metropolitana.
En el caso particular de Lima, la concentración demográfica era sólo expresión de una enorme centralización del poder, tanto político, como económico y social. Por ejemplo, administrativamente la capital era la sede de virtualmente todo organismo de gobierno de un aparato estatal tremendamente centralizado. Así, a lo largo de los primeros ochenta años del siglo sólo hubo tres elecciones de autoridades municipales: una en 1919, y dos durante el primer gobierno de Belaunde (1963-1968), Tampoco existían autoridades regionales y entre dos funcionarios nombrados por el Ministerio del Interior, alcaldes y prefectos, se ejercía el poder local en las provincias del Perú. Así, el centralismo limeño había arrasado con las tradiciones de poder local.
La centralización económica del Perú era también muy significativa. Este proceso económico se expresaba en la primacía social de la capital, que había empujado a grupos enteros de las élites provincianas a trasladarse a la capital en busca de alcanzar un destino, que aparecía imposible sin disponer de conexio¬nes permanentes en la capital. Incluso en el caso de las élites regionales
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