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Cipriano Castro, Gómez y el orden internacional


Enviado por   •  28 de Julio de 2014  •  Trabajo  •  3.971 Palabras (16 Páginas)  •  173 Visitas

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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior

Universidad Bolivariana de Venezuela

Aldea Bolivariana “Carlos Diez del Ciervo”

Misión Sucre- Carirubana

Pensamiento político

Realizado por:

Berkis González

Punto fijo, mayo de 2012

Cipriano Castro, Gómez y el orden internacional.

Castro no murió de ninguna enfermedad de transmisión sexual, uno de los falsos mitos de su biografía, y por eso la voy a describir. En 1907 padeció de una fístula vesico-colónica, rara enfermedad caracterizada por infecciones del tracto urinario o la salida de gas intestinal a través de la uretra durante la micción, esto debido a una conexión anormal entre la vejiga y otro órgano o la piel como los intestinos. Se le intenta operar pero mientras le intervienen se produce una caída tensional con un paro y desisten de operar, por ello, viaja a Berlín y se le realiza una nefrectomía, siendo el tratamiento todo un éxito, pero dicha ausencia del país la utiliza su compadre Juan Vicente Gómez para organizar La Conjura y dar un golpe de estado el 19 de diciembre de 1907, para quedarse por 27 años con el poder. En su intento de regreso a Venezuela arriba con su barco a Trinidad, sufre una dehiscencia de la herida operatoria y por órdenes del gobierno francés regresa a Europa.

A fines de 1912 pretende pasar una temporada en Estados Unidos, pero es apresado y vejado por las autoridades de inmigración y obligado a marcharse en términos perentorios (febrero 1913). Finalmente se establece en Santurce, Puerto Rico (1916), bajo una estrecha vigilancia por parte de espías enviados por Juan Vicente Gómez. Una vez alejado del poder y negada la posibilidad de regresar a Venezuela, Castro sufrió el acoso de las potencias resentidas por la política que mantuvo hacia ellas durante los 8 años que estuvo en el poder. Al carecer de los recursos para efectuar una invasión armada, se marcha a Madrid para luego convalecer de su operación en París y en Santa Cruz de Tenerife. En 1917, a pesar de sus pésimas relaciones con el gobierno de Estados Unidos, funcionarios de este país, disgustados por la actitud neutral de Gómez ante los sucesos de la Primera Guerra Mundial, establecen contacto con él para que encabezara una posible reacción en contra del gobierno venezolano, lo que no obstante rechaza. Muere en Santurce (Puerto Rico) el 4 de diciembre de 1924. Sus restos reposaron en el cementerio de San Juan de Puerto Rico hasta el 25 de mayo de 1975, cuando fueron repatriados e inhumados en un mausoleo de su pueblo natal, y posteriormente al Panteón Nacional.

Muchos de los historiadores tradicionales, desde su contemporáneo y principal detractor Pio Gil, hasta los más actuales, entre los que incluyo a algunos como el propio Elías Pino Iturrieta, andino de nacimiento y actual presidente de la Academia Nacional de la Historia, han contribuido a convertir la imagen del general Cipriano Castro en la de un hombre vicioso, sin escrúpulos, ególatra, y en resumidas cuentas un tirano sin moral. Comenta Pino Iturrieta que: “… protagoniza un proceso de deterioro moral que trastorna la marcha del gobierno, provoca la escisión entre sus partidarios y origina fuertes reacciones de gobiernos extranjeros. Debido a su salud minada por toda clase de excesos, Cipriano Castro viaja a Europa en noviembre de 1908 con el objeto de someterse a una riesgosa operación quirúrgica...”Recordemos que durante la época de su sucesor, el golpista (porque lo era) Juan Vicente Gómez, todos aquellos que mencionan a Castro en sus escritos, lo hacen siguiendo los lineamientos políticos de Gómez y sus intelectuales positivistas. Gómez fue un presidente vendido al imperialismo y de cuyos escasos méritos morales es mejor no hablar. Con respecto a Castro, cabe decir que era un gran lector, de conversación amena y una excelente oratoria, pero no supo escoger a sus colaboradores, se dejó envolver por aduladores y oportunistas, entre ellos la famosa Camarilla Valenciana, de aquí la mala fama que adquirió de juerguista y mujeriego. Sobre estos aduladores y oportunistas en nuestra Historia, dice Don Mario Briceño-Yragorri en su ensayo La traición de los mejores: “a poco Castro había sido convertido por la camarilla caraqueña en retablo de todos los vicios...”. Retomando a Manuel Carrero, coincido plenamente con él cuando dice: “¡sépase que algunos lo hicieron para ocultar las complicidades de sus parentelas o de gentes con gran linaje en nuestro país!”

Es por ello que corresponde a los historiadores revolucionarios y a todo el pueblo en general, conocer bien para limpiar la imagen de un presidente bajo cuyo mandato se logró unificar al país y cuyo aporte nacionalista, antintervencionista, libertario y antiimperialista, forma parte de nuestras más profundas raíces, de esas que nos han sido negadas durante más de un siglo

Querellas entre Castro y Gómez.

El retorno de Juan Vicente Gómez (nombrado como el Pacificador de Venezuela por el propio Cipriano Castro) a Caracas, en medio de aclamaciones y arcos de triunfo, determinó el comienzo de la desconfianza entre Castro y Gómez y la división de los integrantes del gobierno de la restauración liberal en "castristas" y "gomecistas". Evidencia de esta ruptura entre ambos líderes, se encuentra en el episodio conocido como "La Aclamación", en el que las intrigas desatadas por las camarillas que rodeaban a Castro (ratificado como Presidente de la República para el período1905-1911 por el Congreso Nacional) y Gómez (Vicepresidente de la República para el período 1905-1911), son cada vez más graves, hasta que el 9 de abril de 1906, Castro se dirige al país para anunciar su retiro temporal de la presidencia de la República, buscando con esta maniobra comprobar si eran ciertas las noticias acerca de la conspiración de Gómez y medir su popularidad.

El retiro voluntario de Castro finaliza cuando delegaciones de todo el país se dirigen a la ciudad de La Victoria, donde se había instalado el mismo, para pedirle que regresara a la presidencia, lo que en efecto hizo el 5 de julio de 1906. No obstante, al poco tiempo de su vuelta al poder, comienzan a circular a mediados de 1906, noticias acerca de los quebrantos de su salud, lo que desata ante su posible muerte, los temores entre la camarilla castrista de que Gómez se convirtiera en su sucesor. En este evento conocido como "La Conjura", los círculos cercanos a Castro amenazan la vida de Gómez, quien en múltiples ocasiones tuvo que cambiar de residencia.

Por tal motivo, durante los años 1906 y 1907 permanece la mayor parte

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