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Civilizaciones Y Alternativas


Enviado por   •  27 de Septiembre de 2014  •  1.622 Palabras (7 Páginas)  •  394 Visitas

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CIVILIZACIÓN Y ALTERNATIVAS

Sustitución, fusión o pluralismo

México sigue siendo viable, por su extensión, por la magnitud de su población, por su poten¬cialidad productiva y, sobre todo, por los recursos culturales que ha sabido conservar su pueblo. Es viable; pero no lo será necesariamente si el nuevo proyecto nacional se construye al margen de nuestra realidad, ignorando los procesos históri¬cos y de civilización

Una primera opción posible consistiría en insistir en el pro¬yecto imaginario. Descansa en que una parte sustantiva de la realidad del país, aquella que proviene de la civilización mesoamericana

Conforme a este proyecto de civilización, no queda más re¬medio que aceptar que México es un país atrasado y sub desarrollado. Y peor todavía: que lo será cada día más, si la dis¬tancia que nos separa de los países desarrollados de occidente continúa agrandándose, como es y ha sido la tendencia. Cada vez resulta más difícil imaginar cómo diablos vamos a llegar a ser un país de punta, En el primer caso se señala un hecho cierto, la explotación sistemá¬tica, multifacética y brutal del México profundo, pero se extrae una conclusión apresurada porque se deja de lado otro hecho fundamental: la existencia de una civilización diferen¬te, que cuestiona la suposición de que, atenuada o erradicada la explotación, los integrantes de estos grupos adoptarían, sin más, el proyecto occidental del México imaginario. Por eso esta manera de analizar la situación del México profundo es también occidental y conduce a un proyecto sustitutivo: porque no ad¬mite más futuro que el que se deriva del proyecto civilizatorio occidental. La segunda manera de entender el problema hace lo mismo, pero de manera hipócrita y más ingenua, tras la quiebra de la ilusión, la reformulación del pro¬yecto sustitutivo tendría que hacerse con muchas limitaciones y vergonzantes ajustes. Hasta el momento, las acciones gu¬bernamentales se encaminan en ese sentido, en tanto que otros promotores y beneficiarios del México imaginario du¬dan entre sumarse a ese empeño o buscar alternativas y segu¬ridad personal en otra parte

Habrá quienes, sin abandonar las directrices y los objetivos fundamentales del proyecto anterior, insistan en que puede convertirse en un proyecto nacional, mestizo. En apariencia, se renuncia aquí a la sustitución, se admite que hay valores positivos en la civilización mesoamericana que deben incor¬porarse al proyecto nacional, En el fondo, tras muchas de las iniciativas y actividades encaminadas a reforzar el proyecto de una cultura nacional mestiza, lo que hay es el intento de aceitar la maquinaria de imposición y expansión del México imaginario. Se trata de re¬mover obstáculos demasiado evidentes haciendo ciertas con¬cesiones, más de forma que de fondo, a la práctica cultural real del México profundo y de maquillar con un poco de color local la evidente condición occidental del proyecto imagina¬rio, . El problema central sigue siendo el mismo: la incapaci¬dad para reconocer y aceptar al otro, que en este caso es la otra civilización, la mesoamericana. Sin el reconocimiento y la aceptación como pasos previos, no hay manera de hablar en serio de un proyecto de fusión o mestizaje cultural.

Civilización, democracia, descolonización

La civi¬lización occidental adquirió, en los sucesivos centros en que alcanzó mayor desarrollo y poderío, una dinámica de expan¬sión que ha sido acompañada siempre por la incapacidad de coexistencia con otras civilizaciones. Occidente se ve a sí mis¬mo como portador de la civilización universal que, por su ca¬rácter único y superior, entraña la negación y la exclusión de cualquier proyecto civilizatorio diferente.

Los árabes estuvieron en España durante siete siglos y Es¬paña es un país occidental y no islámico, por más que muchos rasgos de esta civilización estén presentes en las culturas de la península, el problema está en cómo asimilar los elementos occidentales necesarios o inevitables para un proyecto nacional autónomo, sin que esa adopción implique la incorporación de otros que por su propia naturaleza y di¬námica niegan la posibilidad del pluralismo.

Los caminos del pluralismo

la dimensión civilizatoria del problema de México se debe precisamente a que considero que ésa es la dimensión que ha estado ausente en el debate, lo que impide encuadrar los problemas inmediatos y las solu¬ciones que se proponen para ellos en una perspectiva más amplia, en la que adquieran su verdadero y profundo sentido. Por eso la adopción de un nuevo proyecto civilizatorio tiene implicaciones en nuestro quehacer inmediato: consciente o inconscientemente, todos los días estamos haciendo opciones en su favor o contra , el problema de base que debe merecer nuestra atención prioritaria es: cómo crear las condi-ciones para la liberación de las culturas oprimidas, requisito indispensable para que, quienes participan de ellas puedan participar también en condiciones de igualdad, pero sin re¬nunciar a su diferencia, en el diseño y la construcción de la nueva sociedad, las sociedades locales de escala relativamente me¬nor (aldeas, comunidades, pueblos, barrios) son los sistemas sociales que han hecho posible la continuidad del México pro¬fundo. Es en su seno donde

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