Civilización Griega. EN TIERRA HOSTIL

APUNTE: CIVILIZACIÓN GRIEGA

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Seguramente, los griegos jamás imaginaron en sus comienzos como civilización que serían un modelo para toda la cultura occidental, con la que nosotros nos identificamos en la actualidad. El arte, la historia, la filosofía, la literatura, las matemáticas, la geometría y la medicina, principalmente, fueron su legado.

¿Has escuchado hablar del teorema de Pitágoras (matemáticas), de las tragedias griegas (teatro) o del juramento de Hipócrates (medicina)? Bueno, sólo son muestras escogidas de la tremenda herencia que nos dejaron. [pic 2]

Sin embargo, para llegar a esa situación de privilegio, los griegos tuvieron mucho camino que recorrer, elementos de la naturaleza que superar, guerras que combatir y personajes que contribuyeran a aumentar y difundir su conocimiento. En las siguientes líneas te contaremos entonces los aspectos más importantes de la historia de la civilización griega.

EN TIERRA HOSTIL.  

La impresión que deben haber tenido los primeros habitantes de la Grecia antigua, cuando llegaron a la parte sur de la Península de los Balcanes (Europa), no debe haber sido de las mejores: sus ojos vieron un territorio montañoso, pobre y árido (seco), con unos pocos valles, en los cuales decidieron instalarse.

Estas comunidades se dedicaron al comercio, a la guerra y, principalmente, a la navegación -porque siempre estaban cerca de la costa-, gracias a la cual obtuvieron muchos conocimientos útiles para su desarrollo. Además, por su ubicación geográfica llegaron a ser una especie de puente entre Oriente y Occidente.

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Los primeros habitantes que serían protagonistas de la historia de Grecia se repartieron por varias regiones geográficas de la Península de los Balcanes, organizándose en polis o ciudades-estado, las que son importantes de mencionar, pues ayudan a entender mejor las características de esta civilización y el porqué de su diversidad y adaptación, a pesar de pertenecer a la misma cultura.

En Grecia del Norte se encontraban las regiones de Epiro y Tesalia; en Grecia Central se ubicaban Beocia y su capital Tebas, y Ática con la ciudad de Atenas; el Peloponeso, una península de la zona sur, tenía como región principal Laconia y su capital, Esparta.

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UN PUEBLO TRAS OTRO

El lugar en la zona del Mar Egeo que conoció a los primeros griegos fue la isla de Creta, donde, hacia el año 3000 a.C., se organizó la civilización minoica. [pic 6]

Sin embargo, la civilización minoica fue prácticamente aniquilada por los aqueos, un pueblo que venía de las llanuras del Danubio (río que nace en la actual Alemania y desemboca en el mar Negro), quienes invadieron Grecia entre los siglos XIV y XIII a.C. Pero luego, los aqueos terminaron adoptando las costumbres minoicas que consideraron superiores. Así fundaron la ciudad de Micenas, dando origen a la civilización micénica.

Los aqueos eran buenos guerreros y navegantes. Además, desarrollaron la agricultura y el pastoreo, al igual que la artesanía.

Hubo otros invasores posteriores en Grecia, como los jonios, que habitaron Atenas, y los eolios, que ocuparon la ciudad de Tebas. Pero los más importantes fueron los dorios, que llegaron hacia el siglo XI a.C. Esta tribu, procedente de las regiones de Macedonia, Tracia y Epiro, conquistó casi toda la península. Sin embargo, solo se establecieron en la Dóride, Argólida y Laconia.

La importancia de la invasión doria es que con ella termina la cultura micénica y Grecia cae en una fase de decadencia, que se extiende hasta el año 776 a.C. Es aquí donde los pueblos invasores se unen y surge el pueblo helénico de la Grecia Clásica.

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LA MITOLOGÍA

La religión griega es rica en mitos y leyendas que hasta hoy en día siguen animando a las generaciones a contar su historia. Estos dioses se relacionaron en forma constante con los mortales y su relación muchas veces determinaba el destino que los mortales tendrían durante su existencia en la Tierra. En mitos como el de Perseo contra la Medusa o el de Odiseo contra el Cíclope, aparece la fuerte influencia que los dioses tenían sobre los hombres, con un destino que siempre les era hostil.

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