Colombia cero
Enviado por julioamartinez • 9 de Febrero de 2016 • Trabajo • 712 Palabras (3 Páginas) • 126 Visitas
Hace una década Colombia estaba viviendo una terrible pesadilla. El país tenía la más alta tasa de homicidio en el mundo y era el centro de la industria del narcotráfico. El secuestro estaba disparado. Un buen número de líderes políticos habían sido asesinados y probablemente una tercera parte de los legisladores electos en 2.002 lo habían sido con la ayuda del paramilitarismo. Los actores armados distintos a las fuerzas del Estado –las guerrillas y los paramilitares- se estaban aproximando al 50% del tamaño del la Fuerza Pública estatal y la guerrilla estaba desarrollando un plan para cercar y tomarse la capital del país, Bogotá. La alta sociedad estaba viviendo en medio de un pánico tratando de sacar sus dineros fuera del país y solicitando visas de países extranjeros. Las cosas cambiaron en 2.002 cuando Álvaro Uribe fue electo con la plataforma de “seguridad democrática”. Uribe incrementó el tamaño de la Fuerzas Armadas de 203.000 efectivos en 2.002 a 283.000 una década después. El ejército pasó a depender menos de los conscriptos, aumentando la cifra de soldados profesionales de 59.000 a 87.000.
en los imperios coloniales Europeos, en el cuál las élites políticas nacionales que residen en las áreas urbanas, particularmente Bogotá, han delegado efectivamente el funcionamiento de las zonas rurales y otras áreas periféricas a las élites locales. A éstas élites locales se les ha dado libertad para gobernar como ellos deseen e incluso se les ha permitido tener representación en el Congreso, a cambio de dar soporte político y de no desafiar a las élites nacionales. Es esta forma de gobierno en la periferia lo que ha creado el caos y la ilegalidad que ha aquejado a Colombia. Narcotráfico, mafias, secuestradores, guerrillas izquierdistas y paramilitares de “derecha” han ciertamente exacerbado los problemas del país, pero todos los problemas tienen su origen en la manera como se gobierna el país. Como bien lo afirmó el escritor colombiano R.H. Moreno: “En Colombia, la política corrompió el narcotráfico”. Las Columnas que sostienen el sistema. Este sistema, tal como es, genera preguntas obvias. La primera es, ¿cuáles son los intereses que lo mantienen en su lugar? Segunda, ¿cómo es que este sistema que genera tal desorden en la periferia puede ser estable? Tercera, ¿por qué las élites locales encuentran favorable para sus intereses tener una sociedad caótica? Ninguna de estas preguntas tiene una respuesta definitiva, pero algunos de los mecanismos en juego resultan ser claros. Primero, es fácil de ver algunos de los intereses involucrados en el sistema. La confusión en la Colombia periférica disminuye el precio de los votos. En lugar de tener que desarrollar programas y ganar apoyo ofreciendo políticas públicas o favores particulares, los políticos consiguen ser elegidos ganándose el apoyo de los jefes locales o quizás convirtiéndose ellos mismos en jefes. 5 Consideremos a ex-senador Fabio Valencia Cossio, quien en 1.998 logró la segunda votación más alta votada por un senador, superado sólo por la votación de Ingrid Betancourt quien fuera posteriormente candidata presidencial y luego víctima de un largo secuestro. Valencia Cossio, fue posteriormente Ministro del Interior bajo el gobierno de Uribe, supo exactamente cómo “apilar” votos como lo sugirió Ramón Isaza el líder de las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio cuya ayuda él solicitó en elecciones “ganadoras”. Entonces, una explicación para la durabilidad del caos en la periferia es que, facilitando acuerdos como el que Valencia Cossio trató de hacer con Isaza, el sistema hace mucho más económico para las élites la consecución de votos. Las élites en todo caso ven muy costoso construir capacidad estatal en las áreas rurales y prefieren éste tipo de pactos. Un segundo mecanismo que muestra los intereses en juego es que este sistema hace que la democracia en Colombia sea muy “amigable” para las élites. Una consabida tesis a cerca del origen de la democracia es que es un resultado de un compromiso o concesiones que hacen las élites al pueblo para evitar el desorden o incluso una rebelión. En un sistema no-democrático, la gente privada de derechos puede causar problemas o puede rebelarse porque no tienen voz ni voto en la definición de las políticas. Tal rebelión es muy costosa para las élites, entonces la elite crea la democracia como una forma de incluir al pueblo dentro del sistema, escapando del caos social.
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