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Como El Desbalance Sexual Afecto A La Sociedad Neogranadina


Enviado por   •  27 de Agosto de 2012  •  6.910 Palabras (28 Páginas)  •  638 Visitas

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¿CÓMO EL DESBALANCE SEXUAL AFECTO A LA SOCIEDAD NEOGRANADINA?

Cierto es que el repudio y desigualdad de género estaba presente en la sociedad colonial, aquella injusticia sobre la mujer invadía cada parte del territorio conquistado por los españoles, tendré en cuenta muchos de los aspectos que me hicieron basarme en el desbalance sexual en la nueva ganada como tema de este escrito, apoyándome principalmente en “Los hijos del pecado” de Guiomar Dueñas Vargas que a pesar de ser un libro que resalta la vida familiar en la Santa Fe de Bogotá colonial nos da un rasgo bastante amplio de cómo las mujeres estaban dadas al menosprecio por parte de la población y la sociedad de la época.

A la mujer no se le dio un papel importante en todo este proceso de la nueva patria claramente vemos que en los grandes cargos nunca estuvo una mujer, de España fueron pocas las mujeres que vinieron a estas tierras, por ello los “blancos” comenzaron a abusar de las indígenas y a tenerlas como sirvientas, para explicar esto un poco y ejemplificando la situación, me permito citar una de las situaciones encontradas a través de la lectura; La incorporación de las mujeres indígenas al núcleo familiar blanco en calidad de sirvientas fue quizá la modalidad más extendida y la avenida propicia para la mezcla racial. Los encomenderos acostumbraban a llevar mujeres jóvenes de las comunidades y trasladarlas a sus solares urbanos, sometiéndolas a un encerramiento permanente, impidiéndoles casarse, con lo que contribuían de paso a la despoblación rural de las comunidades sabaneras, al prohibir su retorno a sus lugares de origen. En el informe del padre Diego de Torres al rey Felipe III se describe la situación de estas mujeres:

“En esta ciudad […] estaba introducido el tomar los encomenderos y sus mujeres y otras personas las hijas de los indios por fuerza o engaños, y encerrándolas en sus casas por toda la vida, para hacer granjería de cosas de labor, sin dejarlas oír misa, ni darles suficiente comida y vestido, ni paga alguna, consintiéndolas que estén amancebadas pero que no se casen, y esto con tanta violencia y tiranía… Hay cada en esta ciudad a donde veinticinco indias de estas.””

Esto, dio pie para que empezara todo este intercambio de razas y la gran mezcla que después fue un gran problema social de allí se dio la denominación de las llamadas “castas” que hacía que el odio o quizá asco de los españoles a los nativos y sus descendientes fuera más alto, la época de la conquista se caracterizo por todo el maltrato y violencia hacia la mujer, esta, fue no solo la menos privilegiada sino también usada como motín de guerra o como mercancía y objeto sexual. A pesar de que los Españoles exigían las relaciones con matrimonio como lo dice la iglesia católica, se dio la barraganía consistía en la convivencia temporal o permanente sin compromisos religiosos esta barragania reflejaba la subordinación de las mujeres y la conveniencia patriarcal, prácticamente estas mujeres a mi concepto fueron obligadas a ser un tipo de prostitutas por así decirlo con la diferencia de que muchas de ellas estaban con un solo hombre y tenían ciertas características, tenían que ser de origen humilde, no ser vírgenes, viudas, menores de doce años, ni mujeres honestas. Los españoles veían a las mujeres indígenas con ojos de inferioridad. Son muchos los casos de desigualdad de género que se dieron en la nueva granada y de ellos se da fe en escritos de cronistas tanto de las mujeres de gran posición social como las que estaban en la parte más baja de la pirámide. Claros ejemplos como los que a continuación citare: ”… No obstante, el desbalance sexual afectaba la formación familiar de diferente manera, dependiendo de la raza y la posición social de las mujeres. Para las blancas de la elite santafereña la escasez de hombres adecuados para el matrimonio las convertiría e solteronas activas en cuidado de sus herencias y propiedades urbanas. En efecto, las mujeres de la elite que nunca se casaron y que a la hora de morir dejaron sus bienes terrenales para que los disfrutaran los curas o las comunidades religiosas, constituyeron una considerable cantidad.

Las mujeres de las castas, la población femenina más numerosa y con mayor movilidad dentro de la ciudad, abordarían la escasez de potenciales parejos, a menudo a través de las relaciones informales, la dirección de sus propios hogares y el sostenimiento de su prole. Las esclavas, más afectadas por el desequilibro entre sexos que las blancas y las mestizas, y constreñidas por su condición de dependencia, tenía pocas opciones de construir hogares independientes y prole legitima. Las indígenas eran en su gran mayoría mujeres migrantes que se vinculaban al servicio domestico, actividad que disminuía sus oportunidades de construir familias conforme a las normas de sus comunidades de construir familias conforme a las normas de sus comunidades de origen.”

A las mujeres toda la ambigüedad racial las afectaba mucho más ya que para un matrimonio la mujer era la que tenía que demostrar que no era de menos raza que su comprometido, es el caso de Micaela Murillo que se expone con gran exactitud, “En el año de 1801, Micaela Murillo entabló una demanda contra Tomás Blanco por incumplir su palabra de matrimonio. El implicado estaba dispuesto a contraer nupcias, pero su madre interpuso disenso, alegando desigualdad entre las dos familias. Ana Josefa Montero de la Pava, madre de Tomás, fue llamada a compadecer ate el alcalde para que presentara los motivos legales para oponerse al matrimonio de su hijo con Micaela. La señora Montero de la Pava justificó el disenso por la notoria desigualdad de las partes, pues mientras su hijo podía probar la pureza de su sangre y la legitimidad de sus padres y ascendientes, Micaela era mulata y, por tanto, no había sido tenida ni reputada por persona distinguida. Acogiéndose a lo dispuesto por la Pragmática de Matrimonios, la señora Montero se oponía a dicho enlace. El juzgado ordenó que las partes se presentaran las pruebas y los testimonios a que hubiera lugar en el término de cinco días.” Este caso es uno de muchos los que existieron en la época y el de Micaela contiene mucho interés ya que estas dos familias se encontraban emparentadas por lazos de sangre, las dos familias descendían de el capitán Bartolomé de la Pava bisabuelo de los contrayentes, quien en su vida de joven dejo dos familias una la de Tomás y la otra donde provenía Micaela, la señora Montero de la Pava decía que la familia de la cual venia Micaela era ilegitima y que fue producto de una relación de el señor Bartolomé con una esclava, al fin de cuentas esto lo que demuestra es la desigualdad de razas y de sexo más adelante la autora afirma que si en estos caso hubiese sido un hombre la ley habría

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