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Como se da el Turismo Pedernales


Enviado por   •  9 de Junio de 2017  •  Documentos de Investigación  •  5.204 Palabras (21 Páginas)  •  200 Visitas

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Pedernales Turístico 2006

El Cantón Pedernales tiene una extensión de 1.973. Km2, cuenta con 54 Km. de playas tropicales propicias para la práctica de deportes acuáticos y más de 20 Km. de hermosos acantilados. Además posee una zona montañosa con varios pisos zoogeográficos, botánicos y climáticos que permiten tener una variedad especial de plantas y animales así como bellezas paisajísticas, ríos, cascadas, esteros, estuarios, humedales, bosques, que deben ser protegidos y aprovechados turísticamente.

Pedernales se constituye en una zona de influencia regional debido a sus atractivos naturales, es un polo de atracción de visitantes  principalmente de la Sierra, la zona Centro de Manabí y  Esmeraldas. Pedernales por su   ubicación estratégica  tiene  un   enlace directo con El Carmen,  Santo Domingo y  consecuentemente con la capital,   Santo Domingo  como ciudad intermedia configura un  área que económica  productiva y socialmente abarca una zona de alta importancia para el país

COJIMIES (QUIJIMÍES)

El puerto natural de los Quijimíes, de tan marcado recuerdo de los conquistadores del Perú, quedaba entre los cabos de San Francisco, al norte, y el Pasao, al sur. Cieza de León en su crónica del Perú, nos dice. “Entre estos dos cabos o puntas salen al mar cuatros ríos muy grande, a los cuales llaman los Quiximíes, hácese un puerto razonable, donde los naos tomen agua muy buena y leña”.  

Diego de Trujillo también hace referencias a los ríos de los Quiximíes, explicando que los ríos arriba tenían agua dulce y encontraron mucho camotes y mucha yuca, entre otras cosas.

“Venimos adelante costeando la costa, y hallamos que de una barranca de la mar cayó un chorro de agua dulce de que se recibió gran contento por ir tan necesitado de agua; de allí fuimos caminando hasta los ríos de los Quiximíes, a donde se hicieron balsas  para pasarlos y estando allí con harto trabajo de comida, y agua dulce, porque los ríos tenían muy arriba el agua dulce; llegó Bartolomé Ruiz con el navío y la barca y allí nos dieron refacción de harina de maíz, cada uno medio cuartillo de harina; pasados los dos ríos, que tenían un quarto de legua de ancho cada uno, hallamos muchos camotes y mucha yuca de que hicimos mucho cazabe, y había mucha fruta de guayavas e otras, y así se reformó mucho la gente. En esta tierra estaba otro río por delante, que tenía más anchura que los otros, y allí, y en los otros hechaban una yegua atada a la balsa, y luego soltavan los caballos, y así pasábamos a los que no sabían nadar hechados sobre las

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balsas, y las sillas de los caballos, que hato avía tan poco que en las manos se lo llevaba cada uno, pasado este río fuimos por la costa, y dimos en unos trampales adonde avía muchos cangrejos que avían comido manzanillo, y aquella noche estuvo toda la gente para morir por ver comido de los cangrejos con ponzoña”.

Herrera refiere que en Quiximíes fue “adonde los negros que se salvaron de un navío, que dio al través, se juntaron con los Indios, i han hecho un pueblo...”

COAQUE (SAN JAN DE COAQUE)

COAQUE (SAN JAN DE COAQUE)

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Ruiz de Estrada descubre esta población. Posteriormente cuenta a Francisco de Jerez que los indígenas, avisados del avance de los expedicionarios españoles, se hallaban como todas las poblaciones de la costa, alzados, por lo que “caminaron hasta llegar a un gran pueblo que se dice Coaque, al cual saltearon porque no se alzase como los otros pueblos; y de allí tomaron quince mil pesos de oro y mil quinientos marcos de plata y muchas piedras de esmeraldas, que por el presente no fueron conocidas ni tenidas por piedras de valor;  por esta causa los españoles las daban y rescataban con los indios por ropa y otras cosas que los indios daban por ellas. Y en este pueblo prendieron al cacique señor dél, con alguna gente suya, y hallaron mucha ropa de diversas maneras, y muchos mantenimientos, en que había para mantenerse los españoles tres o cuatro años.”

“Deste pueblo de Coaque despachó el Gobernador los tres navíos para la ciudad de Nicoragua, para que en ellos viniese más gente y caballos, para poder efectuar la conquista y población de la tierra; y el Gobernador se quedó allí con la gente reposando algunos días hasta que los dos navíos volvieron de Panamá con veinte y seis de caballos y treinta de pie...”

La narración que nos da Jerez presenta muchos datos importantes sobre el pueblo de Coaque, indicando que era un gran pueblo cuyos habitantes tenían muchas riquezas en oro y plata;  también que este pueblo conocieron las esmeraldas, pero que los españoles, que nunca antes las habían visto, no les dieron el valor de piedras preciosas que realmente tenían.

“La relación francesa de la conquista del Perú también aporta con información sobre Coaque, llamándolo Colliaque:

       

“Y después que el dicho Gobernador se partió de este lugar (la provincias llamada de Puerto Viejo según esta relación ) y se dirigió hacia otra provincia que ellos llaman Coyhaique, en la que se encuentra una ciudad que es nombrada igualmente Coyhaique y cuyo señor también este mismo nombre. Las casas de esta ciudad son todas de piedra fuerte, bien edificadas pero su exterior es de paja. Llegados los cristianos delante de la ciudad comenzaron a dar el salto. El señor de ella, que era valiente y ejercitado en la guera, estaba ya advertido del caso y no habiendo visto jamas ningún cristiano ni habiendo hablar de ellos, envío veinte mil castellanos de fino oro con muchas otras bellas joyas. Se encontró en este lugar gran cantidad de esmeraldas y porque los cristianos no lo conocían las rompían y desperdiciaban. Este mismo lugar se detuvieron los cristianos por espacios de seis meses, reposando y comiendo.”

Los editores de la Biblioteca Peruana dicen que “la suma de 20.000 castellanos es la verosímil. Xerez apunta 15.000 pesos de oro. Diego de Trujillo dice 18.000 castellanos. Pedro Pizarro, con error visible, 200.000. El presunto Molina 10.000 ö 12.000 pesos. La cifra de la relación francesa proviene seguramente de las cartas de Gama  y Espinoza y como documento inmediato produce mayor fe sobre este hecho.”

Con respecto a la permanencia de Pizarro y su gente en Coaque, dicen los editores antes citados que “la afirmación es estrictamente exacta. Xerez dice que reposaron allí algunos días, pero los documentos Harkness comprueban que estuvieron justamente seis mese, de abril a septiembre de 1531.”

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