Conflicto Armado

Un conflicto armado interno gobierno y guerrillas emprenden un proceso de paz, surge el problema de definir una agenda de negociación. Cada conflicto tiene sus peculiaridades, y de ahí que el contenido de la agenda varíe en función de factores tales como: los aspectos contenciosos en cuestión;

1.las creencias y valores de las partes en conflicto: Da una parte de realismo en las negociaciones a medida que pueda resolverse. Y también si va en serio.

2. el balance de fuerza entre gobiernos y guerrillas: Va a largo plazo donde se discuten que temas son negociables, que una paz duradera depende de un factor ‘ y ‘, donde lo negociable no necesariamente conduce a la paz.

3. y los recursos disponibles en cada país, así como los que se obtienen a raíz de la ayuda internacional:

4. Estos factores determinan el contenido y alcance de distintas negociaciones, y por eso se observan variaciones en las agendas de paz según el país de que se trate

Es importante abordar dos preguntas que se relacionan entre sí:

¿Qué es negociable? y ¿qué se debe negociar para lograr una paz duradera?

5. Hay indicios de que una parte no contempla una alternativa distinta de la vía armada cuando sus pretensiones son excesivas y se refieren a asuntos no negociables, o una de las dos cosas

6. Para algunos no es aceptable (o posible) que haya paz bajo un régimen político autoritario, o sin crecimiento económico, mientras para otros lo inaceptable es que haya paz con injusticia social, o con pobreza, o con grandes desigualdades

7. Todo esto ayudó a generar frustración y a deslegitimar al proceso de paz

La misma guerra constituye un obstáculo sustancial para que se implementen políticas que ayuden a reducir la pobreza y la inequidad.

No tiene mucho sentido que los grupos armados ilegales renuncien a una agenda económica propia mediante un proceso de paz, especialmente dada la crisis del neoliberalismo.

Lo que se rescató en materia de agenda económica, considerando la trayectoria particular de Colombia, es la necesidad de una reforma agraria o rural. La redistribución de tierras es posible y quizás necesaria para alcanzar la paz.

El mayor reto para la oposición armada es dejar de serlo y demostrar que constituye una alternativa de gobierno, no solamente viable sino superior a los partidos tradicionales. Con todos sus defectos, la democracia liberal ofrece una opción real y pacífica para que los partidos de oposición capaces de obtener el favor popular ejerzan el poder. En cualquier caso, no hay garantías de que un partido de oposición sea menos corrupto e incompetente que los que han detentado el poder. Por ello, es indispensable mantener la democracia electoral, que faculta a los ciudadanos para castigar con el voto a los malos gobernantes.

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