Conflicto palestino israeli.

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“EL CONFLICTO PALESTINO-ISRAELÍ”

En relación a lo expuesto en el debate acerca del conflicto palestino israelí creemos que es necesario señalar uno de los principales factores que por más de 68 años ha estado en juego durante el desarrollo del conflicto, “La paz” según (UNESCO, 1997), “La paz duradera es premisa y requisito para el ejercicio de todos los derechos y deberes humanos. No la paz del silencio, de los hombres y mujeres silenciosos, silenciados. La paz de la libertad - y por tanto de leyes justas -, de la alegría, de la igualdad, de la solidaridad, donde todos los ciudadanos cuentan, conviven, comparten”. En base a esto nos gustaría señalar que cuando se habla de violencia, atentados o cualquier tipo de matanza hacia seres humanos no se puede estar de acuerdo, ni abalarlo hacia cualquiera de los dos lados ya sea proveniente desde Israel o Palestina, estos hechos no son justificables bajo ningún tipo de creencias, antecedentes o hechos del pasado. El pasar a llevar el derecho a la vida de todos es intolerable, el repetir los horrores experimentados en el siglo XX y en siglos anteriores es inaudito. La Organización de las Naciones Unidas fue creada en el año 1945 tras el término de la Segunda Guerra Mundial, cuyo objetivo principal de la entidad, fue el de mantener la paz dentro del orbe a raíz de todos los acontecimientos ocurridos con anterioridad al año de su creación (Guerras Mundiales, conflictos civiles, conflictos bélicos entre países entre otros). Pero a pesar del nacimiento de este organismo mediador hace 71 años, uno de los principales conflictos se arrastra hasta el día de hoy y que no se ha logrado solucionar  es  “El conflicto palestino- israelí”. La ONU mediante diversas formas ha tratado de conciliar la paz principalmente para dar paso a la disolución del conflicto entre ambos pueblos, lo que ha sido inútil principalmente por una falta de colaboración entre ambos litigantes,  citando a (Mladenov, 2016) “Necesitamos preguntarnos colectivamente si esos palestinos e israelíes que hoy apoyan el regreso a la mesa de negociaciones continuarán haciéndolo en el próximo o dentro de dos años, si las perspectivas para la paz se mantienen fuera de alcance. La prolongación del impasse actual pondrá fin al optimismo que pueda quedar para una solución a casi 50 años del inicio de la ocupación”. Una de las principales acciones que ha realizado la ONU para llamar a un cese del conflicto son las resoluciones que ha dado tras los principales hechos que marcan esta disputa, el primero y más importante fue la Resolución 242 que en pocas palabras habla de un retiro de las fuerzas armadas israelitas de territorios ocupados de manera ilegal, el término del conflicto bélico, respeto y reconocimiento de la bibliografía, el derecho a la independencia política de los estados y su derecho a una vida en paz y con fronteras claras y seguras. Esta resolución fue aprobada por unanimidad y hasta el día de hoy no es cumplida en su totalidad principalmente por una de las partes, Israel. Tras el incumplimiento de Israel la ONU mediante la Resolución 338, hace un llamado a ratificar y aplicar la Resolución 242 y a un alto al conflicto con el objetivo de llevar una paz duradera a ese sector en cuestión. Tras esto la (Asamblea General, 1970) “Seriamente preocupada porque la persistencia de la actual situación en el Oriente Medio, cada vez más grave, constituye una seria amenaza para la paz y la seguridad internacionales, Reafirmando que no se reconocerá adquisición territorial alguna resultante de la amenaza o del uso de la fuerza, Deplorando el mantenimiento de la ocupación de los territorios árabes desde el 5 de junio de 1967”. Todas estas medidas de la ONU más otro par de docenas no han sido cumplidas y no han producido ningún fruto, la violencia sigue reinando en ambos pueblos y la enemistad está en crecimiento con el paso del tiempo. (Amnistia Internacional, 2015) Señala que “En junio, la Comisión Independiente de Investigación de la ONU sobre el Conflicto de Gaza de 2014 publicó su informe, que documentaba crímenes de guerra de las fuerzas israelíes y grupos armados palestinos durante los 50 días de conflicto y pedía rendición de cuentas. Israel rechazó las conclusiones de la ONU y continuó sus investigaciones militares, pero éstas no eran independientes ni permitían hacer justicia. Las autoridades militares israelíes iniciaron investigaciones de muertes de palestinos a manos de las fuerzas israelíes en Cisjordania. Sin embargo, estas investigaciones adolecían de deficiencias similares, y sólo en un caso de 2013 dieron pie a una acusación formal por “uso negligente de un arma de fuego”, tras demoras prolongadas y la interposición de un recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Israel.” Si bien es claro que la violencia es tanto de parte del ejército israelita como de las guerrillas internas en Palestina, no hay que perder de vista que el pueblo palestino ha sido cuartado totalmente de sus libertades, limitando los accesos a la vivienda, servicios básicos, educación y principalmente a la vida. Todo esto es aún más grave si consideramos que la mayoría de las víctimas palestinas son civiles y lo que es aún más preocupante es que son niños, según  (Lake, 2014),  las consecuencias de este conflicto repercute en los niños no sólo con la pérdida de la vida, también deben experimentar tales niveles de violencia a su tan corta edad. Mencionan que los efectos tanto psicológicos como físicos están equiparados y que las consecuencias se experimentarán a futuro, ya que al vivir estas experiencias comienzan a aceptar la situación como normal y asumir que la violencia es la pieza clave de la resolución de sus conflictos, llevando por ejemplo a que grupos extremistas como Hamas reaccionen en respuesta a la violencia dando como resultado que inocentes de ambas partes terminen asesinados por un conflicto en el que si hubiese una disposición al diálogo y la aceptación mutua, hubiese sido solucionado años atrás. Ambos bandos La Asociación Nacional Palestina y Hamas y por el otro lado Israel y Estados Unidos, además de la ONU se culpan mutuamente por la falta de resolución del conflicto, nadie es capaz de asumir sus responsabilidades si no que las atribuyen por ejemplo a cuestiones religiosas, históricas, bélicas y  políticas, pero nadie se centra en lo elemental del conflicto, el carácter humanitario de este, una alta comisionada de la ONU es clara al señalar que “Respetar la vida de los civiles, incluidos los niños, debe ser la principal consideración. No cumplir estos principios podría constituir un crimen de guerra y de lesa humanidad” (Pillay, 2014) Pero al no tener un conflicto bélico oficialmente declarado entre ambas naciones el problema del derecho humanitario no es considerado como debiese, ya que (Humanium, 2014) menciona,  “El derecho internacional humanitario, o derecho de la guerra, constituye el derecho que se aplica en conflictos armados; este vela por regular la guerra con el objetivo de proteger a la población civil”. Continuando con un punto mencionado anteriormente, las facciones de ambos Estados establecen culpas mutuas frente al conflicto, por ejemplo tras el secuestro y asesinato de unos soldados a manos de Hamas tanto la ONU, Estados Unidos e Israel señalaron que estos hechos eran inaceptables, condenando ampliamente el ataque y estableciendo su decepción por la falta de diálogo y paz en aprieto, por el otro lado el presidente de la Autoridad palestina, Mahmud Abbas señala que tras una serie de reuniones y conversaciones llevadas a cabo en Jordania que fueron solicitadas por las máximas autoridades mundiales como lo son las Naciones Unidas, la Unión Europea, Rusia y Estados Unidos, no se llegó a una negociación clara y (Abbas, 2012) declara que “al no presentar una visión clara... Israel frustró las pláticas del Cuarteto en Ammán (la capital de Jordania)”. Por otro lado tenemos a Sira otra parte fundamental del conflicto, donde su presidente da la siguiente frase tras una reunión con el presidente de la época de Francia para pedir su intervención y participación en el conflicto, (Assad, 2008) indica  “Una vez más vemos que Israel no es un socio para la paz”.

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