Conflictos sociales durante el gobierno de Miguel de la Madrid
Enviado por Víctor Guzman • 19 de Noviembre de 2021 • Documentos de Investigación • 1.530 Palabras (7 Páginas) • 1.424 Visitas
Los efectos de la política económica se expresaron en un creciente descontento en las clases trabajadoras. La caída del salario obrero es quizá el resultado más negativo de la política económica gubernamental.
Uno de los primeros efectos de la crisis es la manifestación, al margen del sistema, de numerosos movimientos populares. En el sindicalismo oficial se observa una tendencia a manifestarse en contra de las medidas económicas del régimen.
Otras iniciativas de organización popular tienen principalmente un carácter defensivo, ante el abatimiento del nivel salarial. En junio de 1983 se crea la Asamblea Nacional Obrero, Campesino y Popular (ANOP). Las organizaciones obreras, por su parte, en enero de 1986 crean la Mesa de Concentración Sindical, con un pliego de demandas que hacen referencia al efecto de la crisis en todos los sectores sociales.
Uno de los indicadores que muestran cómo se ha expresado esta organización popular, es el incremento en los emplazamientos a huelgas y el número de éstas. La proporción de las huelgas que estallan en relación con los emplazamientos es del 4.1% en 1983, 5.8% en 1984 y 3.6% en 1986.
Entre 1982 y 1986, se emplazó a huelga en el país en 52,168 ocasiones, de las cuales estallaron 1,605. Un dato importante es que para propiciar el desmantelamiento del sector paraestatal, se fomentan los estallidos de huelga; la posición empresarial se muestra intransigente, para después proceder al cierre de la empresa y liquidar a los obreros y empleados.
Las viejas alianzas sobre las que descansaba el sistema se habían roto por las continuas crisis económicas. La alianza obrera era débil por las recurrentes olas inflacionarias; el sector empresarial desconfiaba porque en cualquier momento el gobierno incautaría sus empresas o congelaría sus ahorros; la clase media, que hasta ese entonces permanecía apática de los procesos políticos, veía que su bienestar disminuía mientras los políticos se enriquecían. La urgencia de Miguel de la Madrid era estabilizar la situación económica, dejando de lado el tenso ambiente político y social.
En aras de la estabilidad económica se sacrificaron las necesarias reformas políticas y el bienestar social. Con las políticas neoliberales los ricos se hicieron más ricos y los pobres se hundieron en la miseria. Creció la desigualdad y con eso el crimen, la inseguridad, la desconfianza y la necesidad de actuar políticamente en algunos sectores de la población.
Otra tendencia observada en México es el crecimiento del sector informal de la economía, evidente en varias actividades; 1) crece la producción y comercialización de narcóticos; 2) el subempleo se ha incrementado a niveles alarmantes en las ciudades y el campo; 3) la producción industrial fuera del control gubernamental y sindical -como la maquila doméstica- observa un gran crecimiento. Lo anterior pone al descubierto nuevas tendencias en el modelo de desarrollo del país, dirigidas hacia la consolidación de una sociedad DUAL compuesta por un polo totalmente moderno, con el resto de la economía y un sector importante de la población incorporado al sector informal, marginal e incluso ilegal. Las consecuencias políticas de esto probablemente influyeron en la pérdida de la legitimidad del sistema político, dada la ausencia de canales de mediación y control hacia dichos sectores de la población, y porque estos tienden a organizarse de manera autó
noma.
Ante la infame corrupción vivida durante el sexenio de López Portillo, de la Madrid adoptó el lema de la “renovación moral” como forma de legitimar su gobierno, lo que se tradujo en el encarcelamiento de Arturo Durazo, amigo de López Portillo y ex-comandante encargado de la lucha antidrogas en el país, y de Jorge Díaz Serrano, director de PEMEX con López Portillo, ambos acusados de corrupción. También, ante el asesinato de Camarena y la presión de Washington, se detuvo al narcotraficante Rafael Caro Quintero y desapareció la Dirección Federal de Seguridad, la corruptísima dependencia gubernamental encargada de la Guerra Sucia.
En 1985, por el temblor del 19 de septiembre, la sociedad civil capitalina emergió ante la inmovilidad del gobierno. El terremoto hizo aflorar dos problemas que se vivían en México:
• El fenómeno del trabajo subterráneo en condiciones de ilegalidad total -pues se comprobaron las numerosas violaciones a la Ley Federal del Trabajo-, con base en el empleo de mano de obra femenina, que indica hacia dónde se dirige la situación de un sector que cobra cada vez mayor importancia en la composición de la clase obrera: el trabajo de maquila -básicamente textil- basado en las subcontrataciones. Ello se dio al derrumbarse parte importante de las instalaciones de industrias textiles de la colonia San Antonio Abad y conocerse las condiciones de trabajo de las costureras.
• La grave situación de la vivienda en la capital del país, demostró
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