Conquista De méxico
Enviado por josean960208 • 7 de Octubre de 2014 • 2.586 Palabras (11 Páginas) • 315 Visitas
Antecedentes de la conquista:
En enero de 1516 murió Fernando el Católico y para entonces había transcurrido casi un cuarto de siglo desde los descubrimientos colombinos. Debido a la imposibilidad para gobernar de su hija Juana I, había nombrado en su testamento a su nieto Carlos I como su sucesor, pero antes de que éste asumiera el trono, el cardenal primado Francisco Jiménez de Cisneros ejerció brevemente la regencia de Castilla. En Nueva España ya se tenían noticias de que en el territorio ignoto había pueblos "muy ricos en oro y otros metales preciosos". Como medio para hacerse de esas riquezas, se proclamó una ley que autorizaba el rescate de oro con la cual se promovía que los españoles viajaran a América para comerciar con los nativos, dando de sus ganancias el 20% o «quinto del rey» y a fin de lograr ese propósito y regular el comercio de las Indias Occidentales, se creó la Casa de Contratación en 1503. Esta fue controlada por el obispo de Burgos, Juan Rodríguez de Fonseca, quien a su vez designó como tesorero a Sancho de Matienzo y como contador a Juan López de Recalde. A la muerte del gran cardenal Cisneros en octubre de 1517, recayeron los asuntos ultramarinos del rampante Imperio español en el obispo de Burgos.
Años antes, en 1514, el almirante y gobernador de las islas del mar Caribe Diego Colón y Moniz Perestrello había sido llamado a comparecer ante el rey Fernando el Católico por su mala administración. Por ello el cardenal Cisneros envió como sustitutos a los frailes jerónimos Luis de Figueroa, Bernardino de Manzanedo, Alonso de Santo Domingo, y Juan de Salvatierra a la isla La Española. Diego Velázquez de Cuéllar era el teniente de gobernador de la isla Fernandina (Cuba), residía en Baracoa y estaba supeditado a las órdenes, más de nombre que en realidad, de Diego Colón.
Primera expedición.
En Cuba, los españoles basaban su riqueza en las encomiendas y en la explotación de los nativos a quienes se les permitía esclavizar, pero debido a que la población nativa había sido diezmada por las campañas de conquista y las enfermedades, los colonos estaban ansiosos de conseguir nuevas oportunidades de medro. Fue así que tres amigos de Velázquez: Francisco Hernández de Córdoba, Lope Ochoa de Caicedo y Cristóbal de Morante se organizaron para comprar dos naos con la intención de viajar hacia occidente. El gobernador Diego Velázquez pagó un bergantín, consiguiendo también los permisos necesarios ante los frailes jerónimos para realizar la expedición, pues era requisito contar con su visto bueno. El objetivo del viaje fue encontrar esclavos, sobre todo en el caso del gobernador Velázquez, pero los que encabezaron las naves pretendían descubrir nuevas tierras para poblar y gobernar. Contrataron como piloto mayor a Antón de Alaminos, los pilotos auxiliares fueron Pedro Camacho de Triana y Juan Álvarez «el Manquillo» de Huelva; como capellán viajó fray Alonso González y como veedor Bernardo Iñíguez.
El 8 de febrero de 1517 zarparon del puerto de Santiago tres embarcaciones con ciento diez hombres y navegaron por la banda norte de la isla de Cuba realizando diversas escalas. Al llegar a la punta de San Antón pretendieron poner rumbo hacia las Islas de la Bahía pero fueron sorprendidos por una tormenta en el canal de Yucatán, habiendo llegado los primeros días de marzo a la deshabitada Isla Mujeres. En dicho lugar encontraron diversas figurillas de mujeres desnudas dedicadas a la diosa maya de la fertilidad Ixchel. Posteriormente cruzaron hacia la costa norte de la península de Yucatán avistando Ekab, lugar que bautizaron como el «Gran Cairo». Fondearon las naves y los pobladores del lugar, con cara alegre y muestras de paz, se acercaron en canoas invitando a los recién llegados a tierra firme, diciendo (según la transliteración española original) «cones cotoch», «cones cotoch»; que significa: «andad acá a mis casas» (en realidad, parece que fueron recibidos con la expresiónMaya Yucateca "koonex u otoch" donde otoch significa "pequeña casa/choza" ) motivo por el cual lo llamaron punta Catoche. Al día siguiente, 5 de marzo, los expedicionarios españoles aceptaron la invitación y al desembarco el capitán Hernández de Córdoba tomó posesión formal en nombre del rey de lo que él creía una isla a la que bautizó con el efímero nombre de Santa María de los Remedios. Terminado el protocolo, los expedicionarios siguieron a los mayas tierra adentro donde fueron emboscados. En la escaramuza que siguió, murieron dos españoles y quince nativos. Hernández dio la orden de regresar a las embarcaciones, no sin antes haber capturado a dos indígenas, a quienes más tarde apodaron Julianillo y Melchorejo. Estos nativos fueron a la postre los primeros traductores maya-español.
La expedición siguió navegando la costa norte de la península. El 22 de marzo llegaron a Can Pech, bautizando el lugar como puerto de Lázaro y desembarcaron para aprovisionarse de agua. Mientras se abastecían, los expedicionarios fueron rodeados por un grupo de mayas quienes cuestionaron su presencia, asombrándose cuando los nativos señalaron al oriente diciendo: «castilán», «castilán». Los españoles fueron guiados a la población cercana en donde fueron bien recibidos y ahí pudieron constatar que en un templo se encontraban paredes manchadas de sangre de algún sacrificio recientemente efectuado. Entonces el halach uinik advirtió a los visitantes que deberían marcharse o de lo contrario comenzarían las hostilidades, ante lo cual Hernández de Córdoba ordenó a sus hombres zarpar de inmediato. En el mar fueron sorprendidos por un viento de norte que provocó el derrame del agua recién abastecida, por lo que volvieron a desembarcar un poco más al sur en Chakán Putum. En esta ocasión otro grupo de mayas, cuyo líder eraMoch Couoh, atacó a los expedicionarios sin previo aviso provocándoles más de veinte bajas e hiriendo al propio Hernández de Córdoba. En ese punto hubieron de huir los expedicionarios, dejando atrás una de las embarcaciones pues ya no tenían suficientes hombres para navegarla. Los españoles sedientos se dirigieron a la Florida donde finalmente pudieron abastecerse de agua dulce, pero nuevamente fueron atacados por los nativos de esta región.
La accidentada expedición regresó al puerto de Carenas en la isla de Cuba, donde se dio parte de lo acontecido a Diego Velázquez. El gobernador dejó en claro que enviaría una nueva expedición pero bajo un nuevo mando. Al enterarse de esta decisión, Hernández de Córdoba juró viajar a España para quejarse ante el rey pero murió diez días más tarde a consecuencia de las heridas recibidas en Chakán Putum. A causa de los indígenas que habían sido recogidos se creyó que existía oro en la región, se confirmó la existencia de
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