Consecuencias Obtenidas Al Termino De La Revolucion Mexicana
Enviado por lobita033 • 27 de Octubre de 2012 • 3.502 Palabras (15 Páginas) • 2.030 Visitas
Consecuencias obtenidas al término de la revolución mexicana
Es un acontecimiento de mucha importancia que registra nuestra historia patria; es un sacudimiento a las instituciones públicas de aquel momento; es una lección cívica que no debemos olvidar, para no caer en los mismos errores del pasado. El pueblo mexicano, cansado de las arbitrariedades y atropellos sin cuento, con hambre y sed de justicia, al llamado de Francisco I. Madero, se levantó en armas para sacudirse el yugo de la dictadura porfiriana.
Fueron múltiples las señales de descontento de la población, en contra del gobierno de Porfirio Díaz; reclamos en diversas regiones del país que antecedieron esta explosión popular, no lograron sensibilizar al autócrata y sus testaferros, que había llegado la hora de hacer cambios sustanciales en la administración pública del país.
Pudieron haber servido de aviso al general Díaz las conmociones sociales de Cananea y Río Blanco, en las que el joven proletariado mexicano, haciendo acto de presencia en los cuadros de nuestra historia, jugó un papel de primera importancia. No menos trágica es la historia de los campesinos mexicanos; el levantamiento de los yaquis en Sonora, la rebelión de los indios mayas en Yucatán, por el despojo sistemático a que eran objeto, lo mismo sucedió en Acayucan y Viesca en el Estado de Veracruz. Estos hechos no fueron suficientes para hacer recapacitar al tirano que su tiempo había terminado.
Todos los atropellos sufridos por el pueblo por la dictadura porfiriana, fueron recogidos y analizados profundamente por los hermanos Flores Magón y consignados en los escritos que publicaban, entre otros, en el periódico “Regeneración”. Con valentía y temeridad, se enfrentaron a la dictadura, señalando los errores y omisiones de los altos funcionarios, de los gobernadores, de los hacendados, de los caciques regionales en contubernio con los nefastos jefes políticos.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es la carta magna que rige actualmente en México. Es el marco político y legal para la organización y relación del gobierno federal con los Estados de México, los ciudadanos y todas las personas que viven o visitan el país. La actual Constitución es una aportación de la tradición jurídica mexicana al constitucionalismo universal, dado que fue la primera constitución de la historia en incluir los derechos sociales, dos años antes que la Constitución de Weimar de 1919.
A fines de 1911 un grupo de revolucionarios encabezados por el general Emiliano Zapata iniciaron una dura travesía desde los cálidos valles de Morelos para dirigirse a las frías montañas de Ayoxustla, en el estado de Puebla.
La intención era alejarse del asedio militar al que eran sometidos para, serenamente, plasmar en un documento los ideales de la revolución campesina que había iniciado en el pueblo de Anenecuilco, Municipio de Villa de Ayala.
La cuestión era de la mayor importancia porque ante el triunfo del movimiento maderista, su demanda sobre la restitución de las tierras usurpadas por las haciendas azucareras, podía desvirtuarse. En palabras de uno de los acompañantes de la caravana, Francisco Mercado, el jefe Zapata “quería que hubiera un plan porque nos tenían por puros bandidos y comevacas y asesinos y que no peleábamos por una bandera…”
De esta manera, se inició la discusión y redacción del Plan Libertador de los hijos del Estado de Morelos, o Plan de Ayala, bajo la dirección del mismo Zapata y de su compadre, el profesor rural Otilio Montaño. El eje de su argumentación era, evidentemente, la urgente resolución del problema agrario que había olvidado cumplir Francisco I. Madero, aún cuando estaba contemplado en el Plan de San Luis.
Es por ello que en los artículos sexto y séptimo del Plan Libertador se establecía que los pueblos entrarían en posesión de los terrenos, montes y aguas que hubieran sido usurpados por los hacendados, científicos o caciques a la “sombra de la tiranía y de la justicia venal”; aunque aquellos propietarios que se consideraran con derechos legítimos sobre sus propiedades, podrían acudir a los tribunales especiales que se establecerían una vez que triunfara la Revolución. Asimismo se hablaba de expropiar tierras, previa indemnización, para que se mejorara “en todo y para todo la falta de prosperidad y bienestar de los mexicanos.”
A juicio de los zapatistas, poniendo en marcha estas medidas la Revolución corregiría el rumbo que se había extraviado con el gobierno de Madero. El plan de Ayala fue firmado el 28 de noviembre de 1911 y desde ese momento se convirtió en la bandera que enarbolarían los zapatistas durante toda la década revolucionaria.
El plan de Ayala no solo recogió las aspiraciones de los campesinos de Morelos (y podría decirse que de todo el país) sino también, colocó a la problemática agraria en el centro del debate nacional. Asimismo, marcó una ruptura, un distanciamiento entre los revolucionarios que habían iniciado la lucha en 1910. Madero fue el primero en sentir, en carne propia, el choque de percepciones sobre el significado de la palabra Revolución.
El zapatista Paulino Martínez definió perfectamente la situación cuando afirmaba que algunos caudillos creyeron que con las “hermosas” palabras de “Sufragio Efectivo, no reelección” y derrocando al “dictador” Porfirio Díaz quedaba todo arreglado. Enorme error.
A su juicio, el plan de Ayala: “es la condenación de la infidencia de un hombre que faltó a sus promesas y el pacto sagrado, la nueva alianza de la Revolución con el pueblo, para devolver a éste sus tierras y sus libertades que le fueron arrebatadas desde hace cuatro siglos, cuando el conquistador hizo pedazos la soberanía azteca…”
Abordar el concepto de cultura no es fácil dado que comprende una amplia variedad de campos, que van desde las manifestaciones artísticas hasta las formas de vida y pensamiento de la sociedad de un determinado lugar en un momento concreto de la historia.
Su definición ha ido variando a lo largo de la historia, pero siempre ha estado relacionada con las distintas expresiones y manifestaciones de una civilización así como con sus costumbres, mentalidades, rituales y formas de comportamiento.
El término cultura proviene del adjetivo latino cultus, derivado del verbo colere que significa cuidado del campo o del ganado. De la comparación del campo con el espíritu de una persona y del cultivo con la educación, se llegó finalmente a identificar una persona cultivada, es decir, una persona culta, con la educación y la instrucción.
Una de las acepciones recogidas el Diccionario de la Real Academia es la siguiente:
“Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y
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