Consecuencias sociales y culturales de un hecho histórico
Enviado por Rodolfo Hernández Sánchez • 14 de Enero de 2018 • Documentos de Investigación • 853 Palabras (4 Páginas) • 136 Visitas
El movimiento estudiantil de 1968
Proyecto integrador
Ensayo: Consecuencias sociales y culturales de un hecho histórico
Rodolfo Hernández Sánchez
Introducción
El objetivo de este ensayo es dar a conocer algunos datos de este hecho histórico conocido como el movimiento juvenil del ’68, donde expondré desde mi punto de vista, lo que considero que se escribió con dolor, sangre y tristeza. El 2 de octubre de 1968 donde participó, el Instituto Politécnico, la Universidad de Chapingo, La UNAM, la Escuela Nacional de Maestros, la Escuela Normal Superior y otros movimientos que se afiliaron para apoyar en la lucha social concentrados en la Ciudad de México; una lucha a nivel nacional para la libertad de expresión y contra la represión del gobierno entre otras causas.
Desarrollo
El grupo militar denominado Batallón Olimpia, Brigada blanca y el ejército mexicano autores principales de la matanza de Tlatelolco. Pero el protagonista importante fue el presidente Gustavo Díaz Ordaz1; que también en 1965 reprimió el movimiento de los médicos. Se acercaba el día de los juegos olímpicos y el presidente sabía que algo pasaría, que los manifestantes buscaban una oportunidad para hacer girar las cámaras y mostrarían la represión y sus inquietudes por los altos costos del transporte, trabajadores explotados con salarios raquíticos, “presos políticos” por querer participar en la democracia del país, etc. Sus peticiones eran muy claras:
La manifestación juvenil eran estudiantes y seguidores del movimiento de otros países, madres de familia, campesinos, obreros y algunos curiosos que osaron quedarse a ver ¿qué es lo que pasaba?, alrededor de más de 50 mil personas, apostados en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, 400 estudiantes caídos y más de mil heridos. La tarde se tiñó de rojo, no se sabe quién dio la orden de atacar, caían estudiantes, obreros, ancianos y el padre de familia. Helicópteros sondeando el lugar, la presión que debieron sentir al mirar que por cielo y tierra hombres armados con miradas inquietas los observaban, que aunque eran también hijos cumplían una encomienda “esperar la señal”. Una bengala alumbró el cielo, fue el inicio de esta masacre de inocentes, no tenían armas, tenían esperanzas. Se dice que participaron ocho mil militares, quince mil proyectiles2 disparados, cinco mil detenidos, tanques blindados, jepp con ametralladoras, todo esto usaron para detener una manifestación pacífica. Quedaron atrapados en el fuego cruzado. Francotiradores desde el edificio Chihuahua, sin compasión alguna descargaron su sed de sangre sobre almas desarmadas e incluso la iglesia sirvió de resguardo para el enemigo, no hubo empatía ni amor al prójimo ese día, solo coraje y devoción al que traicionó a su gente que confiaban en el diálogo. Silencio es lo que quedo en la mente del detractor y los asesinos.
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