Consulados De La Nueva España
Enviado por 1234eric • 26 de Agosto de 2013 • 984 Palabras (4 Páginas) • 737 Visitas
. En la Nueva España se fundaron formalmente tres consulados, el de México en 1592 y los de Veracruz
y Guadalajara en 1795, pero éstas no fueron las únicas regiones cuyo comercio se desarrolló y trataron
de tener consulados propios. Por lo menos otros dos sitios lo intentaron: Puebla que prácticamente lo
consiguió en 1821, aunque le faltó la sanción de una autoridad gubernativa legítima, y la península de
Yucatán, que a pesar de su perseverancia no lo consiguió.
o que respecta al consulado fundado en el occidente del Virreinato, en
1791 los comerciantes de Guadalajara fueron convocados, por iniciativa del
intendente Jacobo Ugarte, a una Junta General de Comercio para dilucidar la conveniencia de establecer un consulado en su ciudad. Los motivos expuestos para
solicitar un tribunal consular fueron, como de costumbre, la necesidad de impartir justicia pronta y expedita y procurar el fomento de las actividades económicas
de la región. Los comerciantes hacían notar que la Nueva Galicia era ya un territorio muy extenso y que el único consulado que seguía existiendo en la Nueva
España, el capitalino, no atendía con prontitud los asuntos ni buscaba el beneficio de la región40
. Para los comerciantes era claro que el único modo de conseguir la prosperidad de la provincia era mediante la articulación de su comercio
interior y el desarrollo de los intercambios por mar a lo largo de las costa del
Pacífico41
. La solicitud neogallega, naturalmente, no fue bien acogida. El
Consulado de México, como hizo con Veracruz, desató una campaña en contra
de las pretensiones de los comerciantes del occidente y el argumento fue también
que no contarían con los recursos para sostenerse pues la avería sería insuficiente, a menos de que se aumentara la tasa en perjuicio del comercio en general, además de los problemas que suscitaría su recaudación para los comerciantes de
. EL CONSULADO DE MÉXICO
La ausencia de linajes familiares dedicados tradicionalmente al comercio no
fue obstáculo para que los mercaderes adquirieran una presencia cada vez más
fuerte en la sociedad novohispana, antes bien, consolidaron esa presencia gracias
a que consiguieron organizarse corporativamente en un consulado, alternativa
incluso más eficiente y afortunada que los linajes familiares16
. Este proceso estaba desde luego inmerso en el desarrollo de la Nueva España como una entidad
que fue cobrando autonomía respecto de España conforme se transformaba su
economía gracias a la difusión del trabajo asalariado, la consolidación de la propiedad rural con la formación de haciendas y estancias, el reforzamiento de los
vínculos entre la minería y el comercio, entre otros factores. En términos generales, el consulado fundado en México siguió las normas trazadas por las antiguas
instituciones peninsulares. Se trató de un cuerpo dual, formado por un tribunal
encargado de dirimir los pleitos mercantiles y una organización gremial que
debía procurar y promover el comercio y los intereses de sus miembros. Como
ocurrió con las antiguas instituciones fundadas en España, el argumento explícito para establecer el consulado de la Ciudad de México fue la necesidad de
impartir una justicia pronta y eficaz para evitar entorpecer los negocios17
.Las primeras gestiones para erigir un consulado en la capital
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