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Contaminación Bélica: 1 Guerra Mundial


Enviado por   •  5 de Mayo de 2013  •  566 Palabras (3 Páginas)  •  822 Visitas

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El primer efecto ambiental es el de usar -es decir, inutilizar- enormes superficies de terreno que podrían emplearse para otros fines. Como todavía pensamos en ejércitos como los de San Martín y Bolívar, nos cuesta trabajo darnos cuenta de la medida en que un ejército moderno es un enorme devorador de espacio y lo que ocurre con ese territorio.

Los ejércitos de la época de Alejandro Magno necesitaban apenas un kilómetro cuadrado para ubicar cien mil soldados. Para la misma cantidad de soldados, Napoleón necesitaba no menos de veinte kilómetros cuadrados. En la primera guerra mundial se usaron doscientos cuarenta y ocho; en la segunda guerra mundial ya eran cuatro mil kilómetros cuadrados y los ejércitos actuales requieren cincuenta y cinco mil quinientos kilómetros cuadrados por cada cien mil soldados en maniobras.

Sobre el efecto ambiental de esas maniobras, un estudio hecho en los Estados Unidos, sostiene que "con su violencia coreografiada, las fuerzas armadas destruyen grandes sectores del territorio que en un principio deberían protegen Las tierras utilizadas para juegos bélicos tienden a sufrir una grave degradación. Las maniobras destruyen la vegetación natural, perturban el hábitat natural, erosionan y condensan el suelo, sedimentan corrientes y causan inundaciones.

Los radios de bombardeo convienen el terreno en un desierto lunar marcado de cráteres. Los campos de tiro para tanques y artillería contaminan el suelo y las aguas subterráneas con plomo y otros residuos tóxicos. Algunos proyectiles antitanque, por ejemplo, contienen bastoncillos de uranio. La preparación para la guerra se parece a una política de tierra quemada contra un enemigo imaginario.

La forma en que los artefactos bélicos consumen recursos naturales escasos suele ser espectacular y muy poco tenida en cuenta por quienes ponen el acento en la superpoblación. Un automóvil corriente puede recorrer unos diez kilómetros por litro de combustible y un tanque Abrams M-1 anda apenas veinte metros por litro.

En una hora de marcha, ese auto gastaría unos diez litros de combustible. En el mismo lapso, el tanque consume mil cien litros, un bombardero B-52 gasta trece mil setecientos litros y un portaaviones consume veintiún mil trescientos litros de combustible. Como resultado, el Pentágono usa en un mes la misma cantidad de energía que gasta en un año todo el sistema de transporte masivo de los Estados Unidos.

Un tema del que nadie quiere hablar es qué se hace con el material bélico que termina su vida útil. Los explosivos -al igual que muchos otros productos químicos, como los antibióticos- tienen una vida útil determinada, después de lo cual ya no actúan adecuadamente. Pueden estallar antes o después de lo previsto, o no hacerlo, o explotar espontáneamente, o hacerlo con una intensidad diferente de la esperada.

Todas las fuerzas armadas y de seguridad del mundo tienen que deshacerse

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