Contrato Social Y Estado De Naturaleza
Enviado por yesmen176 • 27 de Agosto de 2013 • 14.992 Palabras (60 Páginas) • 453 Visitas
9. Thomas Hobbes (1588-1679)
Nacido en el final del siglo XVI, su obra se desarrolla en el XVII, siendo un defensor férreo de la monarquía absolutista de los Estuardo, por lo que tuvo que refugiarse en Francia durante el conflicto del parlamento con el rey (desde 1640). Debido a sus numerosos viajes, conoció a Galileo y al pensamiento francés de su época. Aunque asociado con la filosofía empírica del siglo XVII, lo analizamos ahora porque forma una unidad de pensamiento político con Maquiavelo y Bodin en pro del absolutismo.
a) La filosofía política de Hobbes, tan importante para la monarquía absoluta de la modernidad, la encontramos en tres libros: Elementos de la Ley, El ciudadano y Leviatán (1640-51).
Su intención fue doble:
• poner a la filosofía política y moral sobre una base científica, y
• contribuir al establecimiento de la paz, vida cívica y de la amistad. Sigue a Maquiavelo en la idea de que la filosofía polìtica antigua falló por falta de realismo y por sus miras demasiado altas, pues “se hicieron leyes imaginarias para repúblicas imaginarias”. La política no debe buscar la virtud o la perfección del hombre, sino esas metas bajas que todos los hombres buscan, y por eso, metas posibles.
b) Pero Hobbes elabora, apartándose de Maquiavelo, un código de ley moral natural, moralmente obligatoria y ajustada a los fines de la sociedad civil.Esta ley natural no busca la perfección del hombre, ni está asentada en la razón sino en la pasión, a la que consideró como la raíz de toda conducta humana.
Analizando las pasiones, Hobbes llega a la conclusión de que existe un “estado de naturaleza”, cuya tendencia no es impulsar al hombre a ser social y político (teoría tradicional desde Aristóteles), sino todo lo contrario: es una vida prepolítica en que los hombres viven sin gobierno o sin un poder común sobre ellos.
Si este es el estado de naturaleza, digamos “puro” (que históricamente se manifiesta en pueblos muy primitivos o en situaciones de anarquía y desgobierno), surge entonces la pregunta: ¿porqué esos hombres se deciden a formar una sociedad política con un gobierno?
En esa condición “natural”, los hombres no se relacionan más que por la violencia y el matarse unos a otros, de modo que su preocupación fundamental es la propia conservación, siempre acuciados por el miedo a la muerte violenta, la más fuerte de las pasiones humanas.Es una extraña situación de “igualdad”, ya que todos comparten la misma pasión, los mismos miedos y la misma violencia. Se vive en constante enemistad, aumentada por la mutua desconfianza, lo que provoca el deseo de eliminar a quien puede ser enemigo.
Es una vida en perpetuo afán de “poder tras poder, que sólo cesa con la muerte”, como dice Hobbes en Leviathan. “Cada hombre es un lobo para el otro hombre” (homo homini lupus). Todo ello agudizado por el deseo de gloria, el orgullo y la vanidad, llamados “placeres del espíritu”, todos frutos de la vanagloria, o sea, la alta estima que cada uno tiene de sí mismo y de su poder. En consecuencia, el deseo de matar a quien no le tenga el mismo aprecio.
Esto constituye el sentido natural del “honor”, que nada tiene que ver con la justicia, sino con el reconocimiento de la superioridad de uno mismo o de otro.
Así, pues, la mutua competencia, la desconfianza y el deseo de gloria, hacen que el estado de naturaleza sea en realidad un estado de guerra, “una guerra que es la de todos contra todos”, de modo que “los hombres viven sin otra seguridad que la de su propia fuerza ... En semejante estado no hay lugar para la industria... ni cultivo de la tierra, ni navegación, ni uso de artículos importados, ni construcciones confortables, ni instrumentos para mover las cosas... ni conocimiento de la faz de la tierra, ni cómputos de tiempo, ni artes, letras o sociedad. Y lo que es peor de todo, existe continuo temor y peligro de muerte violenta, y la vida del hombre es solitaria, pobre, hosca, embrutecida y breve” (todas las citas son de Leviathan)Como vemos, es la clásica descripción de un estado “salvaje”.
En suma, el hombre no es social por naturaleza.
La sociedad civil, en cambio, es convencional y está regida por leyes comunes que dan un sentido de justicia.La naturaleza impulsa, no hacia la bondad, sino hacia la fuga de los peligros. Lo único bueno en tal estado natural, es salir de él.(Como veremos en el módulo siguiente, Rousseau enseñará una teoría totalmente contraria: la de un estado natural de hombres buenos y pacíficos)
c) El estado natural, lleno de temores e inseguridades, va inclinando a los hombres hacia el deseo de paz. El temor, el deseo y la esperanza, aliados con la razón que actúa junto a las pasiones, van inclinando la balanza hacia un nuevo estado pacífico y cómodo. La razón irá buscando instrumentos para convertir el deseo de gloria y el temor a la muerte en formas de dominar a la naturaleza humana hostil y manipularla para mejores fines.
Así, la razón va dictando normas que son leyes de la naturaleza o ley moral.Hobbes, creyente y conocedor de la Biblia, todavía reconoce la supremacía divina, de allí que habla de leyes naturales, las mismas que Dios promulga por el decálogo.
De este modo, todas las leyes de la naturaleza y todos los deberes y obligaciones sociales y políticos, se originan en el derecho de la naturaleza (derecho natural), subordinadas al principio fundamental del derecho del individuo a su propia conservación.
En este sentido, podemos considerar a Hobbes como fundador del liberalismo moderno, pues considera que toda la vida social y legal proviene de los derechos individuales. Como estos derechos están apoyados por las pasiones primarias, se imponen por sí mismos.
Todo lo cual abre el camino para una moral centrada en el egoísmo humano, pues el derecho natural es la suprema libertad de hacer o no hacer todo lo que se pueda para la conservación de la propia vida. Y el derecho a tal fin supone el derecho a usar los medios necesarios que conducen a ese fin.Cualquiera sea la inteligencia de los hombres, ninguno está interesado en la conservación de los demás, sino de sí mismo, y cada cual debe ser su único juez en la elección de esos medios. La naturaleza nos dice que “cada cual tiene derecho a todo”.
Para asegurar su propia conservación, la primera y básica ley natural ordena a los hombres buscar la paz y defenderse contra los que quieren destruir esa paz.El resto de la ley, fija las condiciones de la paz. La primera, es estar dispuesto a prescindir al derecho a todas las cosas cuando los demás tambièn están dispuestos; y de conformarse con aquella
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