Cosmopolitismo E Internacionalismo, Noel Salomón

El artículo se centra en las diferencias semánticas de dos palabras que han sido polémicas desde su invención hasta los inicios del siglo XX. Ambos conceptos, cosmopolitismo e internacionalismo, tienes sus connotaciones y han sufrido cambios semánticos importantes hasta el punto de ser antónimos o simplemente de ser usadas de manera positiva y de manera negativa.

El ejemplo de cosmopolitismo es impresionante pues tenemos que en sus inicios, esta palabra representaba la universalidad, la humanidad entera, claro, con una notable carga eurocentrista específicamente francesa. Utilizar el concepto era una cuestión que presumía cierto pensamiento elevado e incluyente que pretendía igualdad, pero al mismo tiempo dejó ver la arrogancia de la época y el lugar y se erige como modelo a seguir al pronunciar “todos unidos bajo la corona de Francia”. Así es pues, que el cosmopolitismo aceptaba nacionalismos y más aún, modelos a seguir que fueron seguidos durante muchos años en América y otros países de Europa.

Frente a estas manifestaciones que ocultaban la arrogancia de una potencia monárquica y, podría aventurarme a decir, escudando pretensiones coloniales, varios autores fueron delimitando rasgos importantes que impedían la idea “original” del cosmopolitismo tuviera lugar o fuera concebida como viable. Martí fue uno de ellos que dentro de su obra Nuestra América unida, habla de que imposibilidad del cosmopolitismo sin renunciar a una identidad de cada nación. Asimismo, Martí proponía una unión de naciones, un internacionalismo sin perder la cultura y la identidad de cada pueblo, pero unidos con un fin común que era frenar los estragos del incipiente y feroz capitalismo que se vivía entonces y que fue lo que algunos historiadores económicos llaman “La primera globalización”. Así, el internacionalismo fue uno de los conceptos rescatados de Marx que tuvieron mayor eco en los sectores nacionalistas que quería siempre conservar su identidad, mientras que el cosmopolitismo fue el canon de belleza y supremacía para aquellos que aspiraban a la metrópoli francesa. Dentro de estos últimos podemos mencionar a Rubén Darío y en general a muchos, o casi todos los modernistas.

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