Creencias Mapuches Sobre El Agua
Enviado por tatymaxi • 3 de Mayo de 2015 • 770 Palabras (4 Páginas) • 304 Visitas
Lo que creían nuestros antepasados sobre el agua
El pueblo mapuche y su relación con el agua
Se sabe de niñas que han muerto ahogadas por escuchar sonidos y voces maravillosas llamándolas desde el fondo de las aguas. El mito del Sumpall cuenta de un ser que habita las aguas de los lagos y se lleva a las niñas, más proclives a ahogarse. A veces las niñas vuelven, como almas en pena, cargadas de frutos marinos y pescados, a consolar a sus padres y pedirles que no lloren. El Sumpall vive en Sumpallhue, situado en el fondo de ríos y lagunas. Decían del Sumpall que era una persona correcta, que cuando se llevaba a una niña cumplía con el protocolo mapuche para el matrimonio y que pagaría por la niña raptada. Por eso se consideraba la primera pesca abundante como paga, tras de lo cual no se hablaba más del asunto. De las niñas ahogadas se decía que se convertían en aves; a veces en una huala, que no vuela bien pero si es excelente nadadora; esto porque el Sumpall todavía la retiene. Hay decenas de relatos y leyendas entorno a los ríos, costas, lagos y lagunas donde interviene el Sumpall. Con el gusto del pueblo mapuche por el agua y la natación no deben haber sido pocos los ahogados.
La retribución que debe hacer el Sumpall está muy arraigada en la cultura mapuche como una ley natural; todo lo que se quita debe ser repuesto; por eso hay muchos ritos en los que se hacen ofrendas y regalos antes de cosechar o quitar. Como por ejemplo las ofrendas que se hacen al mar, poniendo ollas de comida en hilera, sobre la arena; el mar se las lleva, pero debe devolverlo todo con peces abundantes; a veces no es la ola quien trae las retribuciones sino una sirena, una niña que sale del agua con un canasto de peces y mariscos. Igual ceremonia se hace para los funerales, pues todo el mundo trae mucho alimento que se va colocando en hilera desde el muerto; luego todo el mundo come, a veces por varios días.
Las niñas van a bañarse todos los días; se lavan el pelo con quillay, que desengrasa y odoriza. Huellelhue se le dice a los lugares aptos para nadar; Hueyeln es nadar, y hueyelfe es nadador. La relación de los mapuches con el agua es destacada por muchos testigos; se lavan todos los días, en contraste con el español, que en esa época apestaba; se les enseña a los niños desde muy pequeños a nadar y a cruzar ríos, con lo cual se forman muy buenos buzos. El culto a la limpieza se extiende a la casa, que se barre un par de veces al día. Son casi todos los mapuches unos grandes nadadores. Hay documentos que señalan que los niños recién nacidos eran llevados a bañarse al río casi inmediatamente después de nacidos.
Muchos escritos testimonian de los grandes caudales de ríos que hoy son arroyos, o ya no son navegables. También podemos encontrar información acerca de las canoas y de las embarcaciones en general del pueblo araucano, que se iban sofisticando más a medida que se avanza hacia
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