Crisis Politica De 1808
Enviado por javierebaez1 • 27 de Noviembre de 2014 • 1.913 Palabras (8 Páginas) • 475 Visitas
Crisis política de 1808: un lugar para el ayuntamiento, propuestas y objetos.
Introducción
El año de 1808 fue un momento único en la historia del imperio español, debido a la desaparición de la legítima figura real tras la doble abdicación de Bayona que dio comienzo a una gran coyuntura en ambos lados del Atlántico, teniendo por consecuencia inmediata la formación de Juntas, organismos consistentes en la reunión de los principales de cada provincia que tenían por objeto la defensa de la soberanía y la autoridad monárquica legitima.
El “Juntismo” como se le denomino al fenómeno fue la respuesta ante la desaparición o incapacidad de las estructuras monárquicas ante la amenaza francesa, tales como el Consejo de Castilla o el Consejo de Regencia, siendo organismos surgidos de la “presión popular que movilizo [a] las fuerzas vivas y las elites locales a conformar las juntas patrióticas como en Oviedo, Sevilla, Jaén, Granada, Badajoz, Zaragoza, Tortosa, Gerona, Manresa… ”. Sin embargo esta cuestión no termino limitándose a España viendo pronto reflejo en los territorios americanos, como lo observamos por la aparición de las Juntas de México de 1808, Montevideo en 1808, Quito en 1809 y Caracas en 1810 solo por mencionar algunas, anunciando que en adelante revisaremos la sucedida en México, en la cual se incluyen cuatro reuniones sucedidas el 9 de agosto, 31 de agosto, 1 de septiembre y 9 de septiembre de 1808 entre los miembros del cabildo, el virrey, el arzobispado, la audiencia y algunos miembros prominentes de la colonia, estudiando especialmente la disposición y propuestas en esta Junta de parte del sector criollo representado clásicamente por el ayuntamiento, mismo sector que ha sido caracterizado por la mayoría de los historiadores como un primer momento en la idea de nación mexicana, tan solo baste revisar los tempranos escritos de Carlos Maria de Bustamante y Lorenzo de Zavala o los más contemporáneos estudios de Luis Villoro , Virginia Guedea e Iván Gomezcesar entre otros para notar perfectamente la trascendencia de estos eventos así como la diferente significación que se le ha provisto. Nosotros tomaremos en cuenta para este estudio las distintas representaciones del ayuntamiento de la ciudad de México ante el Virrey, algunos votos consultivos del Real Acuerdo presentados al Virrey y en su mayor parte los discursos de varios individuos del cabildo de la ciudad de México presentes en las reuniones como lo fueron las personas de Primo de Verdad y Juan Francisco Azcarate, para así hacer un ejercicio de interpretación para significar estos eventos.
El Cabildo como institución
El Virreinato de la Nueva España fue uno de los primeros territorios coloniales que recibieron la noticia de las abdicaciones sucesivas de Carlos IV y Fernando VII, por lo que la administración virreinal en su conjunto vio el cambio que debía enfrentar aunado a la necesidad de un posicionamiento frente a este rompimiento del status quo. El caso del Ayuntamiento de México es sin duda un claro ejemplo de esta necesidad pero también nos sirve para identificar en primer momento las ideas de los criollos que en su mayoría le constituían, “la preeminencia criolla, era indudable hacia 1808…la elección constitucional de 1812 ratifico al ayuntamiento como la institución criolla por excelencia, como el vértice de la articulación horizontal de los intereses del patriciado local ”, siendo destacables las participaciones continuas de los regidores Juan Francisco Azcarate y Francisco Primo de Verdad y Ramos.
Notemos ya con esto la participación del Cabildo como un elemento importante en la coyuntura y en la política novohispana, elemento que de su misma antigüedad proveniente de la Castilla del siglo XI le atribuye hasta principios del siglo XIX ciertas garantías de autonomía y poder local, en palabras del investigador Guillamon Álvarez “el papel político de los cabildos americanos parece ser poco cuestionado dada la autonomía municipal reforzada de «facto» por la lejanía ”, el cabildo visto de este modo es la institución más cercana a la población y de ahí en buena parte el por qué se adjudicaban la capacidad de expresar la voz popular, motivo claro de turbación en el virrey “pero advirtiendo en su exposición que llevado de su zelo toma la voz por todo el reino [en referencia a la primera representación del ayuntamiento] ” y también en el Real Acuerdo.
El depósito de la Soberanía y la Junta General del reino
En la primera reunión la mayoría del cabildo acordó reconocer por nulas las abdicaciones y mantener la administración virreinal, sin embargo durante la intervención de Azcarate se enuncio directamente el lugar que en que recaía la soberanía ante la desaparición del rey, “por su ausencia o impedimimento [del Rey y herederos] recide la soberanía representada en todo el Reyno, y las clases que lo forman, y con más particularidad en los Tribunales superiores que lo gobiernan… como un deposito sagrado ”, observando en ello como se desata la idea de que la nación-pueblo-reino términos que son equiparados en la época, son el origen y principio de la soberanía que entregada a una casa real no pierde su origen primero, aunque como en muchos otros individuos del siglo XIX se dejan ambigüedades en torno a este concepto de pueblo.
Otro proponente de la soberanía popular fue el síndico Francisco Primo de Verdad y Ramos, en cuya celebre Memoria Póstuma describía con mayor profundidad el tema además de amplificar el papel que tendrían los ayuntamientos como medio de expresar la soberanía, “dos autoridades legítimas reconocemos, la primera de nuestros soberanos, y la segunda de los Ayuntamientos aprobada y confirmada por aquellos…la segunda es indefectible por ser inmortal el pueblo ”, en esto seguimos observando la idea de Azcarate del pueblo como origen y fundamento de toda soberanía pero con la inclusión certera de que este es intermediado por las instituciones que existen y no contraponiendo el pueblo a las
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