Cultura Politica

La forma como enfatiza William Ospina, a la Colombia que actualmente se está viviendo, través de su ensayo “La franja amarilla”, pretende reflejar la caracterización que tiene las diversas clases sociales en nuestro país y las problemáticas que han abarcado durante siglos.

La situación crítica por la que la mayoría de los colombianos estamos padeciendo, se debe a la falta de identificación que tenemos como nación y del cual busca satisfacer a uno cuantos, los que tienen el poder , como interés propio olvidándose de los sueños y necesidades del país entero. De ahí surgen las diferencias y conflictos entres los gobernantes y el pueblo.

Unos de los inconvenientes que envuelven al municipio de Los Palmitos-Sucre, en el cual resido, es la división política que ha conllevado a que muchas familias, hogares, amistades y roces sociales estén distanciados. Los sorprendentes apegos socioeconómico y la politiquería hacen que una comunidad se rebeldice y se enfrente para defender a quienes obtienen por un lapso de tiempo su bienestar y el sustento de algunos individuos, mas no miramos todas las cosas importante que el pueblo necesita.

Apartamos el bien común de una sociedad, aun sabiendo que al caer en manos equivocadas el patrimonio de un pueblo nos lleva cada día la pobreza y el atraso, así como lo está Colombia. Nuestros gobernantes tratan de convencer a sus habitantes con grandes proyectos, empleos y cantidades de promesas que solo quedan a la deriva cuando ya son elegidos.

Nos identificábamos por ser un pueblo donde la agricultura, el comercio del tabaco y algodón nos hacia mostrar nuestra riqueza, que tristeza que con el tiempo todos se ha perdido, hasta descendiente que teníamos nos quedan poco y la nueva generación parece ser caso omiso de esa caracterización. Más bien vemos que si no pertenecemos a X partido ya no podemos negociar o tener un trabajo merecedor por nuestros esfuerzos o un trabajo independiente por que ya estamos patrocinados por la ilegalidad, e incluso algunos no le pagan sus año laborados en entidades y tienden a recurrir a demandar, controversias personales que dañan la imagen de una persona, aparecen las amenazas o panfletos de grupos desconocidos, las indiferencias innumerables en fin ya la armonía de un pueblo que se escasea constantemente y a la vez lo ridiculizan con bajezas.

No somos capaces como comunidad palmitera de poner un alto a quienes nos dirigen para no seguir siendo atropellados por los que pretende ser vivos o tener una buena tajada solo para ellos y de concientizarnos que mas allá de alcanzar una ambición hay muchos niños, gente humilde y de buen corazón con ganas de salir adelante de ver el desarrollo no solo de un pueblo , si no de un país si somos responsable con nosotros mismos, y siendo mas razonable.

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