Currículum Educativo: Limitante En El Proceso Enseñanza Aprendizaje
Enviado por catalinae • 5 de Noviembre de 2014 • 2.107 Palabras (9 Páginas) • 368 Visitas
En los últimos años, la educación ha estado en el tapete mediático de la realidad nacional: un proceso que ha marcado a toda la población, gracias a movilizaciones y reformas que buscan mejorar aquel aspecto clave en el desarrollo social de la ciudadanía, lo que demarca profundamente el devenir político, económico, social, cultural e histórico del país. El sistema educacional chileno está en crisis, y es por esto que resulta necesario revelar cuáles son las actuales dinámicas educacionales que se imparten, para entender la importancia que tiene el concepto de calidad en sí y cómo se lleva a cabo o no en el ejercicio de la pedagogía.
En primer lugar, uno de los factores más influyentes en este estado de crisis en el que se encuentra la educación, tiene que ver directamente con el rol docente y las limitaciones que surgen desde el planteamiento del tipo de educación que se quiere entablar y la manera en que se definirá. La principal forma para definir esta línea es el currículo escolar. Este programa es el que precisa cada paso a seguir, los contenidos correspondientes y las metodologías estimadas para la apropiada formación de niños y niñas. El currículo oficial se entiende como un “ordenamiento u organización y relación entre objetivos y contenidos, o sea, los conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y valores que se esperan que los estudiantes logren en los distintos niveles de formación” (Magendzo, 2008).
Actualmente, la Escuela está regida bajo el currículo oficial que impone el Ministerio de Educación a todas las escuelas del país de forma pareja, y es este órgano estatal quien lo delimita y confecciona. Pero lo que se logra con este método, es tener una Escuela homogeneizada a nivel nacional a través de la entrega de contenidos y objetivos iguales y totalizadores a lo largo de un país que es rico y diverso en culturas. Estos contenidos son los mismos para todos, sin importar las particularidades que se den dentro de cada escuela, las cuales estarán demarcadas por el lugar geográfico en que se encuentren, por el grupo de personas que allí estudien y trabajen y claramente por los niveles socio-culturales y económicos a los cuales pertenezcan, así como los tiempos y formas de aprender de cada estudiante, uno de los factores más influyentes dentro del rol y el quehacer docente. Así, el currículo escolar no está contextualizado para cada realidad, tanto política como pedagógica, perjudicando las prácticas educativas que debieran ser coherentes y estar insertas en las metodologías de enseñanza y aprendizaje.
La tesis que se plantea es que el currículo escolar limita y no consigue cumplir a cabalidad la tarea formativa del profesor para lograr un pensamiento crítico y reflexivo, pertinente culturalmente. El objetivo de este trabajo es reflexionar con respecto al currículo y cómo este no es congruente a las necesidades del nuevo contexto educativo, ya que limita las libertades profesionales del docente, no permitiéndole tomar dediciones pedagógicas y administrativas que le permitan orientar el proceso de enseñanza acorde a la realidad particular a la se ve enfrentado.
En primer lugar, el oficialismo en su programa dice expresamente que “se establece un marco de objetivos y contenidos comunes que aseguran una misma experiencia formativa de calidad para la totalidad de la matricula.” (Ministerio de Educación, 2009) Es decir, se establecen metodologías y objetivos iguales para todas las escuelas de un país. Tener el mismo programa para cada una de ellas no es pertinente culturalmente, ya que estas escuelas no tienen las mismas condiciones socio-económicas ni socio-culturales, ni igual infraestructura, estudiantes, profesores y funcionarios, así como las mismas facilidades según sector geográfico y zonas de producción, aspectos que determinarán la identidad y formación. “Los programas tienen contenidos comunes y homogéneos para toda la población escolar del país. En ningún momento se observa una adecuación a la realidad en la cual viven los educandos” (De Pujadas, 1993) En este caso, la elaboración curricular opera según la globalización, lo que genera la homogeinización en el ámbito educativo, donde “se expresa tendencialmente el desdibujamiento y colapso posible de las identidades tradicionales. Los mecanismos por los que la globalización opera estos efectos son la desterritorialización y la deshistorización.” (García Canclini, 1995) De esta manera, la identidad local, así como la diversidad cultural que existe en cada sector o en un mismo territorio incluso, se pierde por la misma experiencia formativa que se entrega a nivel país.
Otro aspecto que aleja al currículo de su verdadera función, es que está enfocado a contenidos y materias “duras” tradicionales, lo que no deja explayarse en el ámbito valórico, cívico o físico, así como otras áreas del conocimiento que desarrollan la integridad de los y las estudiantes. “Estos aprendizajes involucran integralmente a las personas y no sólo lo que compete a su desarrollo cognitivo. Las experiencias incorporan la dimensión afectiva, social y moral en la formación de la niñez y juventud” (Hevia, Hirmas, Peñafiel, 2003) Sin el proceso de desarrollo de estas experiencias y con la sobrecarga de contenidos en el programa “es posible convertir al currículum en un receptáculo inconmesurable de conocimientos, muchas veces inestructurados e inoperantes” (Magendzo, 2008) De este modo, se vuelve poco efectiva la malla académica, ya que se introduce una gran cantidad de contenidos que no necesariamente aportan con el desarrollo integral de los estudiantes, sino que solo fomentan la memorización y reproducción sistematizada de una materia especifica, en vez de priorizar el aprendizaje en base a la reflexión y el pensamiento crítico para desenvolverse como ciudadanos autónomos y participativos. “La convicción de que algunas competencias y contenidos de aprendizaje esenciales para el ejercicio de la ciudadanía en este nuevo escenario se encuentran escasamente representadas en el currículo escolar está ampliamente extendida” (Coll, Martín, 2006) Como se postuló recientemente, la idea no es instalar contenidos específicos en los estudiantes, sino generar en su formación un proceso de pensamiento crítico con respecto a su entorno y realidad, para generar ciudadanía.
A su vez, otro motivo por el cual el currículo educativo no cumple su verdadera función, es porque el profesor no puede alejarse de este documento programático que restringe, ya que debe regirse por completo por sus lineamientos para cumplir con fiscalizaciones, lo que obstaculiza la diversidad del aprendizaje. En cada aula existen realidades totalmente distintas las unas de las otras y no se puede pretender que todos y todas las estudiantes aprendan los mismos contenidos
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