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DE LA OBSTINACIÓN DE UN HOMBRE A UNA REVOLUCIÓN QUE NO FUE: SALVADOR ALLENDE


Enviado por   •  16 de Noviembre de 2016  •  Ensayo  •  1.493 Palabras (6 Páginas)  •  209 Visitas

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DE LA OBSTINACIÓN DE UN HOMBRE A UNA REVOLUCIÓN QUE NO FUE: SALVADOR ALLENDE

A mediados de los 70’s Chile comienza a experimentar sus propias características de la revolución, palabra que tomará mucha más importancia en Latinoamérica luego de la experiencia que deja el paso de la Revolución Cubana. A través de la Unidad Popular, Salvador Allende llega al gobierno en 1971 y es derrocado por un golpe de una especie de coalición civil y militar en 1973. La experiencia chilena, que se piensa como “la vía chilena al socialismo” por haber sido una búsqueda pacífica de cambios radicales en prácticamente todos los aspectos de la sociedad, fue el eje central de la obra del director de cine chileno Patricio Guzmán.

La construcción de la Unidad Popular, vista como una especie de conjunción de las distintas vertientes de izquierda, se forja en Chile como resultado de una larga y continua experiencia de los partidos socialista, comunista y otros sectores afines, que convivieron en los espacios políticos de este país desde más o menos el siglo XIX. Y es precisamente que Chile presenta esa característica y otras que la hacen muy particular dentro de la estructura política social de mediados de los años cincuenta con la movilización causada por la Revolución Cubana. Por esta razón, es posible afirmar que las dos grandes vertientes historiográficas con respecto al sentido que tuvo la Unidad Popular, su construcción, su gobierno y su derrota, se centran principalmente por un lado en las posturas que se centran en las problemáticas internas de la Unidad, entre las fuerzas que la conformaron y su relación con los militares. Por otro lado, se ubica la cuestión en relación con el rol que adquirió Estados Unidos en este escenario, en connivencia con la derecha chilena.

Se debe entender entonces que la Unidad Popular no fue sólo resultado de un acuerdo político que permitió la unidad de la Izquierda y que llevó a Salvador Allende a la presidencia el 4 de septiembre de 1970. Tampoco el fin de ésta puede ser visto solo como el quiebre del sistema democrático resultado de la polarización social y política y de esa sin salida del sistema político chileno. Ambos hechos son importantes, pero cada uno de ellos completamente insuficiente para explicar tanto el origen como el fin de la UP. Ahora bien, a la Unidad Popular, desde un punto de vista histórico, hay que verla como el resultado de largas luchas populares que se remontan a mediados de siglo XIX, cuando la Sociedad de la Igualdad bajo el liderazgo de Arcos y Bilbao ya se había planteado la necesidad de una transformación profunda de la sociedad chilena (De Ramón, 2001). No obstante, en el fin de la Unidad Popular se termina de explicar la reacción de los grupos dominantes nacionales y extranjeros -y de importantes segmentos de la clase media- frente a la movilización popular, es decir, a la revolución que venía “desde abajo”.

Por otro lado, al haber errado en los instrumentos y en las vías a seguir, el objetivo de Salvador Allende y de la Unidad Popular de acabar con la dependencia económica del país chocó con los intereses de los más poderosos: ITT, multinacional de telecomunicaciones y con importantes inversiones en el sector hostelero; Anaconda y Kennecott. Por esta razón, al retomar los argumentos de Hobsbawm con respecto a cómo se vivió la Guerra Fría en Latinoamérica, y en específico para analizar el rol de EEUU en el proceso de la “vía chilena al socialismo”, es evidente que el caso chileno no se puede separar de un contexto al que en este caso pertenece plenamente, el del Sistema Interamericano, esto es, la relación fundamentalmente hegemónica (a veces de tendencias imperialistas) entre EEUU y el mundo latinoamericano.

Además de lo anterior, es importante también considerar que la lejanía geográfica y el aislamiento consiguiente de Chile no lo salvó del “virtual” enfrentamiento Este-Oeste que implicó la Guerra Fría en general. En relación al resto del hemisferio, existían dos motivos adicionales que hacían de Chile un objetivo relativamente importante en el conflicto. En primera medida, había un objetivo de carácter intrínsecamente geopolítico: el dominio de Chile sobre el Estrecho de Magallanes, vía de comunicación interoceánica entre el Atlántico y el Pacífico, vital en caso de guerra entre ambas superpotencias, sobre todo teniendo en cuenta la extrema vulnerabilidad de la otra vía de comunicación, el Canal de Panamá, el que, si bien bajo control del EEUU, era sumamente fácil de inutilizar mediante un sabotaje. En segunda medida, y no siendo menos importante, una circunstancia de orden más bien político: desde la consolidación

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