DEMOXCRACIA
Enviado por Angeles10 • 1 de Diciembre de 2012 • 1.743 Palabras (7 Páginas) • 282 Visitas
DEFINICION
AUTOCRACIA
Gobierno en el que una sola persona tiene poder ilimitado.
AUTORITARISMO
Uso de la facultad de gobierno sin el consentimiento de los gobernados, menos riguroso que el totalitarismo.
DICTADURA
Gobierno ejercido por un dirigente con poder absoluto, no limitado por ley ni restringido por cuerpo oficial alguno.
TOTALITARISMO
Control centralizado por un órgano autocrático, que somete casi por completo a los ciudadanos a la autoridad del Estado.
LOS gobiernos autoritarios, con excesivo control y escasa libertad individual, en seguida nos sugieren adjetivos como “opresivo”, “tiránico” o “despótico”. Son regímenes muy nacionalistas que controlan todas las facetas del gobierno, someten a sus ciudadanos a una rigurosa vigilancia y prohíben actividades que, aunque no sean peligrosas, no fomentan los intereses nacionales. Es triste decirlo, pero la historia de la humanidad está repleta de crónicas sobre gobiernos autoritarios.
The World Book Encyclopedia comenta: “El gobierno ruso en época de los zares llegó a ser una autocracia casi absoluta”. Pero no todo poder autoritario es absoluto, sino que se trata principalmente de una cuestión de grado. Tampoco son autocracias —es decir, gobiernos a cuyo frente hay un solo dirigente, un dictador o un zar— todos los gobiernos autoritarios. Algunos están bajo el control de un grupo, quizás una junta militar, o de una elite oligárquica o plutocrática.
Incluso las democracias pueden ser autoritarias. Aunque es cierto que permiten la existencia de partidos políticos, celebran elecciones, tienen tribunales de justicia y ostentan un parlamento o una legislatura, el grado de control del gobierno sobre las diferentes instituciones, obligándolas a someterse, marca el grado de autoritarismo, sea cual fuere su estructura. Puede que no sea un planteamiento intencionado. Quizás en un período de guerra o crisis nacional la situación requiera que el gobierno aplique medidas de excepción, pero al disminuir la emergencia los poderes especiales permanecen vigentes.
Existen varios grados de monarquías autoritarias, pero las monarquías absolutas han sido sustituidas en su mayor parte por monarquías limitadas. Hay órganos legislativos y tal vez constituciones escritas que limitan la autoridad que dichas monarquías pueden ejercer, disminuyendo así su capacidad de autoritarismo. De esta forma, el disfrute de libertad individual en las monarquías limitadas de la actualidad alcanza niveles muy superiores a los de las monarquías absolutas del pasado.
Incluso en tiempos en los que las monarquías absolutas eran comunes, su poder era limitado. El profesor de historia Orest Ranum explica que “la mayoría de los reyes carecían tanto del temperamento como de un auténtico poder para tener el dominio total de sus súbditos o para aplastar a minorías raciales o culturales, tal como lo hicieron Hitler, Mussolini o Stalin”. Obviamente, las buenas cualidades y moralidad de un rey, o la falta de estas, eran decisivas. De todas formas, Ranum afirma: “Ninguna monarquía absoluta alcanzó el grado de centralización cultural y económica del moderno estado totalitario”.
SE BUSCA EL PODER TOTAL
Durante los años veinte y treinta, en Italia, la Unión Soviética y Alemania apareció en la escena mundial un nuevo tipo de gobierno autoritario, que necesitó la acuñación de un nuevo término que lo describiera adecuadamente. En estos países, los medios de comunicación estaban en manos del Estado; la policía se había convertido en instrumento del partido político en el gobierno y ya no estaba al servicio del pueblo; la oposición se neutralizaba mediante la propaganda, la censura, los reglamentos estrictos, la vigilancia policial secreta y hasta la fuerza; se coaccionaba a los ciudadanos para que adoptaran la ideología política y social del gobierno, y a los que se negaban se los trataba como traidores. Pareció apropiado utilizar el término “totalitarismo”, aplicado a un Estado preocupado por sus propios objetivos y que controla por completo a todos sus ciudadanos.
La revista alemana Informationen zur politischen Bildung (Información para la Educación Política) explica: “El Estado que tiene como objetivo el control total, a diferencia del régimen autoritario, no se conforma con tomar las riendas del poder. No está dispuesto a garantizar a los ciudadanos una medida de libertad relativa, sino que exige fidelidad y apoyo doctrinal activo de su parte en todo momento. Estas demandas ilimitadas requieren la existencia de un Estado totalitario que intervenga en áreas que normalmente están fuera del control estatal, como la familia, la religión y el ocio. Para satisfacer estas demandas, el Estado totalitario tiene que organizar una red capaz de supervisar a toda persona en todo momento”.
No cabe duda que desde el punto de vista del Estado y sus intereses, el totalitarismo resulta muy eficaz. Pero es imposible de mantener, dice el periodista Charles Krauthammer. Simplemente, hay demasiado que controlar. “Se puede encarcelar e incluso fusilar a personas durante un tiempo —afirma— pero después te quedas sin balas, cárceles, energía, incluso víctimas. [...] Solo la revolución permanente puede satisfacer el ideal totalitario, y la revolución permanente es imposible. Hasta la tiranía necesita un descanso.”
¿PRODUCTO DE LA “SOCIEDAD DE MASAS”?
Se han propuesto varias teorías para explicar por qué el autoritarismo —particularmente en su forma más rigurosa y efectiva, el totalitarismo— ha imprimido tal carácter a nuestro siglo. Según The World Book Encyclopedia, “los dos primeros tercios del siglo XX constituyeron un período de grandes cambios, quizás los más rápidos y extensos de la historia”. Seguramente, esto influyó de forma notable en la tendencia al autoritarismo.
La explosión demográfica,
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