DESCUBRIMIENTO CONTAGIOSO

EDWARD JENNER Y UN DESCUBRIMIENTO CONTAGIOSO

A través de la historia, las enfermedades se han constituido como un factor importante en el desarrollo de las civilizaciones y asi como han cobrado millones de vidas a lo largo de los años también se han apoderado de los recursos economicos de los países e incluso han hecho parte de la guerras y aun más han contribuido al desarrollo y a la creación de soluciones científicas y tecnológicas, pero muchas de ellas después de tantos esfuerzos continúan cobrando vidas y persisten como un flagelo sobre la humanidad. Si observamos con detenimiento la historia, podríamos afirmar que ganar la batalla contra las enfermedades monstruosas y terriblemente devastadoras es posible y quizás el único ejemplo que podamos encontrar es: la viruela, la primera patología infecciosa erradicada de la faz de la tierra, derrotada para siempre en al año 1978.

La viruela, que procede del latín “variolae” (que significa pintado o manchado, término que fue acuñado por el Obispo de Avenches en Suiza para referirse a los signos de la enfermedad que estaba desencadenando la epidemia que asolaba las Galias en el año 570) parece haber sido una de las enfermedades mas temidas por su alto potencial contagioso asi como por su letalidad y secuelas desastrosas que dejaba en aquellos que lograban resistirla. Como una viajera incansable, como una asesina implacable, la viruela se paseo por el mundo con una velocidad asombrosa, como si no existieran las fronteras y aun desde tiempos remotos dejó una huella en la historia de la humanidad golpeando a toda clase de credo, posición social y nacionalidad, a tal punto que desde el faraón egipcio Ramses, pasando por el gran Marco Aurelius, la Reina Mary II de Inglaterra, el Emperador Joseph I de Austria, el rey Luis I de España, el Zar Pedro II de Rusia, el Rey Luis XV de Francia, hasta el líder azteca Moctezuma y su sucesor Atahuallpa; tuvieron que soportar los pasos de este gigante.

El fruto de estos acontecimientos originó un afán en el corazón de un hombre para encontrar los medios que pudieran detener el avance de un desastre inminente, es por esta razón que creo seria una insensatez hablar de la erradicación de una enfermedad dejando de lado aquel Edward Jenner, aquel “verdugo” que con esfuerzo y dedicación emprendió una tarea que terminó aquel dia en que su descubrimiento no solamente detuvo a una asesina implacable sino que se convirtió en un hito para la comunidad científica mundial, tanto que seria posible afirmar que el descubrimiento de Jenner llegó a ser mas contagioso que la enfermedad que erradicó.

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Finalmente y luego de

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