DISCURSO 25 DE MAYO
Enviado por kaeser1312000 • 6 de Octubre de 2013 • 407 Palabras (2 Páginas) • 528 Visitas
DISCURSO DEL 25 DE MAYO
El 25 de mayo resulta en sí mismo y para todos nosotros, una de las fechas más importantes para nuestra historia. Sin duda su significado más profundo no es otra que el comienzo de nuestra independencia y del largo camino que teníamos y tenemos que recorrer para construir un país definitivamente libre dueño absoluto de su destino.
Es a partir de ese momento que en el antiguo virreinato del Río de la Plata se plantea dejar de ser colonia para formar una verdadera Nación bajo la guía de ilustres figuras con grandes cualidades: el valor y las condiciones militares de Saavedra; la pasión democrática de Moreno; la decisión de Juan José Paso; la valentía y la inteligencia de Manuel Belgrano; la erudición de Castelli, la consagración total de Alberti, la vocación republicana de Azcuénaga y la generosidad de Matheu y Larrea.
Sentimos la íntima necesidad de rendir nuestro sincero homenaje de admiración y reconocimiento a estos próceres que tuvieron el coraje invalorable de romper las cadenas del colonialismo para iniciar sacrificadamente el espinoso camino de la libertad.
Sin embargo, no debemos caer en la falsa ilusión de un 25 de mayo con paraguas y cintas celestes y blancas. La revolución no fue tan pacífica como aparentó y muchas veces se impuso con violencia ante sus opositores. Como toda ruptura, ella trajo aparejada temores, desgarros y dolor.
El 25 de mayo 1810 fue un acto de derecho y de la voluntad irreductible de los
criollos. Allí nació nuestra nacionalidad, la conciencia de nuestra soberanía y también la democracia argentina plasmada en la unión de una convivencia social que puso a prueba el temple de los compatriotas de todos los tiempos hasta nuestros días.
El 25 de mayo pues, no fue el mero desalojo de un gobierno para su remplazo por otro, fue el acto revolucionario más acabado, que introdujo el proceso de transformación sustancial: el de una colonia a un país libre, pleno de soberanía decisión y constructor de un destino de grandeza para las generaciones por venir.
Aquel acontecimiento que hoy conmemoramos deja en nosotros un conjunto de enseñanzas que se convierten en faro y luz inextinguible que iluminará por siempre el camino de la libertad. Sólo un verdadero sentimiento patriótico, una generosa e incesante actitud práctica hacia el bien común, un esfuerzo cotidiano hacia el crecimiento espiritual, moral e intelectual que cada uno emprenda sin claudicaciones, nos hará herederos legítimos de aquellos hombres que nos dieron Patria en 1810.
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