Danzas Folclóricas De Veracuz
Enviado por Humber74 • 2 de Julio de 2014 • 5.231 Palabras (21 Páginas) • 294 Visitas
DANZAS FOLKLORICAS DE VERACRUZ
DANZA DE LOS GUAGUAS O HUAHUAS
Esta danza es propia de los totonacos del Golfo de México, en el Estado de Veracruz, aunque también se presenta entre los grupos nahuas de la Sierra de Puebla y los huastecos de la planicie costera. Es una variante de la danza de los Quetzales y está relacionada con la danza de los Voladores ya que también representa una supervivencia de los rituales agrícolas, solares y cosmogónicos.
En esta danza es fundamental la construcción de una cruz de madera que gira de manera vertical, en que se realiza parte de la danza y que ha sido considerada como el símbolo del movimiento (ollín), base de toda creación y generador de la vida cósmica. La danza de Huahuas se baila en las plazas o en los atrios de las iglesias, donde se coloca la cruz sobre altos postes de madera que sirven de ejes.
La indumentaria de los danzantes consiste en un pantalón rojo, un delantal del mismo color con bordados y flecos dorados, paliacates cruzados en el pecho y una capa sobre los hombros también roja. En la mano portan una sonaja que acompaña una flauta de carrizo y un tamborcillo de doble parche con el que les marcan el ritmo. El tocado consiste en un cono rígido forrado de tela, adornado con espejos a veces en forma de estrella, y de cuyo vértice sale un pequeño penacho circular formado por una estructura de carrizo con listones de colores entrelazados y otros colgando por la espalda. Calzan botines con los que ejecutan fuertes taconeos y marcando una cruz con los pies.
El grupo de danzantes se compone por siete elementos que después de bailar dan paso a cuatro de ellos, quienes se suben a la cruz giratoria que es impulsada por ellos mismos dando vuelta cada vez más rápido hasta convertirse en un círculo de movimiento multicolor.
DANZA DE LOS HUEHUES O TEJONEROS
En varios pueblos de la sierra veracruzana y poblana se interpreta la danza de los Tejoneros, conocida en la región totonaca como danza de los Huehues. En el Estado de Veracruz se presentan en diversas comunidades, por ejemplo en Naranjos durante la fiesta del Señor San José de la Montaña durante el mes de marzo; en Martínez de la Torre el 24 de junio durante las fiestas patronales de San Juan Bautista; en Filomeno Mata el 28 de agosto para las fiestas de Santa Rosa de Lima; y en Atzalán a finales de noviembre durante las fiestas de San Andrés.
Participan en ella doce enmascarados, la mitad de ellos vestidos de mujer, que bailan fuera de una tela circular montada sobre unas estacas. Dentro del círculo se pone un tarro forrado con hojas de papatla, que tiene un mecanismo de cuerdas para hacer salir del tarro un pájaro de madera que acciona sólo uno de los danzantes, el único que baila dentro del círculo blanco.
Los huehues bailan fuera y en un momento de la danza el pájaro comienza a subir picoteando la planta hasta que al llegar a la parte más alta rompe un calabazo que deja caer confeti y hace desplegarse banderolas que tiene adentro. Desciende el pájaro y aparece un tejón disecado que el manipulador hace subir al tarro, deteniéndose a la mitad, momento en el que aparecen dos niños simulando perros que van en busca del tejón, una vez que éste ha sido “cazado” por los huehues.
DANZA DE LÍSERES
Existe un ciclo de danzas que tienen como personaje principal al tigre, animal admirado por las culturas indígenas desde la época prehispánica, y que en su mayoría tiene profundo sentido ritual y simbólico. Dentro de este ciclo se encuentran danzas de tigres con diferentes nombres en los Estados de Chiapas, Guerrero, México, Michoacán, Morelos, Oaxaca y Veracruz. En este último Estado la danza se conoce con el nombre de Líseres, y se presenta en Santiago Tuxtla el 24 de junio, dentro de las festividades de San Juan Bautista y el 25 de julio, fiesta patronal de Santiago Apóstol.
En esta tradicional danza, se enfrentan en combate dos grupos de tigres y se golpean con reatas mojadas que tienen una bola en la punta. Los danzantes van encapuchados y vestidos con batas amarillas que imitan la piel de tigre.
DANZA DE MOROS Y CRISTIANOS
Los misioneros españoles introdujeron esta danza en el siglo XVI con fines de evangelización. Es la danza más difundida en el país y la que mayores influencias ha generado en otras danzas que giran en torno al mismo tema: el enfrentamiento entre los españoles cristianos y los árabes que ejercieron su dominio sobre los pueblos españoles durante casi ocho siglos. En España se tiene el registro de su primera presentación en el siglo XII, en tanto que en México, Bernal Díaz del Castillo menciona que yendo el conquistador Hernán Cortés hacia Las Hibueras, se le recibió en Coatzacoalcos con una gran fiesta que incluía “…ciertas emboscadas de moros y cristianos.” Este hecho debió suceder entre finales de 1524 y principios de 1525, apenas tres o cuatro años después de la Conquista de México.
La danza de los Moros y Cristianos jugó su papel trascendental durante la época colonial y, una vez habiendo cumplido su misión de ayudar a la evangelización, pasó a formar parte de los festejos indígenas que sobreviven hasta la fecha y que han sido adaptados y modificados en cada región del país conservando su argumento esencial.
Su área de influencia es enorme y va desde la zona del istmo en Oaxaca, hasta la huasteca en el Golfo, Nayarit en el pacífico y hasta el Estado de Nuevo México en los Estados Unidos de América. En Veracruz se presenta durante todo el año en la mayor parte de las festividades del Estado, además de la influencia que tiene en sus variantes de Santiagos, Tocotines y Doce Pares de Francia.
La danza tiene como tema el enfrentamiento del bando cristiano contra el bando de los moros, también llamados sarracenos u otomanos. Son representaciones de tipo teatral cuyo texto tiene preeminencia sobre la danza y la música, que sólo sirve para pasar de una escena a otra y acompañar los combates. La discusión gira en torno a la superioridad que ambos bandos dicen tiene su Dios, terminando con la claudicación de los moros quienes reconocen la superioridad del cristianismo, argumento esencial de los evangelizadores que perdura hasta nuestros días.
Dentro de este esquema general hay muchas variantes en las que aparecen reyes, alféreces, embajadores, el emperador Vespasiano, Santiago, algunos ángeles y representantes del infierno. Los combates se realizan con arma blanca, generalmente con machetes y con acompañamiento de música que provee en su mayor parte una banda de aliento.
La indumentaria es también
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