De los conflictos locales a la guerra civil. Tolima a finales del siglo XIX
Enviado por Valentina Suárez García • 22 de Mayo de 2019 • Reseña • 1.445 Palabras (6 Páginas) • 190 Visitas
Valentina Suarez Garcia
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Historia de Colombia III
Mauricio Archila
Brenda Escobar Guzman
De los conflictos locales a la guerra civil. Tolima a finales del siglo XIX.
Bogotá: Academia Colombiana de Historia, 2013.
308 páginas.
Brenda Escobar Guzmán es Historiadora de la Universidad Nacional sede Medellín, con Magister en Historia y Civilizaciones de la Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales en París y Doctorado en Historia de la Universidad Ludwig-Maximilian de Munich, de donde se graduó con la tesis titulada ‘De los conflictos locales a la guerra civil. Tolima a finales del siglo XIX’, la cual fue editada y publicada como libro por la Academia Colombiana de Historia.
El libro está dividido en introducción, tres capítulos llamados ‘Colombia y Tolima en el siglo XIX’, ‘Conflictos en Tolima durante la Regeneración’ y ‘La guerra de los Mil Días’, finalizando con la conclusion y bibliografia.
Escobar en la introducción comienza mencionando la manera en la que se ha estudiado tradicionalmente la historia bipartidista de Colombia, vista como una sucesión de odios entre los liberales y conservadores, ignorando dentro del relato a los grupos populares, ya que sus acciones políticas, entendidas como actividades con miras de alcance nacional, no tienen gran relevancia, pero la autora para el desarrollo de su tesis interpreta las acciones políticas de los grupos populares en el sentido amplio del término, enfocándose en las acciones que emprendieron a escala local buscando mejorar su condición hasta donde fuera posible. Escobar también realiza una distinción entre estos y los notables, mostrando la diversidad de grupos e ideales que podían llegar a existir, no necesariamente conformando una sociedad polarizada. Por último la autora expone las múltiples fuentes utilizadas para la realización de su tesis.
El segundo capítulo ‘Colombia y Tolima en el siglo XIX’ habla sobre la época liberal radical seguida por el régimen de la Regeneración de los conservadores, que fue difícil de llevar a la práctica a causa de la debilidad estatal. Posteriormente el capítulo esboza el Tolima del siglo XIX en aspectos económicos, geográficos, sociales y de su configuración, abordando también el tema de adscripción política de sus habitantes, mostrando que los campesinos no siempre seguían la misma línea ideológica que sus jefes, evidenciando así que tenían cierta autonomía.
En el tercer capítulo, como lo dice su nombre, se trata de los conflictos que predominaban en el Tolima durante la época de la Regeneración, conflictos por la tierra usualmente provocados por la colonización del territorio y la búsqueda del gobierno por privatizar las tierras para incentivar la producción, y conflictos entre Estado y productores por la renta del aguardiente. Esto con el fin de mostrar que los conflictos no se daban usualmente entre grandes latifundios y pequeños cultivadores, además “que no siempre se defendían las causas de los más influyentes y en cambio los más débiles gozaron muchas veces de la protección de las autoridades”[1], explicando también que la diversidad de actores buscaba soluciones inmediatas para sí mismos, sin llegar a conformar grupos buscando el bien común, menos basándose en las ideologías políticas.
En el siguiente capítulo ‘La guerra de los Mil Dias’ Escobar propone el uso del término de ‘guerras segmentarias’ acuñado por Michael Riekenberg para explicar la multiplicidad de conflictos ocurridos en el país, que no necesariamente responden a la búsqueda por conquistar el poder del Estado o el monopolio de la violencia, lo que se entiende como guerra civil. Estas guerras segmentarias se presentaron y alimentaron la guerra de los Mil Días, con la cual el Estado también logró aumentar su ostentación de la violencia, provocando así la radicalización de los liberales, escalando el conflicto, que en principio fue una ‘guerra de caballeros’ y terminó siendo una ‘guerra de guerrillas’, con grupos armados llegando a controlar poblaciones enteras.
Por otro lado, la autora en este capítulo también trata la cuestión del reclutamiento, tradicionalmente explicado como causa de un fanatismo ciego ya fuera del partido o del caudillo que los empujaba a escoger un bando en la guerra, pero Escobar a través de las fuentes explica que los partícipes del conflicto lo hacían “menos por el deseo de defender a su partido que por el simple afán de subsistencia o para sacar provecho de las circunstancias especiales aparecidas en la guerra”[2], siguiendo iniciativas individuales o el simple hecho de sobrevivir colaborando con el partido que más les conviniera, además, el reclutamiento forzado por parte de liberales y conservadores tampoco les daba mucha autonomía para decidir.
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