Del desastre a la reconstrucción republicana, 1848-1876
Enviado por Cuchurrumina Cort • 29 de Marzo de 2017 • Reseña • 1.295 Palabras (6 Páginas) • 2.365 Visitas
Reseña: “Del desastre a la reconstrucción republicana, 1848-1876”
Nueva Historia General de México. México, El colegio de México, 2010, Andrés Lira y Anne Staples. Pp. 443-486.
Este capítulo aborda tres décadas de la vida política en México, desde 1848, que es el fin de la guerra con Estado Unidos, pasando por la revolución de Ayutla, la promulgación de la Constitución de 1857, la guerra de Reforma y finalmente, del triunfo republicano de 1857 al ascenso de Porfirio Díaz al poder en 1876.
Los autores nos sitúan en una realidad desoladora de un país convulso, la población era escasa, la economía estaba quebrada y la política y sus intereses habían menguado el imperio de la antigua Nueva España.
Los datos precisos de esos años nos transportan a una yerma realidad, en donde la figura del caudillo, -Antonio López de Santa Anna- es el eje estructural de vida política del país. Sus errores y aciertos llevaron a la nación a un abismo que pudo soslayarse cuando entramos a una vida republicana.
La perenne lucha entre conservadores y liberales aumentaron la zozobra política con que se manejaba el país e hicieron que las potencias extranjeras se adueñaran de gran parte de nuestro territorio y de nuestros recursos naturales.
Y es, curiosamente, otro caudillo -Juan Álvarez- junto con un hombre letrado y conciliador -Ignacio Comonfort- que se pone fin al gobierno de Santa Anna, lamentablemente, ni los mismos liberales se ponían de acuerdo sobre la forma que debía regirse la nación, y es el ala más radical la que inicia la promulgación de leyes que desembocan en la segunda constitución de nuestro país, la Constitución de 1857.
Dicha constitución fue un parteaguas para la vida política y económica del país, se pone orden en el fuero común y en las finanzas públicas para la sobrevivencia del estado por vez primera se habla de una educación gratuita y obligatoria, pero, sobre todo, se afirma de manera granítica la separación iglesia-Estado. Muchas de estas ideas serán retomadas años más tarde en el constituyente de Querétaro, para promulgar la constitución que actualmente nos rige.
Empero, la disputa interna por el poder en nuestro país nos siguió dividiendo, los conservadores buscaban a toda costa respetar sus fueros, iniciando una guerra intestina que se prolongaría hasta la intervención de Francia en nuestro país y en la imposición de un segundo imperio, ahora extranjero, en nuestra nación.
A pesar del corte liberal que el emperador Maximiliano promulgó en sus leyes, el pueblo y los liberales no cesaron en su lucha por la autonomía y por un gobierno propio. Al extinguirse este segundo imperio, la vida política de la republica retomaría su curso, no sin esas luchas internas entre los ganadores. La muerte de Juárez lo libró de ser un dictador más en nuestra penosa historia, la secrecía y la indiferencia de Lerdo de Tejada con los grupos facticos del país le costó la presidencia y el ascenso de un general laureado por las diversas batallas en contra de la intervención francesa, llevaron a Porfirio Díaz a ostentar el poder, curiosamente bajo el lema de “Sufragio efectivo, no relección”.
El triunfo de la revolución de Ayutla, en agosto de 1855, que terminó con la última administración satanista (1853-1855), abrió nuevas perspectivas para los liberales mexicanos.
Juan Álvarez fue designado presidente interino de la República por una junta de representantes. Álvarez inició en octubre, en Cuernavaca, la formación de un gobierno en el que ocuparon un lugar destacado dos liberales relevantes: Melchor Ocampo y Benito Juárez. No todos los integrantes del gobierno de Álvarez pueden ser catalogados como liberales “puros” o radicales, pues alguno de ellos militaba en la tendencia “moderada”, en la que destacaba Ignacio Comonfort. No obstante estas divisiones, en todos ellos existía el firme propósito de reformar una sociedad y un Estado que, desde su independencia, había carecido de solidez, que es la característica primordial de una sociedad y un estado moderno. El primer acto de gobierno consistió en convocar a un congreso que
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